La guerra de Siria se ha convertido en un foco de atracción para jóvenes europeos con posturas radicalizadas.

Siria es el segundo destino que más combatientes extranjeros ha atraído en la historia del islamismo moderno, si lo comparamos con otros escenarios de llamamiento a la yihad. Con una cifra que, según distintas fuentes, estaría entre 7.000 y 11.000, y más de 70 países de procedencia distintos, éstos supondrían un 18% del total de los combatientes que se han desplazado hasta allí. Por delante de Siria, solo se encuentra la yihad afgana contra la extinta URSS que logró atraer a entre 10.000 y 15.000 combatientes, si bien este conflicto se alargó 14 años.

El enfrentamiento manifiesto entre chiíes (la confesión que profesa Bashar Al Assad) y suníes es un elemento movilizador que los yihadistas están aprovechando. En Siria existen más de 1.200 grupos distintos combatiendo contra el régimen, según estiman fuentes de la inteligencia estadounidense.

Además importantes ulemas suníes están justificando religiosamente este combate. Para añadir más distancia a esta fractura entre las dos familias del islam,  la milicia libanesa Hezbolá, grupos chiíes iraquíes y fuerzas del Gobierno iraní han proporcionado más soldados al régimen de Al Assad, lo que ha hecho que en los últimos meses más sunníes europeos se unan a la refriega para intentar equilibrar la balanza de fuerzas.

Otro incentivo más para el viaje a la yihad siria es la facilidad de llegada: un vuelo comercial desde casi cualquier país europeo hacia Turquía y desde allí viajar hasta la frontera con Siria. Hasta hace muy poco, el Gobierno turco no controlaba el trasiego de combatientes extranjeros que pasaban por su país. Si bien, Ankara asegura que durante 2013 ha expulsado a más de 1.100 europeos que pretendían entrar en territorio sirio con intención de unirse a la contienda.

La gran complicación que se presenta a la hora de dar unas cifras sobre estos combatientes extranjeros es determinar aquellos que siguen los preceptos del yihadismo. Los servicios de inteligencia de varios países europeos sitúan la horquilla de yihadistas entre 1.500 y 2.000, una cifra más que significativa.

El reclutamiento de combatientes extranjeros continuará, aunque todo indica que a un ritmo más lento. Los meses de invierno impondrán condiciones más duras y podrían disuadir a algunos reclutas a unirse a la guerra. Aun así, en ausencia de una solución pacífica que Ginebra II no ha conseguido, la atracción yihadista hacia Siria seguirá existiendo.

He aquí los países de Europa que más yihadistas exportan a la guerra siria.

 

Francia

(Javier Manzano/AFP/Getty Images)

 

Este marzo se han cumplido los tres años del inicio del conflicto sirio.

El presidente galo François Hollande declaró recientemente que el número de franceses en el conflicto sirio rondaría los 700, lo que hace de Francia, hogar de la mayor población musulmana en Europa occidental, el mayor exportador de combatientes europeos.

De acuerdo con funcionarios del Gobierno francés, la mayoría de estos combatientes son hombres jóvenes, a menudo con historial delictivo. De ellos hay constancia que una veintena habrían muerto y unos ochenta habrían regresado a suelo galo, lo que preocupa considerablemente a las fuerzas de seguridad del país. Además este regreso ha traído consigo un indeseable efecto llamada entre los yihadistas franceses, espoleado por acciones como el uso de armas químicas por parte del Ejército de Al Assad.

Según declaraciones de un combatiente extranjero galo que desertó, él y una docena de otros franceses se infiltraron en campos de refugiados sirios en la frontera turca con el fin de establecer contactos con las fuerzas yihadistas y organizar el transporte hacia Siria.

Las fuerzas de seguridad galas están preocupadas por ese perfil del delincuente común convertido a yihadista, como fue el caso de Mohamed Merah, que asesinó a siete personas en Toulouse y Montauban en marzo de 2012. Además tanto los servicios de inteligencia como los de seguridad franceses fueron criticados duramente al no estar este yihadista, con antecedentes de viajes a Pakistán, lo suficientemente controlado. Crítica cuestionable, ya que averiguar si un individuo es un yihadista potencialmente peligroso requiere de investigaciones largas y complejas.

 

Reino Unido

Las autoridades de Reino Unido sitúan el número de británicos en más de 350, si bien este número representa sólo aquellas personas conocidas por la policía y las agencias de inteligencia. De ellos hay constancia que veinte habría muerto combatiendo. Uno de ellos es Abdul Waheed Majeed, del que se cree que es el primero que ha muerto en un atentado suicida en Siria.

Entre los yihadistas residentes en Reino Unido desplazados hacia Siria están adquiriendo gran importancia las segundas y terceras generaciones descendientes de inmigrantes, mayor en número que en otros países europeos.

En este país ha quedado constatado el papel primordial de la figura de los predicadores radicales, que desempeñaron un papel fundamental a la hora de difundir una visión extremista del islam entre fieles que acudían a determinadas mezquitas en el que fue llamado “Londonistán”, y que actualmente son detonante del proceso de radicalización de jóvenes con deseo que acudir a la yihad siria.

Por otra parte las redes sociales están ejerciendo un papel dinamizador del reclutamiento de nuevos ciudadanos británicos. Las fotos en las que los yihadistas se muestran como héroes románticos en una guerra que consideran justa, animan a muchos jóvenes a seguir este mismo camino.

La policía británica ya ha detenido a 16 retornados bajo sospecha de delitos de terrorismo en Siria este año, algunos de tan sólo 17 años, en comparación con los 24 arrestos en todo el 2013.

La proximidad de Michael Adebolajo y Michael Adebowade, los dos yihadistas asesinos del soldado Lee Rigby en mayo de 2013, a círculos radicales parece indicar que ese Londonistán todavía está presente y actúa como catalizador de futuros combatientes británicos dispuestos a ir a Siria.

 

Alemania

La agencia de inteligencia policial del Gobierno federal alemán situaba a mediados de diciembre del pasado año el número de combatientes germanos en Siria en unos 230, pero es fácil que este número haya aumentado.

Un porcentaje reseñable son de origen turco, como el famoso caso del joven alemán Burak Karan. Con un prometedor futuro en el fútbol y que llegó a defender la camiseta de la selección alemana en categorías inferiores. Murió el pasado octubre en la localidad de Azaz, al norte de Siria, durante un ataque aéreo.

Estos jóvenes alemanes reclutados a través del proceso de radicalización, víctimas del fracaso escolar, el desempleo y sin perspectiva de futuro, fantasean con ser personas que pueden hacer historia en la guerra siria. Anhelan incluso una muerte que conectan con visiones místicas, como el martirio que trae consigo la vida eterna en el paraíso, con 72 vírgenes y el acceso a todo lo que ellos nunca podrían obtener en vida. Esta ideología radical funciona como una droga, lo que explica por qué les resulta tan fácil el abstenerse del alcohol, de las relaciones sexuales y de otros placeres mundanos.

Bélgica

Miembros de la organización radical Sharia4Holland en Molenbeek-Saint-Jean, Bruselas. (Nicolas Maeterlinck/AFP/GettyImages)

Con la cuota más alta de toda Europa, en relación con el número de habitantes y combatientes desplazados, está Bélgica desde donde parece que han viajado a la yihad siria entre 100 y 300 individuos.

Preocupante son los movimientos islamistas de carácter salafista que están funcionando como catalizadores de la radicalización. Este sería el caso de Sharia4Belgium que habría proporcionado entrenamiento ideológico y militar a más de 30 personas que después habrían sido enviadas a combatir a Siria.

Sharia4Belgium y otros movimientos pro Sharia llevan varios años intentando implantarse en Europa, moviéndose en el límite de la ley. Aunque parecieron disolverse en octubre de 2012, este grupo parece que ha continuado su actividad en internet y a través de redes de logística. Las proclamas que su líder, Abu Imran expresó son claras: “un musulmán de verdad no utiliza la democracia para alcanzar el poder y establecer el Islam. Participar en las elecciones sin creer en ellas es un engaño. En un estado de guerra, está permitido engañar a los enemigos, pero en asuntos de política no vemos a los infieles como enemigos, sino aliados con los que establecer pactos”.

 

Países Bajos

El servicio de inteligencia holandés estima en unos 150 nacionales los que se han sumado al conflicto. De los aproximadamente 20 identificados, la mayoría se encuentran en la veintena y son de ascendencia marroquí. Casi todos se han desplazado a la localidad de Aleppo y, principalmente, desde Ámsterdam hacia Turquía.

Existen varias redes de captación dentro de los Países Bajos que facilitan este viaje y una vez en Siria, estos yihadistas holandeses son recibidos por sus compañeros de armas para asistir a seis semanas de entrenamiento antes de luchar.

También hay que tener en cuenta que grupos islamistas como Sharia4Holland, Hizb ut Tahrir y Millatu Ibrahim están utilizando cada vez más los acontecimientos en Siria para promover su causa, que a su vez ejerce un potencial efecto de radicalización sobre sus seguidores.

Policías arrestan a un sospechoso de pertenecer a una célula terrorista en Melilla. (Blasco Avellaneda/AFP/Getty Images)

España

Las cifras que atañen a este país están entre cincuenta personas y el centenar de individuos, según las estimaciones más altas, si bien los que se han unido a grupos yihadistas estarían en torno a veinte. La mayoría de ellos procederían de Ceuta y Melilla, donde se han descubierto redes de captación encargadas del envío de voluntarios.

La ruta de España a Siria desde Ceuta empezaba por su traslado en ferry a Algeciras para después tomar un avión con destino a Estambul desde Málaga o Madrid. Una vez en Turquía, un vuelo interior los llevaba a la provincia fronteriza de Hatay. Aquí, eran los facilitadores de una u otra organización yihadista, normalmente Jabhat al Nusra, el Estado Islámico de Irak y Levante (ISIS, en sus siglas en inglés) o Harakat Sham al-Islam, quienes los introducían en Siria.

Uno de estos ceutís que cogió esta ruta fue Rachid Wahbi que, junto a otros cinco varones de esa ciudad autónoma, partieron hacia Siria. Este taxista de 33 años se inmoló en un ataque suicida con un camión lleno de explosivos contra un cuartel del Ejército de Al Assad en la ciudad de Idlib, como se comprobó en un vídeo reivindicativo aparecido en Internet.

 

Norte de Europa

Las fuerzas de seguridad suecas estiman entre 30 y 40 los nacionales que se han involucrado en el conflicto sirio. De ellos 18 estarían plenamente identificados y 10 habrían perecido ya en combate. La mayoría de ellos proviene de estratos socioeconómicos bajos, con una edad media de 25 años y con antecedentes penales. La mitad tenían vínculos con el terrorismo o con actividades del movimiento yihadista global.

También entre 30 y 40 son los noruegos que se habrían desplazado hasta Siria. Las fuerzas policiales de Noruega creen que entre 15 y 20 de éstos habrían regresado a su país, al parecer, por haber tenido problemas con el ISIS, el grupo yihadista al que se habrían unido.

En cuanto a Dinamarca se calcula que los individuos desplazados rondan la cifra de entre 25 y 85 y constituyen, en porcentaje respecto a su población los segundos en este ranking tras Bélgica.