Cinco mandos del ejército que decidieron tomarse la justicia por su mano.

El general tailandés retirado Khattiya Sawatdipho recibió de forma dramática un tiro en la cabeza hace unos días mientras daba una entrevista a un reportero en una calle de Bangkok. Khattiya llegó a ser uno de los más destacados mandos del Ejército tailandés, y afirma haber trabajado estrechamente con la CIA en los 80 para acabar con los rebeldes comunistas del sur del país. Pero después de que su amigo el ex primer ministro Thaksin Shinawatra fuera depuesto desertó para unirse a los camisas rojas, los manifestantes antigubernamentales del país. Este caso de un gobierno que pierde el control sobre un destacado militar no es ni mucho menos un incidente aislado.

Puede que los gobiernos obtengan su poder del “uso legítimo de la fuerza física”, como argumentaba el sociólogo Max Weber, pero existe una tensión natural entre los líderes que mandan directamente esa fuerza -los generales- y los políticos ante quienes responden. He aquí cinco casos en que los mandos militares han amenazado, para bien o para mal, la estabilidad de los mismos gobiernos que juraron servir.

.

LAURENT NKUNDA

Roberto Schmidt/AFP/Getty Images

País: República Democrática del Congo

Situación actual: Bajo arresto domiciliario en Ruanda, procesado.

Rebelión: Pocos mandos militares pueden presumir de haber luchado en tantos conflictos, ejércitos, bandos y países como el señor de la guerra Laurent Nkunda. Originario del este del Congo, y de etnia tutsi, estudió psicología en la universidad antes de marcharse a Ruanda para luchar con los rebeldes tutsis que en última instancia derrocaron al Ejecutivo del país, dominado por los hutus, durante el genocidio de 1993.

Más tarde Nkunda regresó a su país y lucho con los grupos rebeldes tutsis, que contaban con el apoyo de Ruanda, en la primera y segunda guerras civiles del Congo. Después de que su grupo, el Reagrupamiento Congoleño para la Democracia, se uniera al Ejecutivo en 2003, se incorporó a las Fuerzas Armadas nacionales como coronel y fue pronto ascendido a general. Pero Nkunda se impacientó bajo el liderazgo de Kinshasa y formó su propia milicia para perseguir a los hutus rebeldes en el este del Congo.

Las fuerzas de Nkunda han sido ahora acusadas de miles de asesinatos, del desplazamiento de cientos de miles de personas, de reclutar a niños soldados y de usar las violaciones como arma de guerra durante lo que ha pasado a ser conocido como el Conflicto de Kivu en el este del Congo. A pesar de todo esto, se cree que el actual Gobierno tutsi de Ruanda estuvo apoyando a Nkunda como protección contra el regreso de las milicias hutus que perpetraron el genocidio. A finales de 2008, no obstante, Kigali varió su postura, accediendo a dar caza a los hutus en cooperación con el Ejecutivo congoleño. Esto convirtió a Nkunda -que rechazaba categóricamente la cooperación con Kinshasa- en un estorbo, por lo que fue detenido en una operación conjunta entre Ruanda y Congo en enero de 2009. 

.

SARATH FONSEKA

STR/AFP/Getty Images

País: Sri Lanka

Situación actual: Bajo custodia militar. Procesado por incitar a la violencia, inmiscuirse en la política mientras vestía uniforme y corrupción.

Rebelión: Fonseka pasó casi cuatro décadas combatiendo a la insurgencia de los Tigres Tamiles como oficial del Ejército de Sri Lanka y fue uno de los más distinguidos y reconocidos militares de este conflicto. En mayo de 2009, siendo el más alto mando de las Fuerzas Armadas del país, dirigió el brutal asalto final que aplastó a los últimos restos del grupo rebelde y mató a su famoso líder Velupillai Prabakharan.

Pero en vez de aprovechar para disfrutar de la gloria de su triunfo, Fonseka dimitió del Gobierno por una disputa con el presidente, Mahinda Rajapaksa, a quien acusó de intentar relegarle dentro del Ejército y de acaparar el protagonismo por la victoria. Fonseka se presentó a las elecciones presidenciales del pasado enero compitiendo contra Rajapaksa y, en un extraño giro de los acontecimientos, se ganó el apoyo de la minoría tamil del país.

Sin embargo, acabó sufriendo una contundente derrota en los comicios y más tarde se quejó de fraude y acusó al Ejecutivo de intentar asesinarle. Amenazó también con testificar en un tribunal internacional de crímenes de guerra contra el presidente. Fonseka fue detenido en febrero bajo los cargos de haber intentado derrocar el Gobierno como jefe militar.

.

HAMID GUL

Aamir Qureshi/AFP/Getty Images

País: Pakistán

Situación actual: En libertad en Pakistán. Declarado terrorista por India y Estados Unidos.Rebelión: Gul es un símbolo emblemático de los turbios lazos históricos que vinculan a los servicios de inteligencia estadounidenses y paquistaníes con los grupos de militantes más peligrosos del sur de Asia. Protegido del ex líder militar Zia ul Haq, Gul fue director de la poderosa agencia de los servicios de inteligencia de Pakistán (ISI) a mediados de los 80 y trabajó estrechamente con la CIA y la inteligencia saudí para apoyar el levantamiento muyahidín contra la URSS. Tras el fin de la guerra afgana, se convirtió en un acérrimo antiamericano cuando EE UU condenó el programa nuclear clandestino de Pakistán.

Como jefe del ISI, Gul fue el padrino de la estrategia paquistaní de librar la guerra contra India desde la distancia mediante el apoyo a los grupos militantes de Cachemira y Punjab. Entre los grupos que supuestamente alimentó está Lashkar e Taiba, la organización yihadista a la que se acusa de los atentados de 2008 en Bombay.
Desde que abandonara el ISI, Gul ha emergido como un destacado experto y provocador, ofreciendo apoyo verbal (y, según India, material) a Al Qaeda, los talibanes y otros grupos militantes. Ha admitido públicamente ser miembro de Ummah Tameer e Nau, un grupo de antiguos miembros del ISI que ha sido clasificado como banda terrorista por Estados Unidos y vinculado al propósito de Bin Laden de conseguir armas atómicas. Gul ha manifestado repetidamente su creencia de que los ataques del 11-S fueron un “trabajo desde dentro” perpetrado por el Gobierno estadounidense.

Gul ha sido también un elemento irritante y peligroso para varios ejecutivos paquistaníes. La ex presidenta Benazir Bhutto le acusó de intentar matarla (cuando ésta fue finalmente asesinada en 2007 como era previsible Gul echó las culpas a EE UU), participó en manifestaciones contra el general Pervez Musharraf, y fue brevemente detenido por sus acciones. Gul ha sido descrito como un “ideólogo político del terrorismo” por el actual presidente Asif Ali Zardari.

.

RAÚL BADUEL

Juan Barreto/AFP/Getty Images

País: Venezuela

Situación actual: En la cárcel

Rebelión: El presidente venezolano, Hugo Chávez, quien una vez fuera también un coronel rebelde que intentó derrocar al Gobierno en un fallido golpe militar en 1992 y que fue elegido presidente en 1999, tiene su propio comandante problemático encarnado en su antiguo secretario de Defensa Raúl Baduel. Éste fue en el pasado un pilar fundamental de la Revolución Bolivariana de Chávez y acudió en su ayuda cuando el presidente fue derrocado por un breve periodo en un intento de golpe en 2002.

Baduel ascendió hasta convertirse en el ministro de Defensa, pero Chávez en 2007, acusándole de abuso de poder por sus intentos de cambiar la Constitución para seguir manteniéndose en la presidencia. La contundente oposición de Baduel fue uno de los principales factores a los que se atribuyó la derrota de Chávez en un referéndum sobre los cambios constitucionales celebrado ese año.

En 2008, Baduel fue detenido y sentenciado a ocho años en prisión bajo acusaciones de corrupción, que sus seguidores afirman que son inventadas, y se le ha prohibido ejercer nunca más un cargo público. Sin dejarse intimidar, Baduel continúa atacando a Chávez desde prisión usando Twitter.

.

CETIN DOGAN

País: Turquía

Situación actual: Hospitalizado por su alta presión arterial, a la espera de juicio.

Rebelión: El Ejército turco se ha considerado a sí mismo como el guardián de la estabilidad del país y de las tradiciones seculares y ha intervenido para derrocar a gobiernos civiles cuatro veces desde la fundación de la república moderna en 1920. La llamada “Conspiración del martillo” de 2003 fue, dependiendo de a quién se pregunte, la última de estas intervenciones, o una acusación inventada por el gobierno islamista civil del país para intimidar a sus oponentes seculares.

Según documentos publicados por los medios de comunicación turcos que fueron supuestamente escritos por Dogan, un general de cuatro estrellas ahora retirado, durante una conferencia de entrenamiento en 2003, el Ejército turco estaba planeando una serie de acciones encubiertas para provocar una crisis y preparar el escenario para un golpe militar. Éstas incluían derribar un caza turco y hacer que pareciera que Grecia lo había atacado y fingir atentados perpetrados por grupos islamistas en mezquitas, puestos militares y otros lugares de Estambul. En los documentos, los conspiradores exponían su supuesto propósito de “eliminar de una vez por todas, todas las causas que impiden el funcionamiento del Estado democrático secular”.

Dogan y alrededor de otros 50 generales fueron detenidos en febrero en relación con la conspiración. Él fue liberado por un juez el 2 de abril, y después arrestado de nuevo unas semanas más tarde. Actualmente, está en el hospital siendo tratado por hipertensión. Dice que la conspiración es una ficción y que “el martillo caerá sobre las cabezas de aquellos que la prepararon”. Sus partidarios creen que el acérrimo antiislamista es víctima de una encerrona organizada por extremistas religiosos o por quienes buscan dañar la credibilidad de las Fuerzas Armadas.

.