Fotolia: jamdesign
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El Brexit transformaría a la UE además de cambiar al Reino Unido. ¿Qué clase de socia sería una Unión reducida para Gran Bretaña y para el resto del mundo?

La mayoría de los debates sobre la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea se centra en cómo sería Gran Bretaña después de que se produjera: si podría comerciar con más libertad con el resto del mundo, escapar de las regulaciones de la UE y reducir la inmigración. Sin embargo, es de igual importancia saber cómo sería luego la Unión; y cómo, a su vez, podría afectar esto a las relaciones post Brexit entre el Reino Unido y la UE.

El ex asesor legal de la UE Jean-Claude Piris planteó siete posibles modelos para esta relación en su reciente informe para el CER, If the UK votes to leave: The seven alternatives to EU membership (Si el Reino Unido vota a favor de irse: las siete alternativas a la pertenencia a la UE). Piris se concentró fundamentalmente en la urgente necesidad del Reino Unido de tener un acceso continuado al mercado único.

Si gran Bretaña abandonara la Unión tendría que negociar un acuerdo de comercio con un grupo que acabaría de perder a uno de sus miembros más liberales en lo económico. La brecha entre el laissez-faire de los británicos y los dirigistas continentales es menor de lo que los primeros imaginan, como mostró John Springford en Will the eurozone gang up on Britain? (¿Se unirá la eurozona en contra de Gran Bretaña?). Pero la principal cuestión es si la UE estará dispuesta a conceder al Reino Unido el acceso al mercado del que disfruta actualmente -y si, con el tiempo, el mercado podría cerrarse más a los Estados de fuera de Unión-. El Reino Unido ha estado siempre a favor de impulsar una UE abierta -especialmente en lo que se refiere a los servicios financieros, dado que la City de Londres es un centro global de las finanzas, no únicamente europeo. Sin este país, ¿resistiría algún otro Estado miembro la presión del BCE para confinar a la eurozona la cámara de compensación, por ejemplo?

Sin embargo, el centro de gravedad en la UE se desplazaría también en otras áreas además de en la del mercado único, incluyendo la de Justicia y Asuntos de Interior (JHA, en sus siglas en inglés), y la de Política Exterior y Defensa. Aunque con frecuencia se caricaturiza al Reino Unido en el papel del que siempre dice “no”, la realidad tiene más matices. Si bien es cierto que en algunas áreas ha sido el principal obstáculo a la cooperación europea, en otras la ha promovido activamente. Una Unión sin Gran Bretaña no se convertiría automáticamente en el Estado federal que temen los euroescépticos, pero podría no reflejar las preferencias del Reino Unido tanto como lo hace ahora.

En el área de Justicia y Asuntos de Interior, la opción de participación voluntaria del Reino Unido significa que ya es menos que un ...