
¿Encaja el panorama de fragmentación institucional ante las nuevas tendencias que se producen en el continente africano?
El continente africano cuenta con el mayor numero de organizaciones regionales del mundo. Muchas de ellas aparecen tras la descolonización con el objetivo de reducir la dependencia de las antiguas potencias coloniales y conseguir la llamada autosuficiencia colectiva, así como para el desarrollo de sus economías. Otras han surgido con el tiempo ante la necesidad de responder a desafíos regionales, como por ejemplo la gestión conjunta de recursos hídricos o para hacer frente a necesidades compartidas de seguridad y defensa regional.
Al tiempo de este panorama plagado de multitud de organismos -algunos de ellos solapados e incluso contrapuestos- se están produciendo en África importantes novedades. Por un lado, el principal organismo continental, la Unión Africana (UA) busca cada vez mayor protagonismo en la unificación del continente y convertirse en actor internacional de influencia. La puesta en marcha del Área de Libre Comercio Continental Africana, proyecto estrella de la UA es buena muestra de ello. Además, África Subsahariana tiene por delante en 2020 negociaciones importantes con la Unión Europea (UE) que han de redefinir las relaciones entre ambos bloques. Tiene sentido analizar cómo encaja este panorama de fragmentación institucional ante las nuevas tendencias y novedades que se cocinan en el continente.
Organizaciones regionales en África: la fragmentación institucional
La historia africana poscolonial está plagada de iniciativas que han tenido como resultado que coexistan actualmente cantidad de instituciones regionales en suelo africano. Los esfuerzos académicos para clasificar estos organismos no han sido pocos y quizás la más clarificadora es la que establece diferentes categorías según la naturaleza y objetivos de los organismos. Así podríamos encontrar 5 tipos de organizaciones regionales: comunidades económicas de base comercial, las más numerosas (ECOWAS, COMESA, SADC, EAC, UMA, CEMAC, entre otras), organizaciones de carácter energético (COMELEC, SAPP, EAPP…), organismos para la gestión de recursos hídricos (LCBC, NBI, ABN, LTA, ORASECOM, etc.), organizaciones medioambientales (COMFAC) y finalmente organismos para la paz y la seguridad (EASF, ICGLR y G5 Sahel).
Estas iniciativas regionales coexisten con varias instituciones de carácter continental, como son por ejemplo la Unión Africana, el Banco Africano de Desarrollo, La Comisión Económica para África de Naciones Unidas o, incluso, el grupo ACP (África, Caribe y Pacífico) marco formal para las negociaciones de los países de África Subsahariana con la Unión Europea desde 1975.
Aunque en todos los continentes es posible encontrar un número importante de organismos regionales, el caso africano es especialmente llamativo. Cierto que con 63 cuencas fluviales transfronterizas, numerosos bosques que comparten varios países y el desbordamiento frecuente de conflictos a países vecinos, existe una lógica poderosa para el abordaje colectivo de estos retos regionales. Así, algunas organizaciones regionales han sido especialmente exitosas en manejar estas crisis (como es el caso de ECOWAS), pero también lo es que no son siempre la respuesta a necesidades compartidas, y ...
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