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Desfile militar en la plaza de Tiananmen muestran unos vehículos DF-21D con misiles antibalísticos. (Andy Wong - Pool /Getty Images)

El aumento de las compras de armas en Asia ha despertado un debate entre los expertos sobre si crece el riesgo de conflicto en esa zona del planeta.

China está construyendo su tercer portaviones, Japón planea comprar otros cien cazas F-35 y la India adquiere el avanzado sistema ruso de misiles antiaéreos S-400. Esta es solo una muestra de los titulares sobre países de Asia que adquieren nuevas armas y que son habituales en los medios internacionales. Este aparente incremento del gasto en material bélico ha llevado a que diversos expertos comiencen a hablar de una posible carrera de armas en ese continente.

Las voces más pesimistas también advierten que estas inversiones se están produciendo en una de las zonas donde se registran algunos de los focos de conflictividad más importantes del planeta, como las tensiones entre India y Pakistán (avivadas en las últimas semanas por la decisión de Nueva Delhi de revocar el estatus especial de Cachemira), las disputas marítimas entre China y Vietnam o la sempiterna confrontación entre las dos Coreas.

Según los últimos datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), en Asia y Oceanía el gasto lleva creciendo desde 1988, y en 2018 suponía el 28% del total mundial mientras que treinta años antes solo representaba el 8%. En cifras totales, el montante destinado a la defensa por estos países fue de 507.000 millones de dólares.

Entrando en detalle en las cifras que da el SIPRI de cada país, China lidera este gasto con 250.000 millones invertidos en 2018, un 5% más que el año anterior. Estas cifras lo convierten en el segundo país del mundo que más gasta en armamento, solo superado por Estados Unidos que destina 649.000 millones.

Tras este destacado papel de Pekín, hay otros actores asiáticos que también apuestan por aumentar sus gastos mundiales. India incrementó su presupuesto militar un 3,1% en 2018 hasta alcanzar los 66.500 millones de dólares; mientras que su gran rival, Pakistán, destinó un 11% más de dinero a sus fuerzas armadas hasta alcanzar un gasto de 11.400 millones de dólares. Corea del Sur y Vietnam completan este top cinco. Seúl en 2018 realizó la subida más importante desde 2005 (un 5,1%) y gastó 43.100 millones de dólares. Mientras que Vietnam destinó 5.500 millones, un 7,4% más que en el ejercicio anterior.

Si se comparan estos volúmenes de gasto, y continuando atendiendo a las informaciones aportadas desde SIPRI, cuatro países asiáticos están entre el top diez de importadores mundiales: India (segunda posición), China (sexta) Corea del Sur y Vietnam (en noveno y décimo puesto, respectivamente). Si se incluye a Arabia Saudí en el conjunto asiático —normalmente sus dinámicas se enmarcan en Oriente Medio—, su gasto global es de 67.600 millones que está solo por detrás del de Pekín y Washington, y sus operaciones de compra en el exterior la convierten en el principal importador mundial ...