Being Indian: The Truth
about why the 21st Century will be India’s
(Ser indio: la verdadera razón de que el siglo XXI
vaya a ser el de India)

Pavan K. Varma
325 págs., Penguin Books India, Nueva Delhi, 2004 (en inglés)


Publicar un libro sobre el resplandor indio justo antes de que los votantes
rechacen el eslogan del poder es poco oportuno. En mayo pasado, el electorado
dio la espalda al Gobierno indio encabezado por el Partido Bharatiya Janata
(PBJ), a pesar de una masiva campaña publicitaria que aseguraba
que la política económica hacía que India "resplandeciera".
Sin embargo, la inoportunidad es menos preocupante que la capacidad de
engañarse a sí mismo. El nuevo libro de Pavan K. Varma, Ser
indio: las verdaderas razones de que el siglo xxi vaya a ser el de India
,
revela hasta qué punto la clase dirigente india confunde su optimismo
con la realidad, mucho más compleja.

El resplandor es genuino: la economía india está en expansión,
con un crecimiento del doble de lo que los economistas indios llamaron en
una época, con desprecio, el "índice hindú de
crecimiento", el 3% del PIB anual. Pero el brillo sólo alcanza
a un tercio de la población, y eso explica quizá que el PBJ
no obtuviera más que un tercio de los votos en las elecciones generales.
Y los números no bastan para explicar el éxito indio.
Varma, un hábil diplomático, empieza su libro, que se ha vendido
muy bien, con una serie de supuestos datos sobre el éxito del sector
de la tecnología de la información en India y su crecimiento
económico, pero no consigue impresionar. Es verdad que la deslocalización
ha beneficiado a India, pero un país no puede limitarse a contestar
quejas de pasajeros de British Airways si quiere conquistar el mundo. Un
libro serio necesita pruebas genuinas para decir que el siglo xxi puede ser
de India como el xx fue de EE UU, que India se va a convertir en el árbitro
de los destinos en todo el planeta o que la Bolsa de Bombay sustituirá a
la de Nueva York como índice de los mercados internacionales.

Curiosamente, gran parte del libro es una letanía de los problemas
de India, con un discreto regocijo. El capítulo titulado ‘Poder:
el inesperado triunfo de la democracia’ incluye varias historias sobre
la debilidad de los indios por la adulación burda y el culto a la
posición social. Las fuentes son las observaciones del propio Varma,
tratados indios clásicos sobre el Estado y la eterna historia del
Bhagavad-Gita sobre cómo Krishna utilizó el engaño para
matar al gurú de su enemigo. Varma atribuye la creciente participación
de los estadounidenses de origen indio en la política de EE UU a una
prosperidad material cada vez mayor, que provoca el deseo genético
de "prestigio y reconocimiento". Pero no explica por qué esos
rasgos van a ayudar a India a dominar el siglo xxi, a no ser que su teoría
implícita sea que dichas virtudes (o su falta) son necesarias para
triunfar en un siglo inmoral.

El texto está lleno de citas, pero Varma encuentra más argumentos
en la prensa. Sus numerosas referencias a artículos de opinión
y editoriales desembocan en fáciles generalizaciones, como la sugerencia
de que la globalización, gracias a las comunicaciones modernas, es
el pegamento que mantiene India unida. Bollywood, opina Varma, "ha
sido el mayor factor de integración en la evolución del carácter
panindio".

Desde luego, la nueva fuerza económica de India merece un análisis.
El PIB creció un 8,2% en el año fiscal 2003-2004. Pero eso
no quita la respiración. La creación de la economía
india moderna es un proceso laborioso que comenzó en los 50 con Nehru. éste
creó los Institutos Indios de Tecnología y de Administración,
que han producido generaciones de empresarios responsables de las asombrosas
estadísticas actuales. Las reformas económicas iniciadas en
los 80 tardaron en asentarse. Al fin y al cabo, India es la mayor democracia
del mundo.

En realidad, el éxito de India nace de su negativa a seguir el camino
más corto, que incluye el rechazo a sacrificar su pasado ante el asalto
de la modernidad. En los tres últimos siglos, Occidente ha dejado
atrás a las demás civilizaciones en ciencia y tecnología; ésa
es la verdadera razón de su predominio económico, militar y
político. Aunque los occidentales despreciaban tradiciones como la
medicina ayurvédica, Varma dice que los indios nunca han considerado
su cultura como algo primitivo y ahora reafirman su legado también
en otros ámbitos.

Esta dinámica ofrece la respuesta más interesante y viable
a la pregunta de Varma sobre cómo contribuirá la identidad
india a conducir el país a un futuro glorioso. EE UU creó el
futuro porque no tenía pasado. Por el contrario, India se encuentra
en el umbral de la historia precisamente porque le es fácil vincular
la gloria de su pasado a la historia de su futuro. "Una posible potencia
mundial tiene que saber qué mueve a su gente", concluye Varma. "Si
este libro contribuye a ello, habrá cumplido su objetivo". ése
es el libro que Varma quería escribir. Debería hacerlo.

CRÍTICAS DE LOS LIBROS MÁS DESTACADOS PUBLICADOS EN EL MUNDO.

La compleja identidad india. M. J. Akbar


Being Indian: The Truth
about why the 21st Century will be India’s (Ser indio: la verdadera razón
de que el siglo xxi vaya a
ser el de India)

Pavan K. Varma
325 págs., Penguin Books India, Nueva Delhi, 2004 (en inglés)


Publicar un libro sobre el resplandor indio justo antes de que los votantes
rechacen el eslogan del poder es poco oportuno. En mayo pasado, el electorado
dio la espalda al Gobierno indio encabezado por el Partido Bharatiya Janata
(PBJ), a pesar de una masiva campaña publicitaria que aseguraba
que la política económica hacía que India "resplandeciera".
Sin embargo, la inoportunidad es menos preocupante que la capacidad de
engañarse a sí mismo. El nuevo libro de Pavan K. Varma, Ser
indio: las verdaderas razones de que el siglo xxi vaya a ser el de India
,
revela hasta qué punto la clase dirigente india confunde su optimismo
con la realidad, mucho más compleja.

El resplandor es genuino: la economía india está en expansión,
con un crecimiento del doble de lo que los economistas indios llamaron en
una época, con desprecio, el "índice hindú de
crecimiento", el 3% del PIB anual. Pero el brillo sólo alcanza
a un tercio de la población, y eso explica quizá que el PBJ
no obtuviera más que un tercio de los votos en las elecciones generales.
Y los números no bastan para explicar el éxito indio.
Varma, un hábil diplomático, empieza su libro, que se ha vendido
muy bien, con una serie de supuestos datos sobre el éxito del sector
de la tecnología de la información en India y su crecimiento
económico, pero no consigue impresionar. Es verdad que la deslocalización
ha beneficiado a India, pero un país no puede limitarse a contestar
quejas de pasajeros de British Airways si quiere conquistar el mundo. Un
libro serio necesita pruebas genuinas para decir que el siglo xxi puede ser
de India como el xx fue de EE UU, que India se va a convertir en el árbitro
de los destinos en todo el planeta o que la Bolsa de Bombay sustituirá a
la de Nueva York como índice de los mercados internacionales.

Curiosamente, gran parte del libro es una letanía de los problemas
de India, con un discreto regocijo. El capítulo titulado ‘Poder:
el inesperado triunfo de la democracia’ incluye varias historias sobre
la debilidad de los indios por la adulación burda y el culto a la
posición social. Las fuentes son las observaciones del propio Varma,
tratados indios clásicos sobre el Estado y la eterna historia del
Bhagavad-Gita sobre cómo Krishna utilizó el engaño para
matar al gurú de su enemigo. Varma atribuye la creciente participación
de los estadounidenses de origen indio en la política de EE UU a una
prosperidad material cada vez mayor, que provoca el deseo genético
de "prestigio y reconocimiento". Pero no explica por qué esos
rasgos van a ayudar a India a dominar el siglo xxi, a no ser que su teoría
implícita sea que dichas virtudes (o su falta) son necesarias para
triunfar en un siglo inmoral.

El texto está lleno de citas, pero Varma encuentra más argumentos
en la prensa. Sus numerosas referencias a artículos de opinión
y editoriales desembocan en fáciles generalizaciones, como la sugerencia
de que la globalización, gracias a las comunicaciones modernas, es
el pegamento que mantiene India unida. Bollywood, opina Varma, "ha
sido el mayor factor de integración en la evolución del carácter
panindio".

Desde luego, la nueva fuerza económica de India merece un análisis.
El PIB creció un 8,2% en el año fiscal 2003-2004. Pero eso
no quita la respiración. La creación de la economía
india moderna es un proceso laborioso que comenzó en los 50 con Nehru. éste
creó los Institutos Indios de Tecnología y de Administración,
que han producido generaciones de empresarios responsables de las asombrosas
estadísticas actuales. Las reformas económicas iniciadas en
los 80 tardaron en asentarse. Al fin y al cabo, India es la mayor democracia
del mundo.

En realidad, el éxito de India nace de su negativa a seguir el camino
más corto, que incluye el rechazo a sacrificar su pasado ante el asalto
de la modernidad. En los tres últimos siglos, Occidente ha dejado
atrás a las demás civilizaciones en ciencia y tecnología; ésa
es la verdadera razón de su predominio económico, militar y
político. Aunque los occidentales despreciaban tradiciones como la
medicina ayurvédica, Varma dice que los indios nunca han considerado
su cultura como algo primitivo y ahora reafirman su legado también
en otros ámbitos.

Esta dinámica ofrece la respuesta más interesante y viable
a la pregunta de Varma sobre cómo contribuirá la identidad
india a conducir el país a un futuro glorioso. EE UU creó el
futuro porque no tenía pasado. Por el contrario, India se encuentra
en el umbral de la historia precisamente porque le es fácil vincular
la gloria de su pasado a la historia de su futuro. "Una posible potencia
mundial tiene que saber qué mueve a su gente", concluye Varma. "Si
este libro contribuye a ello, habrá cumplido su objetivo". ése
es el libro que Varma quería escribir. Debería hacerlo.

M. J. Akbar es director del periódico
The Asian Age, publicado en Nueva Delhi.