Mientras algunos destacados senadores republicanos estadounidenses
denuncian la situación comprometida en la que está envuelta la Casa Blanca,
se habla de
impeachment (destitución) del presidente Bush en
todos los círculos sociales. Puede resultar una exageración política,
pero debe hacerse algo al respecto.


Cortesía de la Casa
Blanca

El último escándalo en el que está implicada la Administración Bush –el
cese de ocho fiscales federales bajo unas circunstancias bastante dudosas–
ha revolucionado de tal modo Washington que ya se habla de un nuevo Watergate.
Todo el mundo se hace la misma pregunta: ¿podría ser esto la Masacre
del Sábado Noche
[en referencia a la purga política llevada a cabo
por Richard Nixon] de George W. Bush, es decir, una obstrucción de la
justicia que provoca un juicio político?

Salvo que se dé un cambio radical en el Congreso estadounidense, la destitución
es tan sólo una hipótesis. Pero eso no quiere decir que no exista una
causa legal contra el actual presidente de EE UU. Si un fiscal de California
fue cesado con la intención de poner fin a una investigación sobre un
congresista republicano, podría considerarse delito. Si el resto fueron
despedidos por no procesar a los demócratas sin pruebas, sería un abuso
de poder importante. Si el presidente jugó algún papel en esto, la destitución
es una posibilidad legal.

No obstante, no hace falta esperar a que se den a conocer los resultados
de las investigaciones de este escándalo para llegar a la conclusión de
que Bush ha abusado de tal manera del poder de su cargo que podría ser
destituido. Ya existen, de hecho, fundamentos sólidos.

Los artífices de la Constitución estadounidense sabían que, a pesar de
los fuertes controles, los presidentes podrían aprovecharse de sus poderes
y perjudicar a la democracia del país, así que, como última medida preventiva,
crearon la posibilidad de solicitar una destitución. La base constitucional
del impeachment es “traición, cohecho u otros delitos y faltas
graves”. En el proceso contra el presidente Richard Nixon, el House Judiciary
Committee (Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos)
determinó que esos abusos no tenían que violar el código penal estadounidense
para llevar a cabo la destitución, basta con que “sean importantes y peligrosas
acciones contra las bases de la Constitución”. Varias de las actuaciones
de Bush ya están siendo estudiadas.

El argumento legal más consistente para el impeachment –basado
en los precedentes del Watergate– surge del hecho de que Bush
se haya negado durante años a solicitar la aprobación del tribunal exigida
por la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA, en sus siglas
en inglés) en relación a un programa especial de escuchas telefónicas
en Estados Unidos. Cuando se desveló que Nixon había pinchado
ilegalmente los teléfonos tanto de periodistas como de empleados de la
Casa Blanca, el Congreso de EE UU promulgó la FISA para prevenir otros
abusos en el futuro, considerándolas un delito federal.

Pero 30 años después, Bush afirmó que esta ley dificultaba las investigaciones
de inteligencia en la guerra contra el terrorismo, así que como
comandante en jefe podía hacer caso omiso de ella. De hecho, el tribunal
de la FISA, sorprendentemente, da vía libre de manera abrumadora a las
peticiones del presidente (19.000 aprobaciones desde 1978 frente a 5 rechazos)
e incluso puede autorizarlas después de que hayan comenzado las escuchas.
Si aun así Bush consideraba que la FISA era demasiado onerosa, tendría
que haber pedido al Congreso que la modificara. Y como no lo hizo, tiene
que obedecerla. Tras las elecciones de 2006, dio marcha atrás diciendo
que la acataría, pero ¿qué hay de todos esos años en los que la incumplió
abiertamente?

La Constitución estadounidense establece que el presidente “cuidará de
que las leyes se ejecuten con exactitud”. El jefe del Gobierno de Estados
Unidos debe respetar y defender la legislación, no utilizarla a su libre
albedrío. En este caso, el derecho consuetudinario está claro. Durante
la Guerra de Corea, el presidente Harry Truman quiso hacerse cargo de
las plantas de acero estadounidenses para que siguieran funcionando a
pesar de las huelgas, el Tribunal Supremo se negó, dejando claro que el
presidente era comandante en jefe del Ejército y de la Marina, pero no
del país.

Pero la realidad es que, para impugnar a un dirigente de EE UU, no basta
con causas legales, sino que tienen que existir pruebas sólidas de que
éste ha actuado mal, ya que la destitución es intrínsecamente política.
La causa legal debe contar con el apoyo de la ciudadanía, no sólo de los
jueces. Por ese motivo los fundamentos políticos más consistentes para
realizar un impeachment no son el programa ilegal de escuchas
telefónicas, sino llevar al país a la guerra de Irak –decisión que muchos
estadounidenses no ven como un error catastrófico– con fines poco claros.
Los artífices de la Constitución concedieron al Congreso los poderes para
hacer la guerra de forma deliberada, ya que sólo debe tomarse esta decisión
trascendental tras una larga consideración. Creían que el Congreso terminaría
con la tendencia histórica de que las autoridades se metieran en conflictos
sin necesidad. Si un presidente miente o engaña en asuntos como la participación
en la guerra, invalida el importante papel constitucional de esta cámara.

Bush y su equipo insinuaron que Sadam Husein y Al Qaeda estaban confabulados,
lo sugirieron de forma tan reiterada que en el momento en el que se produjo
la invasión, los estadounidenses creían que el ex dirigente iraquí había
sido el responsable del 11-S y los soldados veían su despliegue militar
en Bagdad como una venganza. Sin embargo, poco después de los
atentados, Richard Clarke, ex asesor antiterrorista de la Casa Blanca,
le dijo al presidente que Sadam no tenía nada que ver con el ataque. Está
claro que Bush también sabía que los servicios de inteligencia de EE UU
albergaban bastantes dudas sobre la posibilidad de que el dictador iraquí
proporcionara armas de destrucción masiva a la red de Bin Laden.

Además, el presidente estadounidense mintió o, al menos fue consciente
de que se estaban cometiendo errores importantes, cuando dijo que el Gobierno
británico había descubierto que Sadam había intentado comprar uranio en
África, hecho que supuestamente probaba que Irak estaba aumentando su
capacidad armamentística nuclear. Pero los servicios de inteligencia estadounidenses
ya sabían en ese momento que esto era falso, y meses después de la invasión,
Bush lo admitió.

Si la CIA informó al presidente antes de que pronunciara su mensaje,
habría engañado al Congreso y a EE UU de forma deliberada sobre el objetivo
de la guerra, “importantes y peligrosas acciones en contra de las bases
de la Constitución”. En el caso poco probable de que no hubiese sido informado
antes, aun así, Bush fue a la guerra apoyándose en los servicios de inteligencia
británicos, sin consultar a los suyos, violando su responsabilidad de
encargarse de que “las leyes se ejecuten con exactitud”. Una investigación
completa determinaría hasta que punto Bush y el vicepresidente, Dick Cheney,
engañaron al Congreso y a los ciudadanos de forma intencionada sobre la
guerra.

Permitir el maltrato de los prisioneros, contraviniendo a la Convención
de Ginebra y la legislación estadounidense (incluida la Ley de Crímenes
de Guerra de 1996) es otro motivo para que se lleve a cabo el impeachment.
Debido a las directrices de Bush no se aplicaron estas protecciones a
los presos talibanes y de Al Qaeda. Una vez que los abusos cometidos en
Abu Ghraib salieron a la luz, el presidente de EE UU no realizó rigurosas
investigaciones ni se aseguró de que los responsables de estas violaciones
de los derechos, incluidos los altos mandos, fueran llevados a juicio,
incumpliendo así la Convención de Ginebra y su obligación constitucional
de ejecutar la ley con exactitud.

Existen otros posibles motivos para la destitución, pero a mi juicio,
el modo en la que el presidente de EE UU no respeta la defensa de las
leyes y la subversión de la Constitución son una prueba más que suficiente.
Pero la cuestión es: ¿qué se puede hacer al respecto?