De Bagdad a Islamabad, los periódicos están llenos de noticias deprimentes. Sin embargo, detrás de tal maraña de catástrofes, aún hay cosas por las que dar las gracias estas Navidades.

AFP/Gettyimages
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Su avión no va a estrellarse

Los hechos: 2006 fue el año más seguro en lo que a transporte aéreo se refiere.

Las estadísticas: el año pasado hubo sólo 77 accidentes importantes de aviones comerciales en el mundo, la cifra más baja jamás registrada, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. De ellos, sólo 20 causaron muertos (885). Esta es una cifra muy buena, si se tiene en cuenta que el año pasado volaron 2.100 millones de pasajeros.

Las causas: mejores medidas de seguridad. La industria de la aviación ha llevado a cabo una serie de mejoras en cuanto a señalizaciones, preparación de la tripulación, mantenimiento de los aviones y actualización de los equipos de control aéreo, entre otros aspectos. Los propios aparatos son más seguros. De hecho, los motores están tan bien construidos que los pilotos pueden no tener ni un sólo problema con ellos en toda su carrera, y, además, los cuadros de mandos de la cabina permiten volar sin problemas incluso cuando no hay visibilidad. “Estamos en la edad de oro, en el período más seguro de la historia del mundo”, explicó en un reciente discurso Marion Blakey, administrador de la Autoridad Federal de Aviación de EE UU hasta septiembre de 2007. En otras palabras, el cielo nunca había sido más protector.

Ahora mueren menos niños en el mundo 

Los hechos: los índices de mortalidad infantil son más bajos que nunca (aunque aún escandalosamente altos).

Las estadísticas: en 2006 fallecieron 9,7 millones de niños menores de cinco años. Por primera vez, la cifra cayó por debajo de 10 millones. Los avances no se limitan a un solo continente. En 2015, América Latina habrá logrado recortar en dos terceras partes su índice de mortalidad infantil de 1990, como marca uno de los Objetivos del Milenio. De hecho, ya lo ha reducido a la mitad: de 55 muertes por cada mil nacimientos a principios de 1990 a 27 en 2006. Durante el mismo periodo, China bajó de 45 por mil a 24 por mil, mientras India registró una disminución del 34%. La mejora se ha dado incluso en parte del África subsahariana, con una caída de más del 20% en Etiopía, Malaui, Ruanda y Tanzania entre 2000 y 2004.

Las causas: soluciones de lo más sencillas. Las vacunas llegan a más pequeños, de modo que los fallecimientos por sarampión han descendido un 60% desde 1999. Cada vez más chavales escapan a la malaria gracias al empleo de mosquiteras tratadas con insecticida. Además, toman mayor cantidad de leche materna y suplementos de vitamina A, que fortalecen su sistema inmunológico. Otras medidas que les están ayudando a alcanzar su quinto cumpleaños son, entre otras el mayor acceso a agua salubre, mejor nutrición, mayores inversiones en sanidad pública y más personas dedicadas a la salud infantil. Ninguna de estas soluciones es novedosa o altamente tecnológica, lo que demuestra de que mejorando la asistencia sanitaria más básica se pueden salvar millones de vidas.

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Las guerras están pasando a la historia

Los hechos: Irak, Afganistán y el terrorismo están presentes en todos los titulares pero, aunque parezca lo contrario, la violencia política ha descendido desde principios de los 90. El número de guerras libradas por Estados –y las muertes que causan de forma directa– ha caído en picado.

Las estadísticas: entre 1992 y 2003, el número de conflictos en los que está involucrado un gobierno descendió más del 40%. Los más sangrientos (con más de 1.000 víctimas mortales) han disminuido en un 80%, según el Centro de Seguridad Humana de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá). La cifra de muertos en combate ha caído de unos 700.000 en 1950 a 25.000 en 2002, lo que es muy significativo, ya que en esos años la población mundial se duplicó con creces. Aunque el número de Estados se ha triplicado desde la Segunda Guerra Mundial, los conflictos entre estos representan menos de un 5% del total. El tiempo transcurrido desde 1945 hasta nuestros días es el periodo más largo en siglos sin guerras entre las grandes potencias mundiales.

Las causas: la Unión Soviética y el colonialismo han pasado al basurero de la historia. Con el fin de la guerra fría acabaron las guerras por delegación que EE UU y la URSS libraban en países en desarrollo. Y como la era colonialista terminó, también lo han hecho las luchas por la independencia, que sumaron más del 60% de las contiendas internacionales entre los años 50 y los 80.

La pobreza disminuye

Los hechos: se ha reducido la población que vive con menos de un dólar al día.

Las estadísticas: en 1981, unas 1.500 millones de personas vivían con menos de un dólar al día. En 1990 esa cifra había descendido a 1.250 millones y en 2004, a 985 millones. Si continúa la tendencia, se cumplirían los Objetivos de Desarrollo del Milenio al rebajar a la mitad (del 32% en 1990 al 16% en 2015) la población de los países en desarrollo que sobrevive con menos de un dólar diario.

Las causas: en una palabra, Asia. Entre 1981 y 2001, 500 millones de seres humanos salieron de la pobreza extrema en el Este de ese continente, que en 2004 había reducido a un 9% el volumen de personas en esa situación. China se lleva la mayor parte del mérito, con un crecimiento económico anual del 8,5% durante dos décadas, aunque otros países –India entre ellos– también han transformado sus elevados índices de crecimiento en una disminución de la pobreza. Incluso en el África subsahariana la cifra ha descendido, lo que es prometedor porque significa que no ha habido ningún gran incremento de población que anulara la tendencia.

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Vivirá para disfrutar de su jubilación

Los hechos: la gente vive más que nunca.

Las estadísticas: un niño nacido hace 50 años tenía –como media mundial– una esperanza de vida de unos 49, lo que significa que a estas alturas estaría muerto. Un bebé nacido hoy puede aspirar a sobrevivir 18 años más y llegar a los 67. China e India, con sus poblaciones de miles de millones de personas, se beneficiarán mucho de este avance. En las últimas cinco décadas, la esperanza de vida en China ha crecido de 45 a 73 años, mientras que en India se ha incrementado de 40 a 65. Por supuesto, Japón tiene la población más longeva del planeta: las mujeres viven una media de 86 años y se prevé que en 2050 esa cifra haya subido hasta los 91 cumpleaños.

Las causas: la medicina moderna. A principios de los 50, alrededor de cincuenta millones de personas contraían viruela cada año. Menos de tres décadas después, en 1979, esta enfermedad se había erradicado. En países en vías de desarrollo, la mejora de la sanidad y de la calidad del agua han ayudado a lograr que la gente no esté en contacto con microbios mortales. Y en el mundo desarrollado, los avances médicos están consiguiendo rebajar la mortalidad de tres de las enfermedades más letales: cáncer, afecciones coronarias e ictus.