Celebración kurda donde aparece una bandera con la imagen del líder kurdo Abdulá Ocalan, Diyarbakir. AFP/Getty Images
Celebración kurda donde aparece una bandera con la imagen del líder kurdo Abdulá Ocalan, Diyarbakir. AFP/Getty Images

El país se enfrenta a múltiples grupos atentando y a una escalada bélica en el conflicto entre el Estado turco y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), convirtiendo Anatolia en una olla a presión. La lucha en las ciudades kurdas demuestra que los militantes estaban preparados para la reactivación de los choques armados, pero ¿tenían interés en romper la paz? ¿Son los civiles turcos un nuevo objetivo?

¿Son los civiles turcos un objetivo del PKK?

Sí y no. La escalada de tensión en el Estado turco ha provocado que un puñado de grupos contrarios al Gobierno reactive sus ataques con especial virulencia. El abanico va desde grupos de extrema izquierda hasta Daesh, pasando por los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK). Es precisamente este último grupo el que más incógnitas eleva porque oficialmente es una escisión del PKK desde 2004, pero hay analistas que lo consideran como una rama de los militantes para los ataques más sangrientos en el oeste de Anatolia.

El TAK ha reivindicado tres atentados en los últimos cuatro meses. El primero dejó una empleada de limpieza muerta en el aeropuerto de Sabiha Gökçen. El segundo, en el corazón político de Ankara, casi 30 militares. Y el tercero, de nuevo en la capital, varias decenas de civiles. Estos ataques plantean dos preguntas: ¿Es el TAK una rama del PKK? ¿Son los civiles turcos un nuevo objetivo del PKK?

Gareth Jenkins, experto de Silk Road Studies, rebusca en el pasado para responder: “El PKK nunca permitiría sobrevivir a otra organización militar que represente a los kurdos. Históricamente, siempre ha tenido como objetivo cualquier organización rival y, generalmente, ha matado a sus miembros. Los líderes del PKK intentan mostrar al TAK como un grupo completamente separado para así distanciarse de los ataques contra civiles, que dañan su reputación internacional. El TAK goza de autonomía y, aunque el PKK marca la elección de objetivos legítimos, puede actuar sin la aprobación de Qandil [donde se encuentran los mandos centrales de la organización] dentro de esos objetivos”.

La estrategia tradicional del PKK, en consonancia con la mayor parte de grupos de corte separatista, está enfocada a golpear a las fuerzas de seguridad turcas. Esto no ha evitado que civiles fallezcan por los daños colaterales de sus acciones. Cuando así ha sucedido, generalmente se han disculpado. Durante los 90, los militantes asesinaron a los korucu −kurdos que actúan como agentes del Estado− y secuestraron a funcionarios, esta última práctica hoy convertida en excepción.

Nihat Alí Özcan, experto del think tank turco TEPAV, subraya por qué cree que nuevos civiles morirán: “El PKK cuida la buena reputación obtenida en Siria y no atacará a los civiles directamente, sino que usará al TAK. Además, las bajas en las fuerzas de seguridad turcas no provocan la reacción pública necesaria. El PKK tiene que mandar un mensaje contundente al Gobierno, y sólo a través de las bajas ...