He aquí los amigos de conveniencia de Sudán del Sur, todos ellos en competencia por los hidrocarburos y las tierras fértiles.

El 75% de los campos petrolíferos se encuentran ahora bajo dominio de Sudán del Sur, aunque las refinerías y oleoductos más importantes continúan en el norte, y además el nuevo Estado posee el 10% de las tierras más fértiles de África. En un mundo con 7.000 millones de habitantes, la competencia por los hidrocarburos, el agua y los alimentos ponen a prueba el vigor de las superpotencias, cuya estrategia, que antes consistía en desestabilizar a la región rica en recursos, ha cambiado radicalmente y la mayoría coincide en respaldar la armonía con tal de asegurarse el normal desarrollo de su propia producción. En este contexto, entran en escena las amistades interesadas de Sudán del Sur.

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China

El mejor paradigma de un amigo por interés. Desde el principio China se lo ha vinculado con el sector norte de Sudán, y como uno de los grandes socios del régimen de Al Bashir. Según la ONG Human Rights First, entre 2003 y 2006, durante el espeluznante conflicto de Darfur, donde más de 300.000 personas perdieron la vida y cerca de 2,7 millones debieron abandonar sus hogares, y a pesar de un embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU impidiendo la venta de armas a la región, el gigante asiático suministró cerca de 55 millones de dólares en armas a la fuerzas armadas de Jartum. Años posteriores Amnistía Internacional informó que “Entre 2008 y 2009, China vendió a Sudán, artillería por 23 millones de dólares y tanques de guerra por 11 millones”. Causalmente, el comercio de China en África excede los 150.000 millones de dólares y es Sudán uno de sus más acérrimos camaradas en los negocios, el Imperio del Centro importa más del 60% del crudo sudanés que representa más del 6% del consumo de su energía. Por otra parte el suelo fértil que caracteriza a Sudán, también constituye un sustancial atractivo para Pekín, que busca en varios continentes tierras fructíferas a fin de cultivar alimentos para abastecer a sus 1.350 millones de habitantes y producir biocombustibles.

Pero con la partición de Sudán en dos Estados, y como buen amigo interesado que persigue su rédito, la lealtad china a Al Bashir ya no es prioridad, pues con la mayoría de los recursos petrolíferos al otro lado de la frontera, Sudán del Sur es indiscutiblemente más rentable. Causalmente, y como muestra de su codiciosa amistad, Beijing anunció en abril que ha decidido honrar a Sudán del Sur con un préstamo por 8.000 millones de dólares para obras, entre ellas la construcción de oleoductos que permitan prescindir de la infraestructura sudanesa.

Esta nueva predilección en los vínculos de China, provocaron también un cambio en su táctica política, una región inestable ya no es el mejor escenario para la prosperidad de las inversiones. Irónicamente, la conciliación entre Sudán y Sudán del Sur comienzan a desvelar a quien fuera en el pasado uno de sus principales saboteadores.

Rusia

Junto con China, Turquía y otros, Rusia fue uno de los países que ignoró la condena de la Corte Penal internacional y estrechó sus vínculos con Al Bashir. Forma parte del grupo de los mejores amigos por interés de Jartum, este lazo lo convierte en rival de Estados Unidos por defender a la facción opuesta, pero a su vez también lo posiciona como adversario de China, que se esfuerza por seducir al nuevo Estado, pero sin dejar de perder su lugar en el viejo Sudán.

Según Human Rights First aproximadamente 30 fueron los países que exportaron armas con destino Sudán durante el conflicto, y Rusia ocupa uno de los primeros lugares. Dentro del arsenal se detectaron 33 aviones militares, que se suman a 36 helicópteros Mi-24, misiles, lanzamisiles y tanques de guerra, y miles de armas de largo alcance, menciona Amnistía Internacional en su último informe presentado en 2012. La venta de armas parecería ser una de las principales causas de la intromisión rusa en el conflicto, y uno de los motivos por los cuales no ha querido sancionar a Sudán en el Consejo de Seguridad de la ONU, situación que se asemeja bastante a lo que ocurre actualmente con Siria.

En otro contexto, Rusia con más de 9.900 millones de barriles diarios pelea el primer puesto en la lista de los más grandes exportadores de crudo en el mundo junto con Arabia Saudí, en consecuencia, no deja de estar pendiente de la tensión existente entre Sudán y Sudán del Sur, ya que varios países de Europa y Asia los consideran posibles fuentes de energía en el futuro, es decir, sus potenciales competidores en el negocio.

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Estados Unidos

También miembro del grupo de amigos por conveniencia del país africano, y aunque muchos creen que en esta contienda siempre ha permanecido fiel a sus ideales, la historia demuestra lo contrario. En 1978, una importante compañía estadounidense descubrió petróleo en el sur de Sudán, posteriormente el período de paz entre el sur y el norte del país se quebró, y el entonces dictador Gaafar Nimiery tomó el control de las jurisdicciones petroleras, disolvió la autonomía del sur e impuso la sharia. Los intereses económicos de Estados Unidos no fueron alterados, por lo cual no dudó en permanecer al lado del gobierno de Jartum hasta principios de 1990, cuando Omar Al Bashir sí modificó las políticas petroleras perjudicando las ganancias de EE.UU. Desde aquel momento se fracturó la amistad.En 1993 el presidente Bill Clinton calificó a Sudán como “Estado terrorista”, declarando a EE UU ferviente adversario de Omar Al Bashir, quien además fue acusado por dar asilo en su territorio a Osama Bin Laden a principio de los 90.

Con un Sudán agobiado por el desorden institucional y el desequilibrio humanitario, Estados Unidos se alistó como uno de los principales aliados y amigos del sur del país, y le brindó su apoyo militar, económico y diplomático hasta conseguir la división de la nación. Según un informe de Amnistía Internacional correspondiente a 2011: “El gobierno de Estados Unidos suministró al SPLA (Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés) 100 millones de dólares por año en asistencia militar. A su vez, el Departamento de Estado aseguró que desde 2005, ha contribuido con más de 8.000 millones de dólares para el desarrollo y el auxilio de las poblaciones de Sudán y Chad.

Al igual que China, y como buen amigo por conveniencia, Washington ahora también esta absolutamente interesado en preservar la paz y la seguridad en la región, entiende que mientras el gobierno de Sudán no logre desestabilizar el noreste del continente los recursos naturales y mineros permanecerán a salvo. Las proyecciones indican que para el 2015 EE UU va a importar el 25% del petróleo desde África.

Kenia

Un amigo y aliado importante de Sudán del Sur que fue un apoyo clave para conseguir la independencia en 2011. En este caso los lazos étnicos entre ambos países juegan un rol trascendente en la relación. Kenia asistió al país no solo a través de las provisiones destinadas a la población, sino que además colaboró técnicamente, con el entrenamiento y la capacitación de los funcionarios públicos que hoy trabajan para encaminar el Estado. El vínculo entre ambos promete ser aun mejor en el futuro, y ya están trabajando en proyectos comunes que optimizarán el desarrollo económico de la región con la construcción de carreteras, aeropuertos y oleoductos para el traslado del crudo. Claramente, Kenia es uno de los amigos que estuvo presente en los malos momentos, Sudán del Sur no olvida esos gestos y confía en que podrá devolverle los favores, por supuesto, sin resignar sus propios beneficios.

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Uganda

Los une una historia, negocios y la frontera. Uganda más que un fiel amigo de Sudán del Sur ha sido prácticamente su hermano y, por supuesto, esta relación esta basada en intereses mutuos. Si hay alguien que ansía la paz sudanesa es precisamente Uganda, que junto con Kenia han estado suministrando alimentos, agua, medicamentos y equipamiento militar para socorrer a la población y ayudarlos a enfrentar los ataques del norte. Más allá de las conveniencias, a estos dos pueblos también los unen los lazos sanguíneos, la raza, el idioma, todo lo que el régimen de Al Bashir ha tratado de abolir imponiéndoles la lengua, las leyes y las creencias musulmanas. Uganda continúa sufriendo el impacto de la guerra civil sudanesa, en sus tierras acoge a más de 200.000 refugiados que han huido de su país, y que si no se logra el armisticio nunca intentarán regresar. A su vez, Uganda sueña con la estabilidad en la región, dado que desde 2007 Sudán del Sur es su principal socio en los negocios, exporta al nuevo país productos agropecuarios y textiles, aceites, agua y alcohol entre otros. Según el Banco Mundial, el monto por las exportaciones formales en 2008 se acercó a los 246 millones. Uganda da, pero también recibe.

Si algo hay que reconocerle a Sudán y a Sudán del Sur es que a lo largo de la historia no han podido resolver sus disputas, pero sí han tenido la capacidad de cosechar amigos y enemigos extranjeros. A los ya mencionados, considerados entre las relaciones más afines, se suma una lista de amigos secundarios que son: India, Malaisia, Etiopía, Francia, Reino Unido, Europa del Este, y ciertas capitales de Medio Oriente, entre otros.

En las relaciones internacionales como en las personales, cuando abundan los amigos, es preciso considerar que con el paso del tiempo habrá algunos que serán traicioneros, otros que buscarán enriquecerse aprovechando la vulnerabilidad ajena, otros pasajeros, mezquinos, ambiciosos y embusteros, pero también habrá muchos otros que buscarán cooperar y compartir un mejor mañana. Eso sí, en las relaciones internacionales, aun el que coopera y comparte, indefectiblemente es porque en el fondo siempre tiene intereses por medio.