La manera de hacer la guerra va a cambiar, drásticamente.

Como observó Niels Bohr en su famosa frase, “la predicción es muy difícil, sobre todo si es sobre el futuro”. Pero no debemos dejar que los sucesos futuros nos cojan del todo por sorpresa. El rápido ritmo de los avances tecnológicos, así como su difusión actual, ofrece pistas sobre algunos de los próximos grandes acontecimientos más probables en el ámbito de la guerra. De hecho, ya están en marcha cambios militares importantes que serán difíciles o imposibles de revertir. Por desgracia, es posible que estos acontecimientos, junto con otros en los ámbitos económico, geopolítico y demográfico, hagan del mundo un lugar menos estable y más peligroso.

Consideremos, para empezar, la pérdida del Ejército de EE UU de su quasi monopolio de la guerra con municiones de alta precisión, del que disfrutaba desde la guerra del Golfo, hace dos décadas. Hoy, China hace gala, en cantidades más elevadas que nunca, de misiles balísticos y de crucero con sistemas de guiado de alta precisión, así como otras armas inteligentes. Pueden ser empleadas para amenazar a las escasas bases estadounidenses de importancia que aún quedan en el Pacífico Occidental y, cada vez más, para disparar contra buques de guerra estadounidenses. Como Pekín, Irán está entrando en la revolución de los sistemas de armas guiadas de precisión, pero en el escalón inferior, produciendo una versión pobre de las capacidades del gigante asiático, que incluye misiles de crucero antibuque y minas inteligentes antbuque. Cuando se hayan desarrollado en su totalidad estas tendencias podríamos encontrarnos con que, a principios de la próxima década, gran parte del Pacífico Occidental, así como el Golfo Pérsico, se habrán convertido en zonas prohibidas para las fuerzas militares estadounidenses, áreas en las que los riesgos de llevar a cabo operaciones serán prohibitivamente altos.

AFP/Getty Images
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Incluso los grupos no estatales están entrando en el juego. Durante su guerra con Israel, en 2006, Hezbolá lanzó sobre Israel más de 4.000 proyectiles relativamente imprecisos –cohetes, municiones de artillería, morteros y misiles–, lo que obligó a la evacuación de al menos 300.000 israelíes de sus hogares y provocó importantes trastornos en la economía de ese país. Entre estos miles de artefactos, sólo tenían sistema de guiado unos pocos aviones sin tripulación y misiles de crucero antibuque. Pero a medida que la proliferación de armas guiadas continúe, las guerras irregulares se transformarán hasta el punto de que, en comparación, la amenaza de las bombas de carretera –para defenderse de las cuales, en Irak y Afganistán, Estados Unidos ha gastado miles de millones de dólares– puede parecer trivial.

La propagación de las armas nucleares en el mundo en desarrollo es igual de alarmante. Si Irán se convierte en una potencia atómica, la presión sobre los Estados árabes más importantes, así como sobre Turquía, para que sigan el mismo camino va a resultar irresistible. Teniendo en cuenta que el tiempo de vuelo de los misiles balísticos entre los Estados de la región es menor de ...