Millones de cronistas o bloggers comparten
sus opiniones cada día con un público global. Basándose en los medios internacionales
e Internet, han
creado una tupida red con enorme capacidad para marcar la agenda en asuntos
como los derechos humanos, Irán o la ocupación de Irak por EE
UU. Es una nueva forma de comunicación que está transformando
el panorama
de periodistas y políticos, aunque el fenómeno de los blogs todavía
no ha llegado a España.

La noticia que abría los informativos de las cadenas de televisión
el 21 de marzo de 2003 –dos días después de que EE UU iniciara
su campaña Impacto y pavor contra Irak– era el rumor, luego desmentido,
de que el famoso primo de Sadam Husein Alí Hasan al Majid, Alí el
Químico
, había muerto en un bombardeo. Para miles de personas
de todo el mundo que, en vez de encender sus televisores, se habían
conectado a la Red, el gran titular era la repentina e inquietante desaparición
de Salam Pax, también conocido como "el blogger de Bagdad".

Salam Pax era el seudónimo de un arquitecto de 29 años cuyo
diario en Internet, lleno de observaciones sinceras e irónicas sobre
la vida cotidiana en tiempo de guerra, le había convertido en una figura
mundial. Estuvo desaparecido durante tres días, pero no por culpa de
los misiles de crucero estadounidenses ni de los matones del partido Baaz,
sino por dificultades técnicas. En los meses sucesivos, sus lectores
se contaban por millones, a medida que sus relatos empezaron a citarse en The
New York Times
, la BBC y The Guardian. Si la primera guerra del Golfo dio a
conocer al mundo el llamado efecto CNN, la segunda supone la puesta de largo
de los blogs. Salam Pax fue el cronista más famoso durante el conflicto
(más tarde, firmaría un contrato para convertir sus cuadernos
virtuales en un libro y una película), pero surgieron otros muchos,
incluidos soldados estadounidenses, con sus propios análisis y comentarios
en directo.

Los blogs (abreviatura de weblogs, cuadernos de bitácora en la Red
y que en español empiezan a llamarse directamente bitácoras)
son diarios actualizados periódicamente, que ofrecen comentarios con
poca o ninguna intervención de editores externos. Se suelen presentar
como una serie de mensajes, anotaciones individuales con noticias o comentarios,
por orden cronológico inverso. Muchas veces, los mensajes incluyen hipervínculos
a otras páginas que permiten a los comentaristas aprovechar el contenido
de toda la Red. Pueden ser diarios personales, análisis políticos,
columnas de consejos sobre amor, ordenadores, dinero o cualquier otra afición,
o todo junto. Han crecido de forma increíble: en 1999 se calculaba que
había unos 50; cinco años después son entre 2,4 y 4,1
millones. Perseus Development Corporation, una consultora que estudia las tendencias
en Internet, calcula que para 2005 habrá más de 10 millones de
cuadernos de bitácora. En EE UU, los medios de comunicación también
se han incorporado a este formato, y muchos canales de televisión, periódicos
y revistas de opinión contienen (en sus versiones digitales) blogs,
que a veces incluyen mensajes de sus propios corresponsales y además
cuentan con columnistas plenamente dedicados a Internet.

Estos cuadernos ya han tenido su efecto en la política de EE UU. Los
cinco blogs políticos más visitados atraen juntos más
de medio millón de visitas al día. Jimmy Orr, director de Internet
de la Casa Blanca, dijo hace poco que la "blogosfera" (el término
que designa el universo de los weblogs) es importante, decisiva y con una influencia
que no se valora lo suficiente. Lo sabe bien Trent Lott, que, en diciembre
de 2002, se vio obligado a dimitir como líder de la mayoría en
el Senado después de unos incendiarios comentarios racistas a los que,
al principio, los medios hicieron poco caso. El incidente provocó intensas
discusiones en la Red, lo que atrajo el interés mediático y transformó el
desliz de Lott en un escándalo total.

Una cosa son los escándalos políticos, pero ¿puede influir
la blogosfera en la política mundial? En comparación con otros
actores del escenario internacional –gobiernos, multinacionales, organizaciones
internacionales, ONGs–, los blogs no parecen muy poderosos ni visibles.
Incluso los más populares no tienen más que una fracción
del tráfico de Internet que atraen los grandes medios. Según
el sondeo de 2003 sobre la prensa digital del Pew Research Center, sólo
el 4% de los internautas estadounidenses visitan las bitácoras en busca
de comentarios y opiniones. La blogosfera no posee una organización
central; sus participantes tienen pocas coincidencias ideológicas. Un
estudio realizado en octubre de 2003 por Perseus llegó a la conclusión
de que "el blog típico lo utiliza una chica adolescente dos veces
al mes para poner al día a sus amigos de lo que ocurre en su vida".
Las bitácoras son una actividad casi exclusivamente voluntaria y realizada
en ratos libres. El ingreso medio que genera es cero. ¿Cómo es
posible que unas páginas descentralizadas, con espíritu de contradicción
y sin ánimo de lucro, ejerzan alguna influencia en la política
mundial?

Para los lectores de todo
el mundo, los ‘blogs’ pueden representar al ‘hombre
de la calle’, pues proporcionan información de primera mano
sobre otros países

Los blogs están ganando peso en la medida en que pueden influir en
los contenidos de los medios internacionales. El catedrático estadounidense
de Periodismo Todd Gitlin destacó una vez que los medios enmarcan la
realidad mediante "principios de selección, énfasis y presentación,
compuestos de pequeñas teorías tácitas sobre lo que existe,
lo que ocurre y lo que importa". Cada vez más, los periodistas
y expertos deciden lo que importa en el mundo influidos por las bitácoras.
A la hora de tratar temas importantes sobre política internacional,
la blogosfera es una rara combinación de conocimientos compartidos,
reacción colectiva a las noticias y barómetro de la opinión
pública. Es más, en el caos del ciberespacio se ha constituido
una estructura jerárquica. Unas cuantas bitácoras selectas se
han convertido en recopiladoras de informaciones y análisis, y eso permite
a los periodistas extraer análisis cargados de contenido y recurrir
a los blogs para que les ayuden a interpretar y predecir los acontecimientos
políticos.

Cuando los weblogs más importantes dedican su atención a un
asunto nuevo o ignorado, pueden ayudar a los grandes medios a centrar su interés
y ejercen un enorme poder a la hora de establecer las prioridades. En EE UU
han desencadenado debates nacionales en temas como la identificación
racial en los aeropuertos y han mantenido el interés por escándalos
como la filtración del nombre de la agente de la CIA Valerie Plame o
las acusaciones de sobornos en Naciones Unidas. Aunque gran parte de la blogosfera
está aún llena de estudiantes de bachillerato, los blogs ofrecen
cada vez más un conducto por el que los ciudadanos corrientes, y no
tan corrientes, pueden expresar sus opiniones sobre las relaciones internacionales
y modificar el contexto en el que los responsables políticos deben tomar
las decisiones.

El catedrático de Historia de la Universidad de Michigan (EE UU) Juan
Cole tenía mucho que decir sobre la guerra contra el terrorismo y el
conflicto con Irak. Por desgracia, pocos le escuchaban. A pesar de su impresionante
currículum (habla con fluidez tres lenguas de Oriente Medio), a Cole
no le era fácil publicar sus artículos de opinión ni siquiera
después del 11-S. Sus ensayos sobre el mundo musulmán podrían
haberse quedado en la torre de marfil de las publicaciones académicas
si, en 2002, no hubiera comenzado, como afición, una bitácora
llamada Informed Comment (Comentario informado). Sus conocimientos de idiomas
le daban una ventaja única para examinar noticias y editoriales de toda
la región. "Era algo que no habría podido hacer en 1990,
ni siquiera en 1995″, explicó a un periódico de Detroit,
al hablar de la explosión de publicaciones digitales de Oriente Medio
en Internet. Otros bloggers se interesaron por sus textos, sobre todo porque
manifestaban un escepticismo sobre la ocupación de Irak que contrastaba
con la cobertura optimista de los medios estadounidenses tras la caída
del régimen del partido Baaz. En el verano de 2003, Cole anotó: "Todo
indica que los árabes suníes del norte, este y oeste de Bagdad
odian a EE UU y que haya tropas estadounidenses en su país. Este odio
es el caldo de cultivo fundamental de la resistencia y no contribuye a aplacarlo
el que los soldados norteamericanos arrasen las ciudades (…), políticamente,
creo que [esta estrategia] no aborda los verdaderos problemas, la necesidad
de ganarse a la gente".

Como destacado experto en la historia moderna del islam chií, Cole
atrajo a gran número de lectores entre los bloggers –y los periodistas– cuando
estalló la revuelta de los chiíes en Irak a principios de 2004.
Con 250.000 lectores mensuales de su bitácora, Cole empezó a
aparecer en medios como National Public Radio (NPR, la radio pública
estadounidense) y la CNN en calidad de comentarista experto. Asimismo, testificó ante
el Comité de Relaciones Externas del Senado de EE UU. "Como consecuencia
de mi blog, The Middle East Journal me invitó a colaborar en el número
de otoño de 2003″, recuerda. "Cuando los ayudantes del Comité de
Relaciones Externas del Senado quisieron buscar literatura sobre Múqtada
al Sáder y su movimiento, sólo encontraron mi artículo.
Los ayudantes y algunos senadores lo leyeron y quisieron conocer mis opiniones".
La transformación de Cole en un intelectual público es un buen
símbolo de la dinámica que ha acentuado la influencia de la blogosfera.
Cole deseaba hacer públicos sus conocimientos, y lo consiguió:
cuando empezó a dar que hablar en el mundo virtual, otras personas en
el mundo real empezaron a tenerle en cuenta.

CONEXIONES EN LA ‘BLOGOSFERA’
Muchos bloggers quieren tener una base amplia de lectores. Se supone que la
mejor forma de conseguir que una página reciba mucho tráfico
es colocar enlaces en otros weblogs. Una bitácora con enlaces en muchas
otras páginas acumula cada vez más número de lectores,
a medida que los cronistas de esas otras páginas descubren la primera
y crean hipervínculos en las suyas. Es decir, en la blogosfera, los
ricos (por número de enlaces) lo son cada vez más y los pobres
permanecen pobres. Esta dinámica crea un reparto sesgado: muy pocos
blogs de primera categoría, a los que se llega a través de
enlaces desde muchos sitios, seguidos de un enorme vacío y, luego,
una larga lista de cuadernos de categoría media a baja, con pocos
o ningún enlace de entrada. Un estudio realizado por Clay Shirky,
profesor asociado de la Universidad de Nueva York, ha descubierto que las
12 bitácoras más visitadas (menos del 3% del total examinado)
representan, aproximadamente, el 20% de los enlaces de entrada. Algunas bitácoras
con pocos enlaces pueden enriquecerse si los bloggers de más categoría
colocan un enlace a ellos, y eso explica por qué siempre hay nuevos
cronistas dispuestos a incorporarse a la blogosfera.

Por consiguiente, sólo unas cuantas bitácoras tienen probabilidades
de convertirse en focos de atención. Estas escogidas sirven como filtro
para diferenciar los mensajes interesantes de los frívolos. Cuando bloggers
no muy conocidos publican mensajes con datos o puntos de vista nuevos, se ponen
en contacto con una o más de las bitácoras importantes para darles
publicidad: los pobres hacen de alarmas para los ricos. Esta relación
simbiótica y continua permite que las discusiones e informaciones interesantes
lleguen a la cima de la blogosfera. ésta, con su estructura transversal,
permite a los observadores externos tardar menos en obtener información
de los blogs. Los medios no tienen más que examinar los cuadernos de
más categoría para hacerse con un resumen del reparto de opiniones
sobre un tema político determinado. Los medios políticos convencionales,
a los que algunos bloggers llaman "la mediasfera", pueden hacer
de conducto entre el mundo de los blogs y los actores políticos.
La ventaja de las bitácoras sobre los medios tradicionales en el discurso
político es el bajo coste de su publicación inmediata. Los bloggers
pueden publicar reacciones ante acontecimientos políticos importantes
sobre la marcha, antes que los medios. Y la velocidad les ayuda a corregir
sus errores. Cuando encuentran uno, pueden corregirlo o actualizarlo con rapidez.
A través de estas interacciones, la blogosfera sintetiza cuestiones
complejas en los temas clave y da pistas a los demás medios.

No es extraño, pues, que cada vez más redactores, columnistas,
directores y editores de medios en
EE UU sean consumidores de blogs políticos. El director ejecutivo de
The New York Times, Bill Keller, declaró en noviembre de 2003: "Suelo
mirar los blogs (…) A veces leo algo en alguno de ellos que me hace pensar
que hemos metido la pata". Howard Kurtz, uno de los principales columnistas
de EE UU, cita a bloggers en su columna en The
Washington Post
. Muchos influyentes
columnistas especializados en asuntos internacionales, como Paul Krugman y
Fareed Zakaria, dicen que leer blogs es una de sus formas habituales para informarse.
Para los medios convencionales –que, casi por definición, tienen
déficit de conocimientos especializados–, los weblogs sirven,
asimismo, como depósitos de información. Y para los lectores
de todo el mundo, pueden hacer el papel de hombre de la calle, puesto que ofrecen
informaciones de primera mano, sin filtro, sobre otros países. Esta
faceta es especialmente útil, dado el descenso del número de
corresponsales de prensa desde los 90. Las bitácoras pueden incluso
proporcionar análisis expertos y resúmenes de textos en otras
lenguas –artículos de periódico o estudios oficiales– que,
de otro modo, los periodistas y comentaristas no podrían leer o entender.

Hasta los neófitos en política exterior pueden intervenir en
el debate. David Nishimura, historiador del arte y comerciante de plumas antiguas,
se convirtió en un comentarista inesperado con su blog sobre la guerra
de Irak: Cronaca. En el mes posterior a la caída del régimen
de Husein, en abril de 2003, hubo grandes lamentaciones públicas ante
las noticias de que durante el saqueo del Museo Nacional Iraquí, en
Bagdad, se perdieron más de 170.000 antigüedades y tesoros o artefactos
de valor incalculable. Ante las informaciones aparecidas, diversos historiadores
y arqueólogos se apresuraron a criticar al Departamento de Defensa estadounidense
por no haber protegido el museo. Sin embargo, Nishimura examinó las
distintas informaciones aparecidas en los medios y encontró varias incongruencias.
Dijo que la cifra de 170.000 estaba totalmente equivocada; que las pérdidas
reales, aunque considerables, eran mucho menores de lo que sugerían
las primeras crónicas. "Lo más probable es que intervinieran
varios baazistas o empleados del museo", escribió. "Hasta
ahora no sabemos con exactitud en qué medida coinciden estas dos categorías,
pero, hasta que se haya resuelto todo como es debido, sería prudente
recordar que otros Estados totalitarios se han adueñado de instituciones
culturales para reelaborar el futuro a través del pasado". Algunos
destacados bloggers de la derecha moderada en EE UU citaron el análisis
de Nishimura para llamar la atención y corregir los datos iniciales.

 

‘Blogs’ del mundo

Muchos bloggers en Estados Unidos hablan sobre asuntos internacionales,
pero sólo unos pocos –además de los mencionados
en este artículo– destacan. Jeff Jarvis y su BuzzMachine
es la mejor fuente de información sobre la expansión
global de la blogosfera. El economista de la Universidad de California
(Berkeley) Brad DeLong (Brad DeLong’s Semi-Daily Journal) es
tal vez el cronista con más influencia sobre economía,
mientras Tyler Cowen y Alex Tabarrok dialogan sobre teoría microeconómica
y la globalización de la cultura en Marginal
Revolution
. La
bitácora colectiva Oxblog ha logrado bastante atención
de los medios por su campaña a favor de una contundente política
exterior estadounidense de apoyo a los derechos humanos y la democracia.

En el resto del mundo, la presencia de los blogs es muy desigual.
Aunque Salam Pax preparó el camino para los cronistas iraquíes,
ya no escribe en ningún blog y sólo unas 70 bitácoras
iraquíes se han implantado en el vacío que dejó.
Entre las más prominentes, Irak: The Model
y Baghdad Burning
,
la primera de las cuales apoya la intervención militar de EE
UU mientras la segunda se opone. En Europa occidental hay un considerable
número de blogs, sobre todo en el Reino Unido, como el derechista
Edge of England’s Sword (El filo de la espada de Inglaterra) y el izquierdista y a favor de la guerra Harry’s
Place
. El cuaderno
de bitácora Slugger O’Toole cubre la vida cultural y política
en Irlanda del Norte, mientras A Fistful of Euros quiere proporcionar
una visión general de la política de Europa occidental.

Más lejos, BlogAfrica se organiza a modo de franquicias en
todo el continente, mientras Living in China ofrece la perspectiva
de un expatriado sobre la política y sociedad chinas. Por último,
está el blog del emprendedor tecnológico japonés
Joi Ito (Joi Ito’s ), quien, al parecer, visita 190 bitácoras
con frecuencia y pasa una media de cinco horas al día leyendo
y escribiendo en bitácoras. Todos estos blogs se encuentran
fácilmente en cualquier buscador de la Red.
—FP

 

 

Como revela la controversia sobre el saqueo del museo, los blogs se han convertido
en un quinto poder que vigila a los medios convencionales. Con frecuencia,
la velocidad de las reacciones de los bloggers obliga a los medios a corregir
sus propios errores antes de que se propaguen. Por ejemplo, en junio de 2003,
The Guardian publicó, equivocadamente, en su edición digital
que el subsecretario de Defensa de EE UU, Paul Wolfowitz, había declarado
que Washington había invadido Irak para proteger el suministro de petróleo.
La cita empezó a abrirse camino en otros medios de todo el mundo, incluido
el periódico alemán Die Welt. En horas sucesivas, numerosos bloggers
leyeron la historia e hicieron notar el error, por lo que el británico
tuvo que retractarse y pedir disculpas a sus lectores antes de que se publicara
en la versión impresa.

Los bloggers se han vuelto auténticos expertos en contrastar los hechos
que publican los medios y han provocado retractaciones y correcciones destacadas.
Hasta el punto de que, a veces, da la impresión de que el periodismo
contemporáneo está descontrolado. Glenn Reynolds, de Instapundit
(El experto instantáneo)
, ha explicado a Online
Journalism Review
que,
a su juicio, existen paralelismos entre las repercusiones de la blogosfera
y la glásnost (transparencia informativa) de la Rusia postsoviética. "La
gente está horrorizada, dice que es el fin del periodismo (…) Pero
lo mismo ocurrió cuando Moscú empezó a informar sobre
accidentes de aviación y todo el mundo pensó que habían
empezado a ocurrir de repente. (…) Por primera vez, la gente podía
leer sobre ellos". Los responsables de los medios convencionales replican,
con razón, que también las bitácoras tienen inconvenientes.
Sin embargo, como dice el profesor de Derecho de la Universidad de Yale Jack
Balkin, la blogosfera dispone de mecanismos correctores intrínsecos
que les hacen difícil ser tendenciosos, puesto que "los cronistas
que escriben sobre temas políticos no pueden evitar la referencia (ni,
más importante, los enlaces) a argumentos planteados por personas con
diferentes opiniones. El motivo es que gran parte de la blogosfera consiste
en críticas de lo que dicen otras personas".

El mundo de los blogs sirve también como barómetro para juzgar
si una noticia debe recibir más atención por parte de los medios
convencionales. Cuantas más bitácoras hablen de un asunto, más
probabilidades hay de que la blogosfera establezca la agenda de futuras informaciones.
Por ejemplo, un caso reciente, relacionado con la seguridad de
EE UU. En julio pasado, Annie Jacobsen, redactora de WomensWallStreet.com,
publicó un relato en primera persona sobre las actividades sospechosas
de unos pasajeros sirios en un vuelo nacional de
EE UU: "Vi a 14 hombres procedentes de Oriente Medio que subían
por separado (seis de ellos juntos y ocho de forma individual), y que luego
actuaban como grupo, vi sus miradas raras y sus extrañas actividades
en el baño, vi que se congregaban en grupos pequeños (…), que
las azafatas y los pilotos estaban seriamente preocupados y sabía que
había policías de la Autoridad Federal de Aviación a bordo,
así que estaba oficialmente aterrada", escribió. Su relato
se difundió rápidamente, se colocaron enlaces en toda la blogosfera
y fue objeto de un animado debate. ¿Era la preparación de otro
atentado terrorista como los del 11-S? ¿Acaso Jacobsen había
tenido una reacción desmesurada, cegada por estereotipos raciales? ¿Debía
acabar Washington con la costumbre de multar a las aerolíneas "discriminatorias" que
controlan en exceso a los pasajeros árabes? En un fin de semana, dos
millones de personas leyeron el artículo. Pronto se habló de él
en medios como NPR, MSNBC, Time y The New York
Times
, y se inició un
debate más amplio sobre la caracterización racial de posibles
terroristas.

Los ‘bloggers’ se
han convertido en víctimas de su propio éxito: cuantos
más medios les contratan como proveedores de contenidos, más
directamente se integran en la política convencional

Algunos bloggers utilizan a propósito el medio para promover sus causas.
Con la ayuda de Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, y Samantha
Power, la autora de A Problem from Hell: America and the
Age of Genocide
(Un
problema del demonio: América y la era del genocidio), que obtuvo el
Premio Pulitzer, la ciberactivista Joanne Cipolla Moore creó un blog
y una página (Pasión por el presente) dedicada a reunir datos
y noticias sobre el genocidio en Sudán. Moore pidió a docenas
de bloggers de los más leídos que colocaran enlaces con la página
en las suyas y le ayudasen a difundir el problema de Sudán. La bitácora
de Ethan Zuckerman, investigador en el Centro Berkman sobre Internet y Sociedad
de la Facultad de Derecho de Harvard, no sólo contiene enlaces con la
página de Moore, sino que ha hecho un llamamiento a las armas que incluye
toda la blogosfera: "Los blogs nos permiten decir a los medios convencionales
lo que queremos. Cuando nuestros lectores dejaron claro que queríamos
saber más sobre el comentario racista de Trent Lott, los medios convencionales
tomaron el relevo e investigaron más la noticia… ¿Qué esfuerzo
habrá que hacer para escoger un asunto importante –como la intervención
del Gobierno de Sudán en Darfur, por ejemplo– e impulsarlo lo
suficiente en la blogosfera como para que la CNN se vea obligada a llevar un
equipo a la región?". En todos estos ejemplos, los bloggers sacaron
gran parte de su información de medios de comunicación establecidos.
Pero también sirvieron como mecanismo de retroalimentación para
la mediasfera. Es decir, la blogosfera funciona, al mismo tiempo, como amplificador
y remezclador de la cobertura informativa. Eso hace que a los medios tradicionales –y,
en definitiva, a los responsables políticos– les resulte difícil
ignorarla como filtro a través del cual el público reflexiona
sobre cuestiones de política exterior.

UN NUEVO MUNDO EN "BITÁCORAS"
A medida que la blogosfera crece, están empezando a aparecer bitácoras
en países en los que existen pocos cauces de expresión política.
Pero ¿pueden influir en la política cuando se trata de regímenes
en los que no existen medios independientes y poderosos? En ciertas circunstancias,
sí. Los blogs pueden ser una fuente alternativa de información
y comentario en países donde los medios tradicionales están bajo
el control del Estado. Son más difíciles de dominar que la televisión
o los periódicos –sobre todo en regímenes que toleran cierto
grado de libertad de expresión–, pero no son invulnerables a la
censura estatal. Un régimen puede bloquear los que no le gusten mediante
la restricción del acceso a Internet o puede dar ejemplo castigando
la expresión política desautorizada, como ocurre hoy en Arabia
Saudí y China. Un gobierno puede utilizar filtros para limitar el acceso
a blogs extranjeros. Y, si no hay una infraestructura tecnológica fiable,
las personas quedarán aisladas de la blogosfera. Por ejemplo, la escasez
crónica de energía y los problemas con las telecomunicaciones
hacen que a los iraquíes les resulte difícil escribir o leer
bitácoras.

Dados los obstáculos con que se encuentran en sus países, estos
cronistas (o quizá otros que se han ido a vivir fuera) pueden intentar
influir en blogs y medios de comunicación extranjeros para obtener resultados
indirectos en casa. Las politólogas Margaret Keck, de la Universidad
Johns Hopkins, y Kathryn Sikkink, de la Universidad de Minnesota, afirman que
los activistas que no pueden cambiar la situación en sus países
a veces utilizan su poder para llevar su caso a las redes transnacionales de
ayuda, que, a su vez, dan a conocer los abusos y presionan a sus gobiernos.
Keck y Sikkink lo llaman "efecto bumerán", porque la represión
interna puede desembocar en presiones internacionales sobre el régimen
iniciadas desde el extranjero. Los blogs pueden ser un factor importante en
la formación de esas redes transnacionales.

Irán es un buen ejemplo. La blogosfera iraní se ha disparado.
Según el censo de blogs del Instituto Nacional de Tecnología
y Educación Humanista, el farsi es la cuarta lengua más usada
en las bitácoras del mundo. Sólo un servidor (Persian
Blog
) alberga
unas 60.000 en activo. Permiten relacionarse a los jóvenes iraníes,
tanto seglares como religiosos, y ocupan en parte el puesto de los periódicos
reformistas que han sufrido la censura o el cierre. Los esfuerzos del Gobierno
para imponer filtros en Internet no han logrado del todo sus objetivos. También
se han pasado a los blogs algunos políticos reformistas, entre ellos
el presidente Jatamí, que se felicitó por el número de
bloggers iraníes en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información
(diciembre de 2003), y el vicepresidente y blogger Mohamed Alí Abtahi.

Las principales bitácoras iraníes (como Editor:
Myself
) tienen
enlaces con la blogosfera de habla inglesa. Cuando Sina Motallebi, un importante
cronista iraní, fue encarcelado por "socavar la seguridad nacional
a través de una actividad cultural", otros bloggers iraníes
destacados pudieron contar con compañeros muy conocidos de habla inglesa,
como Jeff Jarvis (BuzzMachine), Dan Gillmor (Silicon
Valley
) y Patrick Belton
(OxBlog), para crear una coalición en la Red que logró llamar
la atención de los medios y consiguió la liberación de
Motallebi. Otra campaña internacional de protestas hizo posible la libertad
de la blogger china Liu Di, una estudiante de psicología de 23 años
que ofendía a las autoridades con sus comentarios satíricos sobre
el Partido Comunista. Sin embargo, al mismo tiempo, detenían a dos personas
que habían hecho circular por la Red peticiones a su favor. Así son
las cosas en China, donde 300.000 bloggers (de unos 80 millones de internautas)
coexisten a duras penas con el Gobierno. Los cronistas chinos han perfeccionado
el arte de la autocensura, porque un solo mensaje ofensivo puede afectar a
toda una cibercomunidad; así ocurrió cuando los censores de Internet
cerraron temporalmente importantes sitios de blogs, como Blogcn.com, en 2003.
Frank Yu, director de programa en el Centro de Tecnología Avanzada de
Microsoft en Pekín, describió un día en la vida de un
supuesto blogger chino, al que llamó John X, y explicó esa forma
de pensar: "Después de releer su nuevo mensaje, comprueba cualquier
término políticamente delicado capaz de hacer que el Gobierno
bloquee su sitio… Aunque no le preocupa mucho que le desconecten, no quiere
que todos los escritores que comparten el servidor con él se queden
también fuera. Cuando se vive en China, se aprende a escoger las batallas
(…) y a dejar pasar las demás indignidades con docilidad y discreción".
No obstante, algunos logran estirar un poco la cuerda, como cuando Wang Jian
Shuo, empleado de Microsoft en Shanghai, publicó relatos personales
(con fotos) de los brotes de Sars y gripe del pollo.

Corea del Norte es tal vez el caso más extremo de hostilidad respecto
a los blogs. Es una sociedad cerrada, en la que sólo las clases dirigentes
y los extranjeros tienen acceso autorizado a Internet. Como es natural, no
existen bitácoras en el país ni tampoco una forma fácil
de acceder a las de fuera. Sin embargo, incluso allí, los blogs consiguen
repercusión aunque sea limitada. Una antigua periodista de la CNN, Rebecca
MacKinnon, ha creado NKZone, un blog que se ha convertido en un centro de noticias
y debate sobre Corea del Norte. Como dice MacKinnon, este blog reúne
información de forma distinta a las del periodismo. Pyongyang no suele
dejar que entren reporteros en sus fronteras, y, cuando lo hace, les asigna
guardaespaldas que no les pierden de vista. Ahora bien, los que no son periodistas
sí pueden entrar. NKZone obtiene informaciones de fuentes variadas–turistas, diplomáticos, ONGs y miembros del mundo académico
con experiencia directa de la vida en el país– y las agrupa para
leerlas con más facilidad. Ya lo han citado publicaciones tan prestigiosas
como The Asian Wall Street Journal y The Sunday
Times
, de Londres, como fuente
en noticias de Corea del Norte.

"BLOGO ERGO SUM"
La influencia cada vez mayor de los bloggers ha hecho de algunos de ellos unos
triunfalistas. Al oírles, se diría que el blog es lo que más
ha transformado los medios desde la imprenta. Gritos de guerra como "la
revolución estará en un blog" reflejan la convicción
de que estas bitácoras van a sustitutir al periodismo tradicional.
Pero, como dice con ironía Ana Marie Cox, directora de la bitácora
Wonkette (Washington), "para que haya una revolución, la gente
tiene que salir de casa".

Aún existen grandes obstáculos para la influencia de las bitácoras.
Todos los cronistas, incluso los más establecidos, tienen recursos limitados.
Por ahora, dependen mucho de los medios tradicionales como fuentes de información.
Además, son víctimas de su propio éxito: a medida que
aumentan los medios que les contratan como proveedores de contenidos, se van
integrando de forma cada vez más directa en la política convencional,
por lo que, sin duda, las bitácoras perderán su carácter
de novedad y su inmediatez, puesto que estarán en manos de las instituciones
que pretenden criticar; no hay más que ver la decisión de los
dos grandes partidos políticos de EE UU de acreditar a varios bloggers
en sus convenciones de 2004.

Los bloggers, incluso los que viven en sociedades libres, se enfrentan a la
misma censura que los medios. Corea del Sur bloqueó hace poco el acceso
a la mayoría de los blogs extranjeros, al parecer porque algunos tenían
enlaces con imágenes de militantes islamistas en Irak decapitando a
un surcoreano. En EE UU, el Pentágono invocó la seguridad nacional
para cerrar las bitácoras escritas por soldados en Irak. Los oficiales
dijeron que sus crónicas podían revelar, sin querer, información
delicada. Sin embargo, Michael O’Hanlon, especialista en defensa de la
Brookings Institution, declaró a NPR que aquello "no tenía
que ver con la seguridad (…) y los secretos clasificados, sino, más
bien, con la política de EE UU y la percepción de la guerra por
parte de una opinión pública cada vez más trastornada
por todo este asunto".

Hay que tener en cuenta también que la blogosfera, como la sociedad
civil, sigue siendo terreno hegemónico del mundo desarrollado, un hecho
que resalta más aún la existencia de una brecha digital. Y, aunque
los principales bloggers proceden de ideologías diversas, su perfil
demográfico es muy parecido: los varones blancos de clase media copan
con diferencia los escalones más altos.

Como es de esperar con esa composición, un análisis realizado
por Ethan Zuckerman, de Harvard, descubrió que la blogosfera, como los
medios, tiende a ignorar gran parte del mundo. Pero su influencia no disminuirá a
medida que se incorporen más cronistas a la Red, sino que aumentará:
su mayor ventaja es su accesibilidad. Un sondeo reciente encargado por la empresa
de relaciones públicas Edelman revelaba que los estadounidenses y los
europeos confían más en las opiniones de la gente corriente que
en las de la mayoría de las autoridades. Casi todos los bloggers son
ciudadanos corrientes, que leen y reaccionan ante lo que dicen los expertos
y los medios. Como dice Andrew Sullivan, "escribimos gratis para cualquiera,
sólo porque nos gusta. Es refrescante y estimulante escribir cosas que
importan (…) y decir cosas en las que uno cree sin preocuparse demasiado".

¿Algo más?
Se puede encontrar un estudio más extenso
sobre los efectos de los blogs en la política en la ponencia
de Daniel W. Drezner en la reunión anual de 2004 de la Asociación
Estadounidense de Ciencia Política, ‘The Power and
Politics of blogs’, y disponible en la página
de la asociación. Para otros estudios de las redes de bitácoras
(todos disponibles en Internet), ver Power
Laws, weblogs,
and Inequality
,
de Clay Shirky; el documento de Perseus Blogging
Iceberg
, y la
ponencia de Eytan Adar, Li Zhang, Lada A. Adamic y Rajan M. Lukose, ‘Implicit
Structure and the Dynamics of blogspace’, presentada en la
XIII Conferencia Internacional de la Red Mundial (18 de mayo de
2004).Como introducción general a las bitácoras digitales
como medio, el libro de Rebecca Blood The
Weblog Handbook: Practical Advice on Creating and Maintaining Your
Blog
(Perseus, Cambridge,
Massachusetts, EE UU, 2002) es un buen punto de partida, y el de
Dan Gillmor We the Media: Grassroots Journalism
by the People, for the People
(O’Reilly Media Inc., Sebastopol, California,
EE UU, 2004) es un buen final. El ensayo de Rebecca MacKinnon The
World-Wide Conversation: Online Participatory Media and Internacional
News
, disponible en la página del Centro Berkman para
Internet y la Sociedad, ofrece pistas interesantes sobre los blogs
como recopiladores de información internacional. Páginas
como Technorati y blogstreet se dedican a descubrir y clasificar
blogs.

Existe un debate importante sobre las repercusiones de Internet
en la política mundial. Ronald J. Deibert afirma que la
Red aumenta la influencia de la sociedad civil de todo el mundo
en ‘International Plug’n Play? Citizen Activism, the
Internet, and Global Public Policy’ (International
Studies Perspectives
, julio de 2000). Drezner se ocupa de los límites
de la Red en ‘The Global Governance of the Internet: Bringing
the State Back In’ (Political Science
Quarterly,
otoño
de 2004).

 

Millones de cronistas o bloggers comparten
sus opiniones cada día con un público global. Basándose en los medios internacionales
e Internet, han
creado una tupida red con enorme capacidad para marcar la agenda en asuntos
como los derechos humanos, Irán o la ocupación de Irak por EE
UU. Es una nueva forma de comunicación que está transformando
el panorama
de periodistas y políticos, aunque el fenómeno de los blogs todavía
no ha llegado a España.
Daniel W. Drezner y Henry Farrell

La noticia que abría los informativos de las cadenas de televisión
el 21 de marzo de 2003 –dos días después de que EE UU iniciara
su campaña Impacto y pavor contra Irak– era el rumor, luego desmentido,
de que el famoso primo de Sadam Husein Alí Hasan al Majid, Alí el
Químico
, había muerto en un bombardeo. Para miles de personas
de todo el mundo que, en vez de encender sus televisores, se habían
conectado a la Red, el gran titular era la repentina e inquietante desaparición
de Salam Pax, también conocido como "el blogger de Bagdad".

Salam Pax era el seudónimo de un arquitecto de 29 años cuyo
diario en Internet, lleno de observaciones sinceras e irónicas sobre
la vida cotidiana en tiempo de guerra, le había convertido en una figura
mundial. Estuvo desaparecido durante tres días, pero no por culpa de
los misiles de crucero estadounidenses ni de los matones del partido Baaz,
sino por dificultades técnicas. En los meses sucesivos, sus lectores
se contaban por millones, a medida que sus relatos empezaron a citarse en The
New York Times
, la BBC y The Guardian. Si la primera guerra del Golfo dio a
conocer al mundo el llamado efecto CNN, la segunda supone la puesta de largo
de los blogs. Salam Pax fue el cronista más famoso durante el conflicto
(más tarde, firmaría un contrato para convertir sus cuadernos
virtuales en un libro y una película), pero surgieron otros muchos,
incluidos soldados estadounidenses, con sus propios análisis y comentarios
en directo.

Los blogs (abreviatura de weblogs, cuadernos de bitácora en la Red
y que en español empiezan a llamarse directamente bitácoras)
son diarios actualizados periódicamente, que ofrecen comentarios con
poca o ninguna intervención de editores externos. Se suelen presentar
como una serie de mensajes, anotaciones individuales con noticias o comentarios,
por orden cronológico inverso. Muchas veces, los mensajes incluyen hipervínculos
a otras páginas que permiten a los comentaristas aprovechar el contenido
de toda la Red. Pueden ser diarios personales, análisis políticos,
columnas de consejos sobre amor, ordenadores, dinero o cualquier otra afición,
o todo junto. Han crecido de forma increíble: en 1999 se calculaba que
había unos 50; cinco años después son entre 2,4 y 4,1
millones. Perseus Development Corporation, una consultora que estudia las tendencias
en Internet, calcula que para 2005 habrá más de 10 millones de
cuadernos de bitácora. En EE UU, los medios de comunicación también
se han incorporado a este formato, y muchos canales de televisión, periódicos
y revistas de opinión contienen (en sus versiones digitales) blogs,
que a veces incluyen mensajes de sus propios corresponsales y además
cuentan con columnistas plenamente dedicados a Internet.

Estos cuadernos ya han tenido su efecto en la política de EE UU. Los
cinco blogs políticos más visitados atraen juntos más
de medio millón de visitas al día. Jimmy Orr, director de Internet
de la Casa Blanca, dijo hace poco que la "blogosfera" (el término
que designa el universo de los weblogs) es importante, decisiva y con una influencia
que no se valora lo suficiente. Lo sabe bien Trent Lott, que, en diciembre
de 2002, se vio obligado a dimitir como líder de la mayoría en
el Senado después de unos incendiarios comentarios racistas a los que,
al principio, los medios hicieron poco caso. El incidente provocó intensas
discusiones en la Red, lo que atrajo el interés mediático y transformó el
desliz de Lott en un escándalo total.

Una cosa son los escándalos políticos, pero ¿puede influir
la blogosfera en la política mundial? En comparación con otros
actores del escenario internacional –gobiernos, multinacionales, organizaciones
internacionales, ONGs–, los blogs no parecen muy poderosos ni visibles.
Incluso los más populares no tienen más que una fracción
del tráfico de Internet que atraen los grandes medios. Según
el sondeo de 2003 sobre la prensa digital del Pew Research Center, sólo
el 4% de los internautas estadounidenses visitan las bitácoras en busca
de comentarios y opiniones. La blogosfera no posee una organización
central; sus participantes tienen pocas coincidencias ideológicas. Un
estudio realizado en octubre de 2003 por Perseus llegó a la conclusión
de que "el blog típico lo utiliza una chica adolescente dos veces
al mes para poner al día a sus amigos de lo que ocurre en su vida".
Las bitácoras son una actividad casi exclusivamente voluntaria y realizada
en ratos libres. El ingreso medio que genera es cero. ¿Cómo es
posible que unas páginas descentralizadas, con espíritu de contradicción
y sin ánimo de lucro, ejerzan alguna influencia en la política
mundial?

Para los lectores de todo
el mundo, los ‘blogs’ pueden representar al ‘hombre
de la calle’, pues proporcionan información de primera mano
sobre otros países

Los blogs están ganando peso en la medida en que pueden influir en
los contenidos de los medios internacionales. El catedrático estadounidense
de Periodismo Todd Gitlin destacó una vez que los medios enmarcan la
realidad mediante "principios de selección, énfasis y presentación,
compuestos de pequeñas teorías tácitas sobre lo que existe,
lo que ocurre y lo que importa". Cada vez más, los periodistas
y expertos deciden lo que importa en el mundo influidos por las bitácoras.
A la hora de tratar temas importantes sobre política internacional,
la blogosfera es una rara combinación de conocimientos compartidos,
reacción colectiva a las noticias y barómetro de la opinión
pública. Es más, en el caos del ciberespacio se ha constituido
una estructura jerárquica. Unas cuantas bitácoras selectas se
han convertido en recopiladoras de informaciones y análisis, y eso permite
a los periodistas extraer análisis cargados de contenido y recurrir
a los blogs para que les ayuden a interpretar y predecir los acontecimientos
políticos.

Cuando los weblogs más importantes dedican su atención a un
asunto nuevo o ignorado, pueden ayudar a los grandes medios a centrar su interés
y ejercen un enorme poder a la hora de establecer las prioridades. En EE UU
han desencadenado debates nacionales en temas como la identificación
racial en los aeropuertos y han mantenido el interés por escándalos
como la filtración del nombre de la agente de la CIA Valerie Plame o
las acusaciones de sobornos en Naciones Unidas. Aunque gran parte de la blogosfera
está aún llena de estudiantes de bachillerato, los blogs ofrecen
cada vez más un conducto por el que los ciudadanos corrientes, y no
tan corrientes, pueden expresar sus opiniones sobre las relaciones internacionales
y modificar el contexto en el que los responsables políticos deben tomar
las decisiones.

El catedrático de Historia de la Universidad de Michigan (EE UU) Juan
Cole tenía mucho que decir sobre la guerra contra el terrorismo y el
conflicto con Irak. Por desgracia, pocos le escuchaban. A pesar de su impresionante
currículum (habla con fluidez tres lenguas de Oriente Medio), a Cole
no le era fácil publicar sus artículos de opinión ni siquiera
después del 11-S. Sus ensayos sobre el mundo musulmán podrían
haberse quedado en la torre de marfil de las publicaciones académicas
si, en 2002, no hubiera comenzado, como afición, una bitácora
llamada Informed Comment (Comentario informado). Sus conocimientos de idiomas
le daban una ventaja única para examinar noticias y editoriales de toda
la región. "Era algo que no habría podido hacer en 1990,
ni siquiera en 1995″, explicó a un periódico de Detroit,
al hablar de la explosión de publicaciones digitales de Oriente Medio
en Internet. Otros bloggers se interesaron por sus textos, sobre todo porque
manifestaban un escepticismo sobre la ocupación de Irak que contrastaba
con la cobertura optimista de los medios estadounidenses tras la caída
del régimen del partido Baaz. En el verano de 2003, Cole anotó: "Todo
indica que los árabes suníes del norte, este y oeste de Bagdad
odian a EE UU y que haya tropas estadounidenses en su país. Este odio
es el caldo de cultivo fundamental de la resistencia y no contribuye a aplacarlo
el que los soldados norteamericanos arrasen las ciudades (…), políticamente,
creo que [esta estrategia] no aborda los verdaderos problemas, la necesidad
de ganarse a la gente".

Como destacado experto en la historia moderna del islam chií, Cole
atrajo a gran número de lectores entre los bloggers –y los periodistas– cuando
estalló la revuelta de los chiíes en Irak a principios de 2004.
Con 250.000 lectores mensuales de su bitácora, Cole empezó a
aparecer en medios como National Public Radio (NPR, la radio pública
estadounidense) y la CNN en calidad de comentarista experto. Asimismo, testificó ante
el Comité de Relaciones Externas del Senado de EE UU. "Como consecuencia
de mi blog, The Middle East Journal me invitó a colaborar en el número
de otoño de 2003″, recuerda. "Cuando los ayudantes del Comité de
Relaciones Externas del Senado quisieron buscar literatura sobre Múqtada
al Sáder y su movimiento, sólo encontraron mi artículo.
Los ayudantes y algunos senadores lo leyeron y quisieron conocer mis opiniones".
La transformación de Cole en un intelectual público es un buen
símbolo de la dinámica que ha acentuado la influencia de la blogosfera.
Cole deseaba hacer públicos sus conocimientos, y lo consiguió:
cuando empezó a dar que hablar en el mundo virtual, otras personas en
el mundo real empezaron a tenerle en cuenta.

CONEXIONES EN LA ‘BLOGOSFERA’
Muchos bloggers quieren tener una base amplia de lectores. Se supone que la
mejor forma de conseguir que una página reciba mucho tráfico
es colocar enlaces en otros weblogs. Una bitácora con enlaces en muchas
otras páginas acumula cada vez más número de lectores,
a medida que los cronistas de esas otras páginas descubren la primera
y crean hipervínculos en las suyas. Es decir, en la blogosfera, los
ricos (por número de enlaces) lo son cada vez más y los pobres
permanecen pobres. Esta dinámica crea un reparto sesgado: muy pocos
blogs de primera categoría, a los que se llega a través de
enlaces desde muchos sitios, seguidos de un enorme vacío y, luego,
una larga lista de cuadernos de categoría media a baja, con pocos
o ningún enlace de entrada. Un estudio realizado por Clay Shirky,
profesor asociado de la Universidad de Nueva York, ha descubierto que las
12 bitácoras más visitadas (menos del 3% del total examinado)
representan, aproximadamente, el 20% de los enlaces de entrada. Algunas bitácoras
con pocos enlaces pueden enriquecerse si los bloggers de más categoría
colocan un enlace a ellos, y eso explica por qué siempre hay nuevos
cronistas dispuestos a incorporarse a la blogosfera.

Por consiguiente, sólo unas cuantas bitácoras tienen probabilidades
de convertirse en focos de atención. Estas escogidas sirven como filtro
para diferenciar los mensajes interesantes de los frívolos. Cuando bloggers
no muy conocidos publican mensajes con datos o puntos de vista nuevos, se ponen
en contacto con una o más de las bitácoras importantes para darles
publicidad: los pobres hacen de alarmas para los ricos. Esta relación
simbiótica y continua permite que las discusiones e informaciones interesantes
lleguen a la cima de la blogosfera. ésta, con su estructura transversal,
permite a los observadores externos tardar menos en obtener información
de los blogs. Los medios no tienen más que examinar los cuadernos de
más categoría para hacerse con un resumen del reparto de opiniones
sobre un tema político determinado. Los medios políticos convencionales,
a los que algunos bloggers llaman "la mediasfera", pueden hacer
de conducto entre el mundo de los blogs y los actores políticos.
La ventaja de las bitácoras sobre los medios tradicionales en el discurso
político es el bajo coste de su publicación inmediata. Los bloggers
pueden publicar reacciones ante acontecimientos políticos importantes
sobre la marcha, antes que los medios. Y la velocidad les ayuda a corregir
sus errores. Cuando encuentran uno, pueden corregirlo o actualizarlo con rapidez.
A través de estas interacciones, la blogosfera sintetiza cuestiones
complejas en los temas clave y da pistas a los demás medios.

No es extraño, pues, que cada vez más redactores, columnistas,
directores y editores de medios en
EE UU sean consumidores de blogs políticos. El director ejecutivo de
The New York Times, Bill Keller, declaró en noviembre de 2003: "Suelo
mirar los blogs (…) A veces leo algo en alguno de ellos que me hace pensar
que hemos metido la pata". Howard Kurtz, uno de los principales columnistas
de EE UU, cita a bloggers en su columna en The
Washington Post
. Muchos influyentes
columnistas especializados en asuntos internacionales, como Paul Krugman y
Fareed Zakaria, dicen que leer blogs es una de sus formas habituales para informarse.
Para los medios convencionales –que, casi por definición, tienen
déficit de conocimientos especializados–, los weblogs sirven,
asimismo, como depósitos de información. Y para los lectores
de todo el mundo, pueden hacer el papel de hombre de la calle, puesto que ofrecen
informaciones de primera mano, sin filtro, sobre otros países. Esta
faceta es especialmente útil, dado el descenso del número de
corresponsales de prensa desde los 90. Las bitácoras pueden incluso
proporcionar análisis expertos y resúmenes de textos en otras
lenguas –artículos de periódico o estudios oficiales– que,
de otro modo, los periodistas y comentaristas no podrían leer o entender.

Hasta los neófitos en política exterior pueden intervenir en
el debate. David Nishimura, historiador del arte y comerciante de plumas antiguas,
se convirtió en un comentarista inesperado con su blog sobre la guerra
de Irak: Cronaca. En el mes posterior a la caída del régimen
de Husein, en abril de 2003, hubo grandes lamentaciones públicas ante
las noticias de que durante el saqueo del Museo Nacional Iraquí, en
Bagdad, se perdieron más de 170.000 antigüedades y tesoros o artefactos
de valor incalculable. Ante las informaciones aparecidas, diversos historiadores
y arqueólogos se apresuraron a criticar al Departamento de Defensa estadounidense
por no haber protegido el museo. Sin embargo, Nishimura examinó las
distintas informaciones aparecidas en los medios y encontró varias incongruencias.
Dijo que la cifra de 170.000 estaba totalmente equivocada; que las pérdidas
reales, aunque considerables, eran mucho menores de lo que sugerían
las primeras crónicas. "Lo más probable es que intervinieran
varios baazistas o empleados del museo", escribió. "Hasta
ahora no sabemos con exactitud en qué medida coinciden estas dos categorías,
pero, hasta que se haya resuelto todo como es debido, sería prudente
recordar que otros Estados totalitarios se han adueñado de instituciones
culturales para reelaborar el futuro a través del pasado". Algunos
destacados bloggers de la derecha moderada en EE UU citaron el análisis
de Nishimura para llamar la atención y corregir los datos iniciales.

 

Blogs’ del mundo

Muchos bloggers en Estados Unidos hablan sobre asuntos internacionales,
pero sólo unos pocos –además de los mencionados
en este artículo– destacan. Jeff Jarvis y su BuzzMachine
es la mejor fuente de información sobre la expansión
global de la blogosfera. El economista de la Universidad de California
(Berkeley) Brad DeLong (Brad DeLong’s Semi-Daily Journal) es
tal vez el cronista con más influencia sobre economía,
mientras Tyler Cowen y Alex Tabarrok dialogan sobre teoría microeconómica
y la globalización de la cultura en Marginal
Revolution
. La
bitácora colectiva Oxblog ha logrado bastante atención
de los medios por su campaña a favor de una contundente política
exterior estadounidense de apoyo a los derechos humanos y la democracia.

En el resto del mundo, la presencia de los blogs es muy desigual.
Aunque Salam Pax preparó el camino para los cronistas iraquíes,
ya no escribe en ningún blog y sólo unas 70 bitácoras
iraquíes se han implantado en el vacío que dejó.
Entre las más prominentes, Irak: The Model
y Baghdad Burning
,
la primera de las cuales apoya la intervención militar de EE
UU mientras la segunda se opone. En Europa occidental hay un considerable
número de blogs, sobre todo en el Reino Unido, como el derechista
Edge of England’s Sword (El filo de la espada de Inglaterra) y el izquierdista y a favor de la guerra Harry’s
Place
. El cuaderno
de bitácora Slugger O’Toole cubre la vida cultural y política
en Irlanda del Norte, mientras A Fistful of Euros quiere proporcionar
una visión general de la política de Europa occidental.

Más lejos, BlogAfrica se organiza a modo de franquicias en
todo el continente, mientras Living in China ofrece la perspectiva
de un expatriado sobre la política y sociedad chinas. Por último,
está el blog del emprendedor tecnológico japonés
Joi Ito (Joi Ito’s ), quien, al parecer, visita 190 bitácoras
con frecuencia y pasa una media de cinco horas al día leyendo
y escribiendo en bitácoras. Todos estos blogs se encuentran
fácilmente en cualquier buscador de la Red.
—FP

 

 

Como revela la controversia sobre el saqueo del museo, los blogs se han convertido
en un quinto poder que vigila a los medios convencionales. Con frecuencia,
la velocidad de las reacciones de los bloggers obliga a los medios a corregir
sus propios errores antes de que se propaguen. Por ejemplo, en junio de 2003,
The Guardian publicó, equivocadamente, en su edición digital
que el subsecretario de Defensa de EE UU, Paul Wolfowitz, había declarado
que Washington había invadido Irak para proteger el suministro de petróleo.
La cita empezó a abrirse camino en otros medios de todo el mundo, incluido
el periódico alemán Die Welt. En horas sucesivas, numerosos bloggers
leyeron la historia e hicieron notar el error, por lo que el británico
tuvo que retractarse y pedir disculpas a sus lectores antes de que se publicara
en la versión impresa.

Los bloggers se han vuelto auténticos expertos en contrastar los hechos
que publican los medios y han provocado retractaciones y correcciones destacadas.
Hasta el punto de que, a veces, da la impresión de que el periodismo
contemporáneo está descontrolado. Glenn Reynolds, de Instapundit
(El experto instantáneo)
, ha explicado a Online
Journalism Review
que,
a su juicio, existen paralelismos entre las repercusiones de la blogosfera
y la glásnost (transparencia informativa) de la Rusia postsoviética. "La
gente está horrorizada, dice que es el fin del periodismo (…) Pero
lo mismo ocurrió cuando Moscú empezó a informar sobre
accidentes de aviación y todo el mundo pensó que habían
empezado a ocurrir de repente. (…) Por primera vez, la gente podía
leer sobre ellos". Los responsables de los medios convencionales replican,
con razón, que también las bitácoras tienen inconvenientes.
Sin embargo, como dice el profesor de Derecho de la Universidad de Yale Jack
Balkin, la blogosfera dispone de mecanismos correctores intrínsecos
que les hacen difícil ser tendenciosos, puesto que "los cronistas
que escriben sobre temas políticos no pueden evitar la referencia (ni,
más importante, los enlaces) a argumentos planteados por personas con
diferentes opiniones. El motivo es que gran parte de la blogosfera consiste
en críticas de lo que dicen otras personas".

El mundo de los blogs sirve también como barómetro para juzgar
si una noticia debe recibir más atención por parte de los medios
convencionales. Cuantas más bitácoras hablen de un asunto, más
probabilidades hay de que la blogosfera establezca la agenda de futuras informaciones.
Por ejemplo, un caso reciente, relacionado con la seguridad de
EE UU. En julio pasado, Annie Jacobsen, redactora de WomensWallStreet.com,
publicó un relato en primera persona sobre las actividades sospechosas
de unos pasajeros sirios en un vuelo nacional de
EE UU: "Vi a 14 hombres procedentes de Oriente Medio que subían
por separado (seis de ellos juntos y ocho de forma individual), y que luego
actuaban como grupo, vi sus miradas raras y sus extrañas actividades
en el baño, vi que se congregaban en grupos pequeños (…), que
las azafatas y los pilotos estaban seriamente preocupados y sabía que
había policías de la Autoridad Federal de Aviación a bordo,
así que estaba oficialmente aterrada", escribió. Su relato
se difundió rápidamente, se colocaron enlaces en toda la blogosfera
y fue objeto de un animado debate. ¿Era la preparación de otro
atentado terrorista como los del 11-S? ¿Acaso Jacobsen había
tenido una reacción desmesurada, cegada por estereotipos raciales? ¿Debía
acabar Washington con la costumbre de multar a las aerolíneas "discriminatorias" que
controlan en exceso a los pasajeros árabes? En un fin de semana, dos
millones de personas leyeron el artículo. Pronto se habló de él
en medios como NPR, MSNBC, Time y The New York
Times
, y se inició un
debate más amplio sobre la caracterización racial de posibles
terroristas.

Los ‘bloggers’ se
han convertido en víctimas de su propio éxito: cuantos
más medios les contratan como proveedores de contenidos, más
directamente se integran en la política convencional

Algunos bloggers utilizan a propósito el medio para promover sus causas.
Con la ayuda de Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, y Samantha
Power, la autora de A Problem from Hell: America and the
Age of Genocide
(Un
problema del demonio: América y la era del genocidio), que obtuvo el
Premio Pulitzer, la ciberactivista Joanne Cipolla Moore creó un blog
y una página (Pasión por el presente) dedicada a reunir datos
y noticias sobre el genocidio en Sudán. Moore pidió a docenas
de bloggers de los más leídos que colocaran enlaces con la página
en las suyas y le ayudasen a difundir el problema de Sudán. La bitácora
de Ethan Zuckerman, investigador en el Centro Berkman sobre Internet y Sociedad
de la Facultad de Derecho de Harvard, no sólo contiene enlaces con la
página de Moore, sino que ha hecho un llamamiento a las armas que incluye
toda la blogosfera: "Los blogs nos permiten decir a los medios convencionales
lo que queremos. Cuando nuestros lectores dejaron claro que queríamos
saber más sobre el comentario racista de Trent Lott, los medios convencionales
tomaron el relevo e investigaron más la noticia… ¿Qué esfuerzo
habrá que hacer para escoger un asunto importante –como la intervención
del Gobierno de Sudán en Darfur, por ejemplo– e impulsarlo lo
suficiente en la blogosfera como para que la CNN se vea obligada a llevar un
equipo a la región?". En todos estos ejemplos, los bloggers sacaron
gran parte de su información de medios de comunicación establecidos.
Pero también sirvieron como mecanismo de retroalimentación para
la mediasfera. Es decir, la blogosfera funciona, al mismo tiempo, como amplificador
y remezclador de la cobertura informativa. Eso hace que a los medios tradicionales –y,
en definitiva, a los responsables políticos– les resulte difícil
ignorarla como filtro a través del cual el público reflexiona
sobre cuestiones de política exterior.

UN NUEVO MUNDO EN "BITÁCORAS"
A medida que la blogosfera crece, están empezando a aparecer bitácoras
en países en los que existen pocos cauces de expresión política.
Pero ¿pueden influir en la política cuando se trata de regímenes
en los que no existen medios independientes y poderosos? En ciertas circunstancias,
sí. Los blogs pueden ser una fuente alternativa de información
y comentario en países donde los medios tradicionales están bajo
el control del Estado. Son más difíciles de dominar que la televisión
o los periódicos –sobre todo en regímenes que toleran cierto
grado de libertad de expresión–, pero no son invulnerables a la
censura estatal. Un régimen puede bloquear los que no le gusten mediante
la restricción del acceso a Internet o puede dar ejemplo castigando
la expresión política desautorizada, como ocurre hoy en Arabia
Saudí y China. Un gobierno puede utilizar filtros para limitar el acceso
a blogs extranjeros. Y, si no hay una infraestructura tecnológica fiable,
las personas quedarán aisladas de la blogosfera. Por ejemplo, la escasez
crónica de energía y los problemas con las telecomunicaciones
hacen que a los iraquíes les resulte difícil escribir o leer
bitácoras.

Dados los obstáculos con que se encuentran en sus países, estos
cronistas (o quizá otros que se han ido a vivir fuera) pueden intentar
influir en blogs y medios de comunicación extranjeros para obtener resultados
indirectos en casa. Las politólogas Margaret Keck, de la Universidad
Johns Hopkins, y Kathryn Sikkink, de la Universidad de Minnesota, afirman que
los activistas que no pueden cambiar la situación en sus países
a veces utilizan su poder para llevar su caso a las redes transnacionales de
ayuda, que, a su vez, dan a conocer los abusos y presionan a sus gobiernos.
Keck y Sikkink lo llaman "efecto bumerán", porque la represión
interna puede desembocar en presiones internacionales sobre el régimen
iniciadas desde el extranjero. Los blogs pueden ser un factor importante en
la formación de esas redes transnacionales.

Irán es un buen ejemplo. La blogosfera iraní se ha disparado.
Según el censo de blogs del Instituto Nacional de Tecnología
y Educación Humanista, el farsi es la cuarta lengua más usada
en las bitácoras del mundo. Sólo un servidor (Persian
Blog
) alberga
unas 60.000 en activo. Permiten relacionarse a los jóvenes iraníes,
tanto seglares como religiosos, y ocupan en parte el puesto de los periódicos
reformistas que han sufrido la censura o el cierre. Los esfuerzos del Gobierno
para imponer filtros en Internet no han logrado del todo sus objetivos. También
se han pasado a los blogs algunos políticos reformistas, entre ellos
el presidente Jatamí, que se felicitó por el número de
bloggers iraníes en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información
(diciembre de 2003), y el vicepresidente y blogger Mohamed Alí Abtahi.

Las principales bitácoras iraníes (como Editor:
Myself
) tienen
enlaces con la blogosfera de habla inglesa. Cuando Sina Motallebi, un importante
cronista iraní, fue encarcelado por "socavar la seguridad nacional
a través de una actividad cultural", otros bloggers iraníes
destacados pudieron contar con compañeros muy conocidos de habla inglesa,
como Jeff Jarvis (BuzzMachine), Dan Gillmor (Silicon
Valley
) y Patrick Belton
(OxBlog), para crear una coalición en la Red que logró llamar
la atención de los medios y consiguió la liberación de
Motallebi. Otra campaña internacional de protestas hizo posible la libertad
de la blogger china Liu Di, una estudiante de psicología de 23 años
que ofendía a las autoridades con sus comentarios satíricos sobre
el Partido Comunista. Sin embargo, al mismo tiempo, detenían a dos personas
que habían hecho circular por la Red peticiones a su favor. Así son
las cosas en China, donde 300.000 bloggers (de unos 80 millones de internautas)
coexisten a duras penas con el Gobierno. Los cronistas chinos han perfeccionado
el arte de la autocensura, porque un solo mensaje ofensivo puede afectar a
toda una cibercomunidad; así ocurrió cuando los censores de Internet
cerraron temporalmente importantes sitios de blogs, como Blogcn.com, en 2003.
Frank Yu, director de programa en el Centro de Tecnología Avanzada de
Microsoft en Pekín, describió un día en la vida de un
supuesto blogger chino, al que llamó John X, y explicó esa forma
de pensar: "Después de releer su nuevo mensaje, comprueba cualquier
término políticamente delicado capaz de hacer que el Gobierno
bloquee su sitio… Aunque no le preocupa mucho que le desconecten, no quiere
que todos los escritores que comparten el servidor con él se queden
también fuera. Cuando se vive en China, se aprende a escoger las batallas
(…) y a dejar pasar las demás indignidades con docilidad y discreción".
No obstante, algunos logran estirar un poco la cuerda, como cuando Wang Jian
Shuo, empleado de Microsoft en Shanghai, publicó relatos personales
(con fotos) de los brotes de Sars y gripe del pollo.

Corea del Norte es tal vez el caso más extremo de hostilidad respecto
a los blogs. Es una sociedad cerrada, en la que sólo las clases dirigentes
y los extranjeros tienen acceso autorizado a Internet. Como es natural, no
existen bitácoras en el país ni tampoco una forma fácil
de acceder a las de fuera. Sin embargo, incluso allí, los blogs consiguen
repercusión aunque sea limitada. Una antigua periodista de la CNN, Rebecca
MacKinnon, ha creado NKZone, un blog que se ha convertido en un centro de noticias
y debate sobre Corea del Norte. Como dice MacKinnon, este blog reúne
información de forma distinta a las del periodismo. Pyongyang no suele
dejar que entren reporteros en sus fronteras, y, cuando lo hace, les asigna
guardaespaldas que no les pierden de vista. Ahora bien, los que no son periodistas
sí pueden entrar. NKZone obtiene informaciones de fuentes variadas–turistas, diplomáticos, ONGs y miembros del mundo académico
con experiencia directa de la vida en el país– y las agrupa para
leerlas con más facilidad. Ya lo han citado publicaciones tan prestigiosas
como The Asian Wall Street Journal y The Sunday
Times
, de Londres, como fuente
en noticias de Corea del Norte.

"BLOGO ERGO SUM"
La influencia cada vez mayor de los bloggers ha hecho de algunos de ellos unos
triunfalistas. Al oírles, se diría que el blog es lo que más
ha transformado los medios desde la imprenta. Gritos de guerra como "la
revolución estará en un blog" reflejan la convicción
de que estas bitácoras van a sustitutir al periodismo tradicional.
Pero, como dice con ironía Ana Marie Cox, directora de la bitácora
Wonkette (Washington), "para que haya una revolución, la gente
tiene que salir de casa".

Aún existen grandes obstáculos para la influencia de las bitácoras.
Todos los cronistas, incluso los más establecidos, tienen recursos limitados.
Por ahora, dependen mucho de los medios tradicionales como fuentes de información.
Además, son víctimas de su propio éxito: a medida que
aumentan los medios que les contratan como proveedores de contenidos, se van
integrando de forma cada vez más directa en la política convencional,
por lo que, sin duda, las bitácoras perderán su carácter
de novedad y su inmediatez, puesto que estarán en manos de las instituciones
que pretenden criticar; no hay más que ver la decisión de los
dos grandes partidos políticos de EE UU de acreditar a varios bloggers
en sus convenciones de 2004.

Los bloggers, incluso los que viven en sociedades libres, se enfrentan a la
misma censura que los medios. Corea del Sur bloqueó hace poco el acceso
a la mayoría de los blogs extranjeros, al parecer porque algunos tenían
enlaces con imágenes de militantes islamistas en Irak decapitando a
un surcoreano. En EE UU, el Pentágono invocó la seguridad nacional
para cerrar las bitácoras escritas por soldados en Irak. Los oficiales
dijeron que sus crónicas podían revelar, sin querer, información
delicada. Sin embargo, Michael O’Hanlon, especialista en defensa de la
Brookings Institution, declaró a NPR que aquello "no tenía
que ver con la seguridad (…) y los secretos clasificados, sino, más
bien, con la política de EE UU y la percepción de la guerra por
parte de una opinión pública cada vez más trastornada
por todo este asunto".

Hay que tener en cuenta también que la blogosfera, como la sociedad
civil, sigue siendo terreno hegemónico del mundo desarrollado, un hecho
que resalta más aún la existencia de una brecha digital. Y, aunque
los principales bloggers proceden de ideologías diversas, su perfil
demográfico es muy parecido: los varones blancos de clase media copan
con diferencia los escalones más altos.

Como es de esperar con esa composición, un análisis realizado
por Ethan Zuckerman, de Harvard, descubrió que la blogosfera, como los
medios, tiende a ignorar gran parte del mundo. Pero su influencia no disminuirá a
medida que se incorporen más cronistas a la Red, sino que aumentará:
su mayor ventaja es su accesibilidad. Un sondeo reciente encargado por la empresa
de relaciones públicas Edelman revelaba que los estadounidenses y los
europeos confían más en las opiniones de la gente corriente que
en las de la mayoría de las autoridades. Casi todos los bloggers son
ciudadanos corrientes, que leen y reaccionan ante lo que dicen los expertos
y los medios. Como dice Andrew Sullivan, "escribimos gratis para cualquiera,
sólo porque nos gusta. Es refrescante y estimulante escribir cosas que
importan (…) y decir cosas en las que uno cree sin preocuparse demasiado".

¿Algo más?
Se puede encontrar un estudio más extenso
sobre los efectos de los blogs en la política en la ponencia
de Daniel W. Drezner en la reunión anual de 2004 de la Asociación
Estadounidense de Ciencia Política, ‘The Power and
Politics of blogs’, y disponible en la página
de la asociación. Para otros estudios de las redes de bitácoras
(todos disponibles en Internet), ver Power
Laws, weblogs,
and Inequality
,
de Clay Shirky; el documento de Perseus Blogging
Iceberg
, y la
ponencia de Eytan Adar, Li Zhang, Lada A. Adamic y Rajan M. Lukose, ‘Implicit
Structure and the Dynamics of blogspace’, presentada en la
XIII Conferencia Internacional de la Red Mundial (18 de mayo de
2004).Como introducción general a las bitácoras digitales
como medio, el libro de Rebecca Blood The
Weblog Handbook: Practical Advice on Creating and Maintaining Your
Blog
(Perseus, Cambridge,
Massachusetts, EE UU, 2002) es un buen punto de partida, y el de
Dan Gillmor We the Media: Grassroots Journalism
by the People, for the People
(O’Reilly Media Inc., Sebastopol, California,
EE UU, 2004) es un buen final. El ensayo de Rebecca MacKinnon The
World-Wide Conversation: Online Participatory Media and Internacional
News
, disponible en la página del Centro Berkman para
Internet y la Sociedad, ofrece pistas interesantes sobre los blogs
como recopiladores de información internacional. Páginas
como Technorati y blogstreet se dedican a descubrir y clasificar
blogs.

Existe un debate importante sobre las repercusiones de Internet
en la política mundial. Ronald J. Deibert afirma que la
Red aumenta la influencia de la sociedad civil de todo el mundo
en ‘International Plug’n Play? Citizen Activism, the
Internet, and Global Public Policy’ (International
Studies Perspectives
, julio de 2000). Drezner se ocupa de los límites
de la Red en ‘The Global Governance of the Internet: Bringing
the State Back In’ (Political Science
Quarterly,
otoño
de 2004).

 

Daniel W. Drezner es profesor ayudante
de Ciencia Política en la Universidad de Chicago y tiene un blog diario
en www.danieldrezner.com.

Henry Farrell es profesor ayudante de Ciencia Política
en la Universidad George Washington y es miembro del blog colectivo www.crookedtimber.org