
¿Cuál es el panorama político que se perfila en Brasil con el auge de los ultraconservadores?
“Lo que necesita Brasil es una gran coalición de partidos para luchar contra la corrupción y un nuevo líder que no esté manchado por los escándalos. Alguien como Jair Bolsonaro”, dice Julia que tiene 28 años y trabaja como médico. El pasado 13 marzo se vistió con la camisa verde y amarilla de la selección de fútbol de Brasil y salió a la calle junto a otros 3,6 millones de personas para protestar contra el Gobierno de Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT), y la corrupción. Han sido las mayores manifestaciones de la joven democracia brasileña, tanto por el número de participantes como de ciudades: más de 300.
Julia no es la única persona que invoca la llegada de un líder carismático, ajeno a los tejemanejes de la política actual. Desde que en 2013 estalló el escándalo de Petrobras, un esquema de corrupción y desvío de fondos destinados al pago de propinas a políticos de todos los colores, son muchas las voces que piden un cambio de Gobierno. Aunque la presidenta Rousseff no está formalmente acusada de ningún delito, se ha convertido en el blanco de todas las críticas. Ni siquiera la filtración de documentos oficiales que demuestran que las propinas comenzaron hace más de 30 años han cambiado la percepción de buena parte de la población (69%), que desaprueba su gestión en los sondeos.
Desde el mes de marzo, la Cámara de Diputados del país tropical está analizando una petición de impeachment (proceso de destitución) contra Rousseff. Entre tanto, el vicepresidente Michel Temer del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) ha abandonado la coalición de gobierno y negocia alianzas en el caso de que Dilma sea alejada del poder, a pesar de que un grupo de políticos esté preparando otros procedimiento de impeachment contra él. Mientras los partidos de derecha organizan su escalada al poder, con el fin último de acabar con los programas sociales de la ‘era Lula’, hay un minoría de extrema derecha que está ganando cada vez más adeptos en un país donde la crispación y la polarización crecen por momentos.
Ligados a la iglesia católica y evangélica, estos movimientos está liderados por tres hombres: Jair Bolsonaro, Marco Feliciano y Silas Malafaia. Junto a los grandes terratenientes del país, conforman lo que se conoce como BBB: Bancada do Bói, Bíblia e Bala, es decir, la coalición entre empresarios del sector agropecuario, seguidores de las iglesias cristianas y defensores de la mano dura contra el crimen. Todos juntos, controlan el 40% de los votos en el Parlamento de Brasil. Un dato curioso: BBB es la sigla que corresponde al Gran Hermano de Brasil (Big Brother Brasil), un guiño que algún diputado gracioso quiso añadir para la posteridad.
Jair Bolsonaro, del Partido Progresista, fue el diputado federal más votado en Río de Janeiro en las últimas elecciones ...
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