Un empleado de Irkutsky Forestry lanza un quadcopter como parte de un monitoreo forestal constante y remoto del área en busca de madereros ilegales en la aldea de Khomutovo, Rusia, 2021 (Alexei Kushnirenko via Getty Images).

¿Cómo podemos utilizar la tecnología de una manera oportuna, proporcionada y segura a la hora de combatir amenazas transnacionales como el tráfico ilegal de personas, animales, fauna, drogas o armas?

La tecnología es un activo cuyos beneficios o efectos negativos dependen del uso que se haga de ella. Se suele hablar de cómo la tecnología lleva a sistemas de vigilancia en algunas ciudades, de la falta de un análisis completo y medido sobre los efectos de las cámaras de eco algorítmicas en la polarización política y la creación de discursos de odio en las redes sociales, y tantos otros impactos. Este debate es necesario, tal y como indica Naciones Unidas al señalar que “la tecnología se ha convertido en una piedra angular de la criminalidad” también. Pero, al mismo tiempo, en un acto de tecno-responsabilidad (que no de mover la balanza necesariamente hacia un lado u otro como única vía), es importante plantear que la tecnología también produce otros efectos positivos.

En concreto, el mundo de la seguridad transnacional —el de los tráficos ilícitos, como son la caza furtiva de animales, la tala ilegal, el tráfico de drogas y de armas, y el de personas o especies— es un espacio cada vez más mediado por las tecnologías. Bien para seguir haciéndolo clandestino (como es el caso de parches de ciberseguridad en la dark y la deep web por parte de ciberdelincuentes para seguir vendiendo drogas y armas y no ser interceptados), bien para aprovechar lo digital para acceder a mayor información personal de las personas o no garantizar ciertos derechos fundamentales (como sería el caso de la falta de consentimiento informado en la recopilación de datos biométricos de personas refugiadas o en tránsito), entre otros. Pero también la tecnología media para ayudar a combatir estos riesgos y actos ilícitos en otros casos.

 

Destilando varios casos prácticos

Veamos un ejemplo. La Iniciativa Humanitaria de la Universidad de Harvard (HHI) tiene un programa únicamente dedicado al uso de tecnologías e innovación digital para dar mayor respuesta a las crisis humanitarias o emergencias sobre el terreno, como es el caso del análisis de datos mediante satélite de flujos de “migrantes climáticos” en el Cuerno del África para garantizar que no vayan por zonas peligrosas o sean capturados por grupos criminales.

Una migrante y su hija ingresan sus datos biométricos en el área de admisión en las instalaciones de detención del Departamento de Seguridad Nacional, en marzo de 2021 en Donna, Texas (Dario Lopez-Mills via Getty Images)

No es algo únicamente dedicado a la investigación académica. Se trabaja mano a mano con fundaciones o empresas que implementan sobre el terreno esos diseños. Este mismo programa tiene una línea dedicada a la detección y documentación de atrocidades humanas en masa mediante metodologías que integran el análisis ...