Oficina comercial de España en Turquía.

diplomaciaJavier Campomanes está disfrutando ahora mismo del primer año de trabajo remunerado que proporciona el Máster en Gestión Internacional de la Empresa del ICEX en la oficina comercial de una embajada española. Concretamente, está en Ankara y se encarga de analizar y explicar bien el mercado de Georgia, de realizar informes para compañías españolas y para el Estado y de desarrollar tareas comerciales entre las sucursales de las firmas de nuestro país en Turquía. Su trayectoria ha coincidido con la enorme importancia que se le ha empezado a otorgar a la diplomacia económica.

Empezó a picarle la curiosidad por las Relaciones Internacionales cuando estaba estudiando Derecho en la Universidad de Huelva. Las dos asignaturas que le despertaron el gusanillo fueron Derecho Internacional Público y Derecho Internacional Privado. Por eso, en cuanto terminó la carrera, se apuntó primero a un postgrado a distancia de Relaciones Internacionales y Derecho Internacional en el campus Stellae y, después, cuando ya sabía que aquello iba en serio, viajó a Madrid y se incorporó al Máster de Relaciones Internacionales del Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad CEU-San Pablo (IDEE).

Aprovechó las prácticas de aquel máster para trabajar en una consultora llamada Novadays, que ofrece a instituciones como las de la Unión Europea, asociaciones y empresas servicios de análisis e investigación relacionados con las políticas públicas. Tenía un alto nivel de inglés (al que luego se incorporarían conocimientos básicos de turco y chino), una experiencia demostrable en una consultora que ayudaba a empresas y a instituciones nacionales y comunitarias y un máster en Relaciones Internacionales que acreditaba sus conocimientos.

Javier Campomanes
Javier Campomanes

“Todo eso fue lo que me abrió en gran medida las puertas del máster del ICEX”, advierte Javier. Reconoce que, aunque el programa del Instituto de Comercio Exterior estaba, lógicamente, mucho más orientado a enseñarle lo que está necesitando ahora mismo, su destino en Turquía, consecuencia de una mezcla entre sus preferencias y su puesto en el ranking, también se ha beneficiado de lo que absorbió en el máster del IDEE. “Trabajo en un país muy convulso y, por ejemplo, lo que aprendí de geopolítica me viene muy bien para entender lo que ocurre y explicar en seminarios y en reuniones con empresas cómo les puede afectar”.

A pesar de la importancia de las variables geopolíticas, Javier admite que en su día a día los conocimientos a los que tiene que sacar chispas para hacer bien su trabajo son “la economía y la macroeconomía y las herramientas de ofimática para recabar datos, analizarlos y hacer presentaciones”. La información que recopila no siempre es fácil de acceder: “Un ejemplo puede ser rastrear las ayudas al sector de la producción del vino en Turquía o Georgia”.

Las habilidades comerciales y la capacidad de análisis son tan cruciales como cualquiera de esos conocimientos técnicos. “Tenemos que dedicar buena parte nuestro tiempo a hacer contactos, a informar a las sucursales de empresas españolas de nuestros servicios, a preguntarles qué necesitan y a analizar y rastrear datos para elaborar informes de mercado que sean útiles para esas empresas y para el Estado español”.

Javier, al final del programa del ICEX, tendrá que decidir si le interesa intentar seguir ligado a la administración o, como ha hecho la inmensa mayoría de las promociones anteriores, incorporarse directamente al mundo de los negocios. Allí podría ayudar a las corporaciones españolas a internacionalizarse con éxito, algo que reforzaría la influencia de España y su marca en el mundo. En la diplomacia económica, a diferencia de la tradicional, el sector privado tiene tanto protagonismo como el público.

 

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