FP echa un vistazo a cinco países que están a punto de seguir los pasos de Islandia hacia la bancarrota y el colapso político.

.

OLI SCARFF/Getty Images

Gran Bretaña

Daños económicos: La crisis financiera ha llegado a tal extremo que Londres ha recibido un nuevo apodo en la prensa internacional: "Reykiavik-del-Támesis". Para los británicos la cuestión ya no es cuándo entrará en recesión la economía, sino cuándo entrará en depresión -muchos se preparan para una tan severa como la de los años 30. El PIB cayó un 1,5% en el tercer trimestre de 2008, y la Unión Europea estima que se contraerá otro 2,8% en 2009. Se prevé que el desempleo se dispare por encima del 8% a final de año, y, en estos momentos, un 23% de la población adulta considera que su nivel de endeudamiento es "imposible de gestionar".

La crisis es especialmente fuerte en Gran Bretaña debido a que su economía depende más de su sector financiero que en la mayoría de los países desarrollados. En total, los bancos británicos tienen en estos momentos una deuda externa de 3,08 billones de euros (que, hasta hace poco, incluía buena parte de la deuda de Islandia). Para una economía de 1,54 billones de euros, es una carga difícil de soportar.

Consecuencias políticas: El primer ministro Gordon Brown se ganó inicialmente la confianza de los británicos al asumir el liderazgo internacional para responder a la crisis, pero a medida que la recesión se agravaba, la opinión pública se ha puesto en contra del Gobierno. Una reciente encuesta mostraba que casi 6 de cada 10 británicos piensan que las últimas medidas de reactivación económica fracasarán y daba a la oposición conservadora una ventaja de 15 puntos sobre el Partido Laborista de Brown.

El Gobierno ya ha nacionalizado gran parte del sector financiero, y los inversores temen que una nueva oleada de nacionalizaciones esté a la vuelta de la esquina. La intervención del Estado ha alcanzado tales proporciones que el próximo año el gasto público supondrá la mitad de la economía. Lo cual, a su vez, ha hecho que Gran Bretaña reciba otro apodo: "Soviet Britain", esto es, Gran Bretaña Soviética.

ILMARS ZNOTINS&/AFP/Getty Images En el cartel: "Disolución del Parlamento"

Letonia

Daños económicos: Podría decirse que Letonia es el país más parecido a Islandia, y no sólo por su clima gélido. Las altas tasas de crecimiento que esta pequeña nación en desarrollo ha tenido en los últimos años han estado alimentadas por grandes inversiones procedentes del resto de Europa, por un enorme endeudamiento externo, un boom del consumo y un nivel de ahorro ínfimo. Tras crecer a un extraordinario ritmo del 12,2% en 2006, ahora la economía letona es la más débil de los 27 Estados miembros de la UE. Un informe de la Comisión Europea prevé que el PIB de este país báltico se contraiga un 6,9% en 2009 y un 2,4% más en 2010, con un desempleo que alcanzará los dos dígitos el próximo año. El Fondo Monetario Internacional ha aprobado un paquete de ayuda a Letonia de 7.300 millones de dólares, pero el camino hacia la recuperación será largo.

La creciente rigidez de los mercados financieros y la explosión de la burbuja inmobiliaria han paralizado la economía y el Gobierno se ha visto obligado a reducir los servicios al mínimo. Un nuevo plan incluirá una reducción del 25% en el presupuesto estatal, una bajada del 15% en los salarios y despidos generalizados.

Consecuencias políticas: La crisis financiera no sólo amenaza el nivel de vida de los letones, sino que además pone en peligro el incipiente sistema democrático. En estos momentos la popularidad del Gobierno se sitúa en torno al 10%. En las mayores protestas desde las manifestaciones de los años 80 contra la dominación soviética, más de 10.000 letones se concentraron a principios de este mes en la capital, Riga, para protestar contra la gestión económica gubernamental. Algunas manifestaciones degeneraron en violencia, cuando jóvenes enfurecidos lanzaron piedras y huevos sobre la policía y arrojaron adoquines contra el edificio del Parlamento.

El Gobierno ha iniciado una campaña de represión, lanzando a sus fuerzas de seguridad contra los culpables de sembrar el pesimismo económico. Cuando un profesor universitario insinuó que la crisis podría provocar una devaluación de la moneda letona, fue detenido y mantenido bajo arresto durante dos días.

MILOS BICANSKI/Getty Images

Grecia

Daños económicos: La economía griega, lastrada por una deuda superior al 90% del PIB, es una de las más inestables de la Unión Europea. La adopción del euro había impulsado el crecimiento económico, pero ahora constituye uno de los principales obstáculos para sacar al país de la enorme deuda que lo sepulta. Los Estados suelen recurrir a la depreciación de la moneda para paliar su deuda, reduciendo el valor real de sus obligaciones. Pero con una moneda única en toda la zona euro, Grecia ya no controla su política monetaria. Ante la presión provocada por la caída de los ingresos fiscales y la necesidad de financiar un plan de rescate, el país podría verse obligado a salirse del euro o incumplir el pago de sus deudas.

A principios de mes, Standard & Poor’s disminuyó la calificación de la deuda pública griega debido a la preocupación por su creciente déficit. Ahora Atenas debe pagar un 5,6% de interés para financiar su deuda a diez años, 2,5 puntos más que Alemania. A medida que la crisis avance, es de prever que la brecha entre los países ricos y pobres de Europa se agrande aún más.

Consecuencias políticas: En diciembre, la indignación por la muerte de un joven por disparos de la policía degeneró en disturbios generalizados por toda Grecia. Más de 150 bancos fueron atacados por jóvenes manifestantes durante los primeros días de la revuelta. La opinión más extendida es que el motivo subyacente del descontento era la deprimente situación económica del país. Los bancos griegos han realizado grandes inversiones en el desarrollo de los Balcanes, y al comenzar la crisis se encontraron peligrosamente endeudados. El Gobierno de centro-derecha se vio obligado a rescatarlos, pero para ello tuvo que utilizar fondos destinados a los programas de asistencia social. La imagen de los gobernantes griegos entregando sacos de dinero a financieros millonarios mientras a los ciudadanos les recortaban los servicios ha dañado mucho la credibilidad del Gobierno.

SERGEI SUPINSKY/AFP/Getty Images

Ucrania

Daños económicos: La economía ucraniana, orientada hacia la exportación, se ha combinado con su inestable sistema político para convertir al país en uno de los mercados de Europa del Este más golpeados por la crisis. La exportación de acero constituye uno de los núcleos de la economía de Ucrania, y el desplome de la demanda internacional ha dejado el motor del país casi parado. La producción de los metales necesarios para fabricar acero disminuyó un 43% en diciembre de 2008 respecto al mismo mes de 2007, cuando era el octavo mayor productor mundial de acero. Kiev se ha salvado del colapso económico absoluto sólo gracias a un préstamo de 16.500 millones de dólares que le dio en octubre el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mayor paquete concedido a un Estado de Europa Oriental. Pero recientemente, el Parlamento aprobó un presupuesto para 2009 con una previsión de déficit del 3%, violando las condiciones del préstamo, que exige unas cuentas equilibradas. Esto podría retrasar la concesión de nuevos préstamos del FMI, prevista para febrero, que necesitan desesperadamente.

Consecuencias políticas: Mientras el país se hunde, los políticos ucranianos se tiran los trastos a la cabeza. A principios de octubre el presidente Víktor Yushchenko disolvió el Parlamento y convocó elecciones anticipadas en un intento de debilitar a su rival, la primera ministra Yulia Timoshenko. Esta última respondió que sería una irresponsabilidad cargar a Ucrania con los costes de unas elecciones en medio de la crisis, y bloqueó la financiación para los comicios. Una encuesta realizada en diciembre mostró que sólo el 26% de la población consideraba al Gobierno capaz de afrontar la crisis económica. Si los enfrentamientos políticos siguen perjudicando a la economía ucraniana, ambos partidos podrían pagarlo en las elecciones -cuando quiera que éstas se lleven a cabo.

ALEXANDER NEMENOV/AFP/Getty Images

Nicaragua

Daños económicos: El presidente nicaragüense Daniel Ortega, antiguo enemigo de Washington durante la Guerra Fría, explicó la crisis financiera afirmando que "Dios está castigando a Estados Unidos". Pero los efectos de la crisis son un dominó que, seguramente, golpeará de lleno a su país. La economía de Nicaragua depende fuertemente de las remesas de dinero extranjero. El Banco Central estima que los emigrantes nicaragüenses envían cada año entre 800 y 1.000 millones de dólares al país. Los problemas económicos en EE UU provocarán que menos nicaragüenses tengan dinero para enviar a casa. La crisis financiera también ha hecho bajar el precio del café, principal producto de exportación de Nicaragua, ya que los inversores han abandonado el mercado de productos básicos.

Consecuencias políticas: Para empeorar las cosas, las crecientes inclinaciones autoritarias de Ortega le han granjeado la enemistad de los países desarrollados, de cuya ayuda depende Nicaragua. En la campaña para las elecciones municipales de noviembre, el Gobierno impidió presentarse a dos partidos opositores, envió a la policía para intimidar a los principales críticos del régimen y prohibió que los comicios fuesen supervisados por observadores independientes locales y extranjeros. Como respuesta, Estados Unidos y seis países europeos suspendieron ayudas al desarrollo valoradas en unos 150.000 millones de dólares a este país, el segundo más pobre del hemisferio occidental.

Puede que, cuando los efectos de la crisis económica estadounidense afecten a su país, Ortega acabe lamentando haberse reído de la desgracia ajena.

.