Las actividades del "Día del Observador Distinguido" del Ejercicio Patria Azul comenzaron con la salida del Ministro de Defensa Nacional, Hulusi Akar, y del mando de las Fuerzas Armadas turcas que lo acompañaba, desde el Mando de la Base de Aksaz en la fragata TCG Kemalreis. (Foto de Arif Akdogan/Anadolu Agency vía Getty Images)

Dos miembros de la OTAN que sacuden el contexto geopolítico desde Ucrania hasta los Balcanes.

Turquía y Grecia, dos miembros clave de la OTAN desde su admisión en la Alianza Atlántica en 1952, están viviendo en la actualidad una crisis bilateral con tensiones militares en torno a la reclamación de soberanía en islas del Mar Egeo. Observado desde el punto de vista geopolítico, esta crisis implicaría consecuencias de importante calado para la seguridad europea dentro del estratégico enclave de su flanco sudoriental en torno al Mar Mediterráneo.

Los desencuentros entre Ankara y Atenas

El pasado 3 de septiembre, durante una gira en el Mar Caspio, escenario donde Turquía maneja importantes intereses geopolíticos ahora redimensionados por la guerra en Ucrania, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió a Grecia de "pagar un alto precio" si los aviones griegos continuaban "acosando a Turquía" con constantes sobrevuelos en el espacio aéreo turco en torno al Mar Egeo, donde Ankara y Atenas sostienen diferendos de soberanía en diversas islas. Una retórica, la de Erdogan, de elevado tono disuasivo y amenazante que, de algún modo, recuerda a la utilizada por uno de sus aliados, el presidente ruso Vladímir Putin, previo a la invasión militar a Ucrania. 

En julio pasado, Grecia también había acusado a Turquía de violar su espacio aéreo en el Mar Egeo, lo cual denota la tensión diplomática y militar in crescendo. No obstante, y si bien el conflicto tiene raíces históricas, resulta llamativo que se renueve ahora en un contexto de seguridad determinado por las consecuencias geopolíticas de la guerra en Ucrania y, particularmente, tras la estratégica Cumbre de la OTAN en Madrid. 

Una clave que podría ayudar a descifrar este contexto tiene que ver con la sintonía de intereses (aunque tampoco exento de roces) que en los últimos años han manifestado Rusia y Turquía y cómo se deben interpretar estos acercamientos geopolíticos al calor de la actual tensión turco-griega en el Mar Egeo. En este sentido, un eje turco-ruso planeando desde el Mar Negro hasta el Mediterráneo supone un desafío de seguridad estratégico para la OTAN y sus aliados.

A ello debe sumarse el siempre delicado contexto balcánico. En medio de la crisis con Grecia, Erdogan inició este 6 de septiembre una gira por Bosnia Herzegovina, Serbia y Croacia con el foco en el comercio y la estabilidad regional. No obstante, esta gira también podría interpretarse como una toma de contacto turco con estos países a la hora de pulsar sus reacciones ante la posibilidad de una escalada militar en la actual crisis turco-griega.

Tampoco debemos olvidar la reciente renovación de tensiones étnicas en Kosovo, un Estado de facto cuya soberanía es ...