Para los lectores de FP en español, el guatemalteco Luis von Ahn es, por abrumadora diferencia, el nuevo rostro más influyente en el pensamiento iberoamericano.

 

 

 

Frederick M. Brown/Gettyimages

 

Luis von Ahn es todo un signo de los tiempos que corren: joven, un científico volcado en las nuevas tecnologías, que utiliza además para comunicar, compartir y divulgar sus avances. Este profesor de la Carnegie Mellon University ha centrado su trabajo en la relación e interacción entre el ser humano y la computación. En su elección ha pesado el poder de la tecnología que él mismo está contribuyendo a desarrollar, Internet, y su capacidad para movilizar a gente que de otro modo no sería escuchada.

“Me llena de orgullo”, afirma Von Ahn ante este reconocimiento y ante el hecho de que muchos de sus compatriotas hayan participado virtualmente en su elección. Las noticias que suelen aparecer sobre Guatemala  en los medios internacionales hablan de violencia, déficit democrático y, sobre todo en los últimos tiempos, narcotráfico. No figura como cuna de grandes científicos o pensadores. “Es cierto que en la mayoría de países latinoamericanos se hace muy poca ciencia. Tiene que ver con el nivel socioeconómico de la población; cuando una sociedad ya tiene suficiente para comer, se puede dedicar a otras cosas. Pero creo que se está avanzando bastante”.

Licenciado en Matemáticas por la Universidad de Duke, (Carolina del Norte), y doctor  en Computación por la Carnegie Mellon, (Pittsburg), tuvo que salir de Guatemala “porque no había manera” de sacar un grado universitario en su país en su disciplina. Sencillamente, no existía como oferta académica. Hoy, aunque reducida, ya se da esa posibilidad.

Parte de ese avance está relacionado con el desarrollo económico de la región en los últimos años, pero también con la facilidad que los nuevos medios han introducido a la hora de investigar y de difundir. “Se está viendo mucho movimiento,  al menos en computación, y no sólo en Latinoamérica, sino en otros lugares como Asia y África, que tradicionalmente no han estado entre los líderes de la tecnología. Y creo que tiene que ver con el hecho de que ahora casi cualquiera tiene acceso a la educación sobre tecnología”, comenta.

Sus logros principales giran en torno a programas innovadores que buscan una simbiosis entre la inteligencia humana y los ordenadores. Porque, aunque parezca mentira, todavía hay un buen número de tareas que los últimos no pueden realizar porque no saben imitar la mente.
Entre sus principales invenciones se encuentran Captcha y su continuación, ReCaptcha, un programa que utiliza caracteres distorsionados que los humanos, pero no las máquinas, pueden descifrar sin problema y que sirve para bloquear los ataques de spam, al tiempo que contribuye a digitalizar millones de textos antiguos. ReCaptcha fue adquirido por Google en 2009. Von Ahn también desarrolla juegos que utilizan el conocimiento humano para mejorar el funcionamiento de los ordenadores.

Además, es la prueba palpable de que la ciencia no está reñida con la capacidad de divulgar.  El tecnólogo guatemalteco es un gran comunicador, faceta que ejerce en charlas y conferencias, pero también en artículos de prensa y, claro está, en todo tipo de medios digitales. “En Estados Unidos es muy importante para la comunidad científica difundir sus resultados. Esto no solo ayuda a que más gente quiera ser científico, sino a que los gobiernos den más fondos para hacer ciencia”, explica.

Pero para que la ciencia pueda prosperar en América Latina, Luis von Ahn aboga por un cambio en la cultura y en las sociedades de la región. “Educar debe ser una de las carreras más prestigiosas. Hablo por mi experiencia en Guatemala, pero creo que es muy parecido en el resto de Latinoamérica. Cuando me gradué y le dije a mi familia que iba a ser profesor de universidad,  me dijeron, ‘tanto estudiar para ser profesor’. Las carreras prestigiosas son las relacionadas con el mundo de negocios y la empresa, mientras que en Estados Unidos lo es ser profesor de universidad. De ese modo, los mejores quieren ser profesores, mientras que en países como Guatemala normalmente los profesores son los que no pueden encontrar trabajo en otro lado. Y si esas son las personas que están educando a la juventud no es bueno”.

En 2006, recibió el premio MacArthur (también conocido como el “premio del genio”) y fue nombrado uno de los 10 científicos más brillantes por Popular Science. También ha sido incluido entre los 50 mejores cerebros en la ciencia por la revista Discover y una de las 50 personas más influyentes en tecnología por Silicon.com. El diario Siglo XXI de Guatemala le nombró  su personaje del año en 2009.

 

 

 

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