La red terrorista cambia, pero no desaparece. ¿Es posible combatirla?

 

















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Mohamed Abdiwahab/AFP/Getty Images

Miembros de Al Shabab en Mogadiscio, Somalia.

Al Qaeda, la mayor red terrorista del mundo, con una organización descentralizada y subdividida en distintas facciones presentes en multitud de países y que hacen muy difícil su desintegración, se encuentra desde su nacimiento, hace 25 años, en constante evolución.

Su evolución se debe a la necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias (desde la muerte de Bin Laden) que le permitan seguir sembrando el terror de manera activa. A través de nuevas formas de financiación (secuestros, narcotráfico), diversificación y asociación con otros grupos (Al Qaeda en el Magreb Islámico, Jabhat Al Nusra en Siria), nuevas oportunidades de acción y nuevos asentamientos (Sahel) o formas de reclutamiento (redes sociales), etc.

Pero, ¿cuál ha sido la evolución de la red terrorista y cuáles son sus posibles derivas como organización?

Al Qaeda ha pasado de tener una jerarquía piramidal, cuyo principal representante y organizador era Osama Bin Laden, a convertirse en una especie de franquicia flexible y adaptativa, con varios líderes que, aunque son necesarios, no son imprescindibles para su supervivencia como organización. Además utiliza tanto nuevas fórmulas de llamamiento a la yihad como un modus operandi como el terrorismo individual o grupos con poca o ninguna vinculación directa a la red terrorista, pero que comparten la misma visión y unos mismos objetivos generales. Sustituir los gobiernos musulmanes por teocracias adaptadas al ideal del salafismo yihadista donde impere la sharia (ley islámica). Derrotar a los enemigos del islam, es decir a todos aquellos que no comparten su visión del mundo y de la sociedad. Reconquistar los territorios que alguna vez formaron parte del mundo islámico y unificar a todos los musulmanes bajo una misma doctrina y un único gran califato.

Estos objetivos maximalistas hacen que sus probabilidades de éxito sean prácticamente nulas. Aunque, por más ataques que han sufrido los distintos grupos que forman la red de Al Qaeda, estos han sabido adaptarse y evolucionar con el fin de seguir sobreviviendo a cuantas circunstancias adversas se enfrenten.

Estas diferentes facciones (Al Qaeda en la Península Arábiga, en Irak, en el Magreb Islámico, Al Shabab, Jabhat al Nusra e incluso Ansar al Sharia) pueden evolucionar de manera muy distintas al primigenio grupo fundador, Al Qaeda Central, al trasladarse a escenarios regionales específicos como la primavera árabe, la intervención militar francesa en Malí o el llamamiento a la yihad en Siria. La futura evolución de estas facciones se puede ver afectada por todos estos factores. Algunas podrían escindirse de la matriz central y proseguir en pos de sus intereses más locales y menos globales e incluso alguna podría desaparecer.

Su desaparición podría estar sujeta al éxito en sus objetivos. Parece una utopía que Al Qaeda alcance sus metas internacionales y más, basándose ...