Pocas causas son más dignas de celebración que la erradicación de una enfermedad. Sin embargo, pese a los enormes esfuerzos del pasado siglo, el mundo sólo ha podido vivir una: cuando se acabó con la viruela en 1977. Las generaciones actuales, que sólo la conocen por la pequeña cicatriz en la parte superior del brazo, se olvidan de los efectos que tuvo este asesino universal durante siglos.
Hoy, el mundo está preparado para añadir otra a la lista de las afecciones que ya no amenazan a los seres humanos: la polio. Con todo lo difícil que fue la erradicación de la viruela, la poliomielitis ha supuesto un reto todavía más duro. Algunas infecciones avisan a los médicos con síntomas de parálisis, pero, por cada uno de esos casos, alrededor de doscientas no muestran más que síntomas de gripe y pueden transmitir calladamente la enfermedad durante semanas. Como problema logístico, ha escrito un observador, la diferencia entre la erradicación de la viruela y la de la polio es “la diferencia entre extinguir la llama de una vela y un incendio forestal”. Aún así, nunca se ha estado más cerca de acabar con ella. En 1988, se calculaba que había 350.000 casos de polio en todo el mundo. En 2005, fueron sólo 760 en 13 países. Gracias a las autoridades nacionales e internacionales, el heroísmo local y las inversiones económicas, las tasas de inmunización están aumentando en la mayoría de los países. En 2003, 415 millones de niños en 55 Estados fueron vacunados, en jornadas nacionales, con más de 2.200 millones de dosis de vacuna oral. La mayoría de los servicios nacionales de salud han reaccionado con rapidez a los brotes. China, por ejemplo, desbarató un posible estallido el año pasado. La Organización Mundial de la Salud lanzó una campaña masiva de vacunación preventiva en Somalia para impedir que se extendiera al país un foco surgido en áreas epidémicas vecinas. Los obstáculos actuales no son de falta de visión o carencias tecnológicas; son las guerras civiles y las suspicacias culturales. Varios Estados nigerianos han bloqueado en distintas ocasiones las campañas de inmunización contra la poliomielitis porque creían que la vacuna era una trama occidental destinada a esterilizar a sus mujeres. En agosto de 2003, el rechazo del Estado de Kano hizo que cientos de menores quedaran paralíticos y el virus se extendiera ... |
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