Srdan Gligorijevic, director de Análisis del Centro para las Relaciones y la Seguridad Internacionales (ISAC) de Belgrado, denuncia en esta entrevista el doble rasero de la Unión Europea ante el problema de Kosovo y la integridad territorial de su país. Como serbio, se siente presionado por una gran parte de la comunidad internacional ante la inminente independencia kosovar.

 

FOREIGN POLICY. ¿Qué opina sobre la independencia unilateral de Kosovo?

SRDAN GLIGORIJEVIC. Es problemática por dos razones. Primero, porque va en contra de la ley internacional y todas esas reglas ahora quedan invalidadas. Tiene, además, un aspecto ético ya que los derechos humanos de los serbios y otras minorías en la región están en peligro. Serbia es víctima de una política de doble moral. Para nosotros también Kosovo es una región muy importante por razones históricas, de identidad nacional. Quieren extraer esa parte de Serbia de un Estado que es integral. La independencia de Kosovo no puede decidirse de forma aislada. Como la historia nos ha demostrado, los desafíos a la seguridad están vinculados y puede conllevar mucha inestabilidad, no sólo en los Balcanes, sino en otros países del mundo. Podría destacar, por ejemplo, el caso de España, que tiene desde hace años problemas con algunas de sus regiones. Recogiendo el título de la obra de un gran escritor como es García Márquez, es la crónica de una muerte anunciada de muchas de las reglas y principios en los que está fundado el mundo.

 

Mantener la integridad: los serbios defenderán Kosovo con todas las armas políticas a su alcance.

 

FP. ¿Qué medidas cree que se tomarán desde Belgrado?

S. G. Belgrado puede reaccionar sólo mediante pasos políticos. No hay muchas medidas más que el Gobierno serbio pueda tomar. Está completamente orientado a una estabilidad regional. También ha anunciado que no utilizará la fuerza armada para resolver este problema. Eso es importante. Serbia va a utilizar todas las medidas políticas para anular esta decisión que viola su integridad territorial.

 

FP. ¿Es posible que se produzca un nuevo conflicto bélico?

S. G. Creo con todo mi corazón que no sería posible. Pero en los Balcanes muchas cosas son imprevisibles. Además, todas las cuestiones de seguridad afectan a toda la región, no es sólo una crisis aislada. Pero estoy seguro de que los pueblos balcánicos ahora son más maduros y pueden resolver sus problemas juntos de una manera más pacífica.

 

FP. ¿Cuál será la situación de los miles de serbios que viven en Kosovo?

S. G. Es muy importante que se queden en sus casas. Si huyen será como entregar Kosovo y rechazar nuestra identidad serbia. Tienen que permanecer en los lugares donde han vivido durante siglos, al lado de sus iglesias, al lado de sus monasterios… Eso es lo más importante. Con su presencia pueden demostrar que Kosovo es y será siempre parte de Serbia. De todas formas, hoy en día los serbios ya viven con un nivel bajísimo de seguridad y por eso espero que la comunidad internacional, sobre todo, la UNMIK o la misión que vaya a reemplazarlo, y la OTAN protejan los derechos humanos de la población serbia y de otras comunidades pequeñas, como la turca o la gitana, y muchos otros que no viven en mejores condiciones que los serbios.

 

FP. ¿Qué opina sobre la posición de la UE en la llamada "cuestión de Kosovo"?

S. G. No hay valentía, motivación ni disposición suficiente para resolver este problema. Ha habido muchas propuestas al respecto. Serbia ofreció algo que puede considerarse una autonomía que era casi una independencia, y que para cualquier comunidad en todo el mundo habría sido aceptable: todos los derechos de autogobierno para Kosovo, excepto las Fuerzas Armadas y las relaciones externas, que dependerían de Belgrado. Pero los albaneses, apoyándose en promesas de independencia, no quisieron aceptar esta propuesta, que podría satisfacer los intereses tanto de Serbia como de la comunidad albanesa de Kosovo. Además, la Unión Europea también tiene unos países con problemas regionales como Serbia: España, Rumanía, Chipre… Tampoco creo que vaya a tener una posición unánime.

 

FP. ¿Y sobre la postura de Rusia?

S. G. EE UU, Francia y Gran Bretaña promueven y apoyan la independencia de Kosovo como la única solución, cosa que no es verdad. Rusia, China y otros países quieren apoyar la continuación de las negociaciones, la única manera de alcanzar una solución aceptable para todos.

 

FP. ¿Qué ambiente se respira en Serbia?

S. G. Lo que estamos viviendo estos días es una política de presión. Ninguna nación de este mundo quiere sentirse presionada. Para todos los serbios, Kosovo es muy importante para la identidad nacional. Se siente presión en toda la nación, porque creemos que la comunidad internacional está contra nosotros. Y en ese entorno, algunas fuerzas conservadoras del pasado pueden aprovechar para sus propios intereses. Lo más importante es que Serbia no sea humillada.