Barack Obama ha irrumpido como un soplo de aire fresco en la carrera hacia la Casa Blanca. Pero en Europa también hay otros líderes, si no tan jóvenes, al menos tan poco tradicionales como el senador demócrata. Esta semana la Lista de FP en español repasa las características de los nuevos políticos del siglo XXI.

Walter Veltroni

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Producto: Ex alcalde de Roma, donde gobernó de 2001 a febrero de 2008. Candidato en las elecciones italianas por el Partido Democrático (PD), coalición de centroizquierda creada en 2007.

Ingredientes: Una carrera interesante y poco común, vinculada en sus inicios al Partido Comunista y a los medios de comunicación: en 1992 dirigió el periódico L’Unità. Autor de numerosos libros, entre otros A dieci anni dal ’68; Io, Berlusconi (e la RAI), incluso publicó su primera novela en 2006. Ha sido premiado en varias ocasiones y tiene la Legión de Honor del Gobierno francés. “Una Italia nueva. Se puede hacer” (con clara inspiración del “yes, we can” de Obama), es el lema de su campaña. Ha planteado sus “12 acciones de Gobierno” con las que pretende superar la inestabilidad perpetua de la política italiana: acabar con la precariedad, la reforma institucional, un Estado que gaste menos y mejor, y más seguridad. Acusado de ser una mala imitación de Sarkozy, y de representar a “los comunistas de siempre”, le benefician los 20 años que le separan de su inmediato rival, Silvio Berlusconi, que ya ha superado los 70.

Fecha de caducidad: Se sabrá en breve: el 13 y el 14 de abril. Aunque los sondeos dan la victoria al PDL de Berlusconi, Veltroni es el candidato de gran parte de los italianos que no quieren que su primer ministro sea uno de los hombres más ricos del país y del mundo (Berlusconi ocupa el puesto 90, según Forbes), se niegue a participar en el debate preelectoral del canal Rai Due y aconseje “encontrar un millonario” a una estudiante para acabar con su precariedad laboral, como hizo Il Cavaliere hace unos días. El reto: atajar la inestabilidad italiana en todos los ámbitos. El peligro: la abstención de millones de jóvenes decepcionados.

Boris Johnson

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Producto: Político conservador británico (aunque nacido en Estados Unidos), periodista y antiguo director del semanario The Spectator. Es el candidato tory para las elecciones a la alcaldía de Londres y asiduo de los programas de televisión y tabloides ingleses.

Ingredientes: Controvertido, ingenioso y excéntrico. A sus 43 años, Boris Johnson es sin duda más conocido por su extravagante look y por su presencia en los medios de comunicación, muy a menudo a causa de aspectos nada relacionados con la política, que por su trayectoria en este ámbito. De hecho, es muy popular por coleccionar meteduras de pata: acusó desde una columna de The Spectator a la ciudad de Liverpool de “regodearse en el victimismo” por el asesinato del ingeniero británico Ken Bigley en Irak (tuvo que disculparse públicamente), realizó una desafortunada metáfora que asociaba a Papua Nueva Guinea con “orgías de canibalismo y asesinatos de jefes” (se disculpó, otra vez) y salieron a la luz algunas de sus relaciones extramatrimoniales (tuvo que reconocerlas). Sin embargo, este peculiar tory, que adora montar en bicicleta, ha logrado meterse en el bolsillo a gran parte de la clase media y situarse en los sondeos por delante del alcalde londinense, Ken Livingstone, que ya le ha calificado de rival fuerte. Boris Johnson, liberal en lo económico y conservador en lo social, ha prometido ideas frescas, abordar los problemas que afectan a diario a la gente y centrarse, en gran medida, en garantizar la seguridad en las calles de la cosmopolita Londres.

Fecha de caducidad: En estos comicios que se celebrarán el 1 de mayo, los conservadores tienen posibilidades reales de ganar y la lucha por la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos 2012 está siendo reñida. Si Jonhson gana, Livingstone le habrá dejado el listón bastante alto y Londres tendrá un nuevo alcalde que no dejará indiferente a nadie. Si pierde, acostumbrado como está a los patinazos, posiblemente termine saliendo a flote.

Bertrand Delanoë

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Producto: Primer alcalde de izquierdas de París desde los tiempos de la Comuna en 1871.Cuando fue elegido en 2001, muchos le consideraban débil y sin carisma, pero siete años después y tras la aplastante victoria en los comicios municipales de marzo pasado, se ha convertido, con 35 años de militancia, en una de las grandes figuras del Partido Socialista Francés (PS) y en el máximo rival de Ségolène Royal para las presidenciales de 2012. Todo ello sin haber pasado por las aulas de la prestigiosa ENA.

Ingredientes: Amable, comprometido (conduce un coche eléctrico y se ha declarado gay) y generoso, según sus seguidores que le llaman “Bertrand, el magnífico” ; autocrático, colérico y excesivamente preocupado por su imagen como su adversaria Royal, según sus detractores. Lo que nadie le niega es visión de futuro y modernidad. Colocó la preocupación por el medioambiente y la vivienda, que no figuraban en la agenda socialista, como pilares de su primer mandato y se ha labrado una merecida fama como gestor de izquierdas con grandes éxitos: Paris Plage, Noches Blancas, el “vélib”, aumento de la vivienda y el gasto sociales, creación de zonas verdes en barrios deprimidos, apuesta por los movimientos asociativos… En su segunda etapa, planea convertir a la Ciudad de la Luz, primer destino turístico del planeta, en capital mundial de la energía solar.

Fecha de caducidad: Presidenciales de 2012. Su confortable victoria en las municipales (casi 15 puntos superior a la de 2001) le permitirá ajustar cuentas con Royal y dedicarse a la conquista del liderazgo socialista en el Congreso extraordinario que tendrá lugar después del verano. A sus 58 años y a la cabeza de todos los sondeos de popularidad, sabe que la alcaldía es el mejor escaparate para llegar al Elíseo, como ya ocurrió con Jacques Chirac. “Si los franceses tuvieran algo de juicio, le elegirían como presidente”,  dijo otro alcalde polémico, su homólogo londinense, Ken Livingstone.

Donald Tusk

Comisión Europea

Producto: Actual primer ministro polaco y líder del partido de centro derecha Plataforma Cívica (PO), que venció a la formación Ley y Justicia (PiS) de Lech y Jaroslaw Kaczynski en los comicios de octubre de 2007.

Ingredientes: Parte de la sociedad polaca, y Europa, han agradecido el aire político renovado de Donald Tusk, de 50 años, frente al ambiente enrarecido del Gobierno revanchista y populista de los gemelos Kaczynski. El nuevo primer ministro, europeísta y liberal en lo económico hasta la médula, ha traído un discurso político prudente, ha puesto fin a la caza de brujas contra quienes cooperaron con el régimen comunista y, sobre todo, está mejorando la imagen exterior de Polonia, deteriorada en los últimos tiempos. Este historiador de sólida trayectoria parlamentaria, que comenzó su actividad política vinculado al sindicato Solidaridad, ha logrado que Varsovia ratifique el Tratado de Lisboa y levante el veto a la renovación del Acuerdo de Asociación y Cooperación entre la UE y Rusia (relajando un poco las complejas relaciones con Moscú). La adopción del euro, la bajada de impuestos, la reducción de la burocracia estatal y la mejora de las relaciones con sus socios europeos son los ingredientes de Tusk para alcanzar su principal objetivo: la modernización del país.

Fecha de caducidad: Tiene cuatro años para cumplir con las expectativas de los jóvenes y los empresarios, que fueron muchos de sus votantes. Pero su mandato no estará exento de obstáculos: Lech Kaczynski sigue siendo el presidente de Polonia y ya se sabe que las cohabitaciones nunca fueron fáciles. Sopesar con cautela los pros y los contras del escudo antimisiles de EE UU en territorio polaco y cumplir su promesa de retirar, a lo largo de 2008, a los 900 soldados que su país tiene en Irak serán importantes desafíos para este político que participó en la creación de los primeros partidos liberales de la democracia polaca, pero que no tiene demasiada experiencia en la gestión gubernamental.

Alfred Gusenbauer

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Producto: Se convirtió en enero de 2007, a los 40 años, en el segundo canciller federal más joven de Austria desde 1945, arrebatando el Gobierno a los conservadores (ÖVP) que, desde 2000, pilotaban el país mediante un experimento azul-negro: una coalición –muy movida– con el partido del xenófobo Jörg Haider. Gusenbauer, que conquistó también en 2000 la dirección del Partido Socialdemócrata Austriaco (PSÖ), tardó sólo seis años en curar la depresión que sufría la formación desde la dimisión de su predecesor,Viktor Klima, que cosechó en las legislativas de 1999 los peores resultados desde la creación de la II República, tras la Segunda Guerra Mundial.

Ingredientes: El líder progresista, doctor en Ciencias Políticas, ha tenido que recurrir a tradicional fórmula de coalición rojinegra (PSÖ- ÖVP), ya que su victoria fue ajustada, pero está dando un vuelco a la política de liquidación del Estado de bienestar del ex canciller Wolfgang Schüssel y prevé lograr el pleno empleo para 2010. Sus medidas estrella han sido la subida del salario mínimo a 1.000 euros y de la pensión mínima, a 726 euros, año y medio de vacaciones por paternidad con una paga mensual de 800 euros, unidas a una moderación de impuestos para los salarios medios. Ahora lucha contra la inflación, con la entrada en vigor, el próximo julio, de un paquete de medidas que  incluye la reducción –e incluso supresión– de la retención del seguro de desempleo para las rentas más bajas y la congelación de las tarifas energéticas. Es el primer canciller que se ha mostrado partidario de la ampliación de la UE a los países de la ex Yugoslavia y a Turquía.

Fecha de caducidad: La coalición entre democristianos y socialdemócratas parece lo suficientemente sólida como para mantenerse al menos, hasta las presidenciales, en abril de 2010, y las próximas legislativas, ese mismo otoño. Tiene aún dos años para hacerse con un carisma que nunca ha tenido, y convencer a los ciudadanos de la importancia de la justicia social que predica y, tal vez, reeditar las mayorías absolutas socialdemócratas de los años 70.