Bruselas pone en marcha una nueva política en la zona que podría impulsar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

 

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Tras años de practicar un cierto diletantismo diplomático y verse relegada a la irrelevancia política en Oriente Medio, parece que la Unión Europea ha decidido por fin pasar de las declaraciones a los hechos, efectuando un doble movimiento. Por un lado, aprobando nuevas directrices que restringen el acceso a los instrumentos financieros comunitarios por parte de las corporaciones locales, empresas y centros de investigación israelíes ubicados en los Territorios Ocupados desde 1967. Por otro, incluyendo al brazo armado del movimiento islamista libanés Hezbolá en su lista de organizaciones terroristas.

Las nuevas normas adoptadas por la Comisión Europea que fueron publicadas en el Diario Oficial el pasado 19 de julio derivan de un mandato otorgado por los Estados miembro a finales de 2012 para limitar los acuerdos con Israel a aquellos territorios reconocidos por la comunidad internacional, excluyendo aquellos otros conquistados por la fuerza militar. También son consecuencia de una sentencia del Tribunal Europeo de Justicia de 2010, que establece que los artículos producidos en las colonias israelíes no podrán disfrutar del mismo trato preferencial como el que reciben los realizados en Israel en aplicación del Acuerdo de Asociación de 1995.

Las directrices se aplicarán a partir del 1 de enero, pero solo afectarán a las ayudas que salgan del presupuesto europeo y que puedan otorgar la Comisión o las agencias ejecutivas de la Unión Europea. En principio no obligarán a los Estados miembro, ni mucho menos a las empresas privadas y fundaciones, que podrán seguir cooperando con sus contrapartes israelíes incluso si éstas tienen su sede social en los Territorios Ocupados. Esto significa, que en ningún momento pueden conceptuarse como sanciones. Pero sin duda constituyen un importante precedente político, que de interpretarse y manejarse correctamente podría actuar como catalizador de la nueva ronda de negociaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que acaba de comenzar en Washington.

Las nuevas directrices parecen haber sido introducidas a mediados de este año debido a la próxima aprobación del marco de investigación Horizonte 2020, que regulará el uso de los instrumentos financieros comunitarios para el período 2014-2020. Si el Gobierno israelí decide firmar el programa marco tendrá que excluir del mismo a instituciones como la Universidad de Ariel, ubicada en la Cisjordania ocupada y por lo tanto no reconocida por la comunidad académica internacional. Y si no lo hace, quedará completamente fuera del mismo, lo cual acarrearía un perjuicio para muchos otros institutos de investigación que se encuentran en la vanguardia mundial.

Por su parte, la UE es consciente de la capacidad de influencia que le concede esta herramienta de soft power, dado que Israel se benefició con unos 750 millones de euros del anterior programa plurianual 2007-2013, que fueron a parar a unos 1.900 proyectos de investigación y que supusieron el 1,5% del conjunto de las inversiones europeas en I+D.

Reacciones en Israel

Aunque la nueva directiva ha provocado la inmediata protesta por parte del Gobierno israelí, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha asegurado que las normas de actuación no hacen sino abundar en la doctrina sentada por la UE a partir de la Declaración de Venecia en 1980, no reconociendo la jurisdicción de Israel sobre Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán. El único aspecto novedoso quizás es que ahora se ponen por escrito, algo que amenaza con abrir un conflicto político con el país hebreo, que se ha tomado el documento a modo de afrenta. Pues obligará a consignar que todos los acuerdos bilaterales a firmar desde el próximo 1 de enero excluirán de forma explicita la participación de las instituciones radicadas en las colonias.

La publicación de estas nuevas directrices ha provocado la condena por parte del “Lobby por el Gran Israel” formado por 31 diputados de la Knesset (el Parlamento israelí), que envió una carta al primer ministro, Benjamín Netanyahu, demandando que en respuesta incremente la construcción de nuevas viviendas en los asentamientos. Por su parte el Consejo de Colonos de Judea y Samaria (Yesha) ha llegado a pedirle que en represalia restrinja la libertad de movimientos de los diplomáticos y cooperantes europeos en Cisjordania, así como que cancele los proyectos europeos de ayuda humanitaria y de cooperación al desarrollo que tienen como beneficiarios finales a los palestinos.

Por el contrario, un grupo de israelíes entre los que destacan seis intelectuales y artistas galardonados con el Premio Nacional de Israel en diferentes especialidades como son Dani Karavan, David Tartakover, Shimon Sandbank, Zeev Sternhell, Yehoshua Kolodny y David Harel firmaban una petición pública de apoyo a las directrices de la UE, al considerarlas positivas para su país. La petición ha sido también rubricada por el que fuera director general del Ministerio de Asuntos Exteriores Alon Liel, el ex fiscal general Michael Ben-Yair y el antiguo embajador de Israel en Sudáfrica Ilan Baruch. Todos ellos de una intachable trayectoria profesional, además de patriótica, pero que piensan que la única fórmula para preservar el carácter democrático del Estado hebreo es precisamente favoreciendo la creación de otro Estado palestino y que ambos mantengan relaciones de paz y buena vecindad.

Catalizador de las nuevas negociaciones

De acuerdo con la Alta Representante para las Relaciones Exteriores y la Política de Seguridad, Catherine Ashton, la elaboración de las nuevas directrices ha supuesto un importante incentivo político para que el presidente de la ANP, Mahmoud Abbás, recibiera la correspondiente aprobación, tanto por parte del Consejo Central de Al Fatah como del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), para poder embarcarse en la nueva ronda de negociaciones de paz impulsada por la Administración Obama. Según Ashton, de no ser por éstas, Abbás no habría recibido la luz verde necesaria por parte de ambos órganos, abortando todos los contactos.

A cambio de renunciar a una de sus dos precondiciones –el establecimiento de una nueva moratoria en la construcción de los asentamientos– y de conseguir parcialmente la otra –logrando la liberación escalonada del centenar de reos encarcelados antes del comienzo del Proceso de Oslo en 1993, pero no del resto de presos– el presidente de la ANP parece contentarse con la reivindicación de las fronteras de 1967, que a fin de cuentas marcan una importante línea divisoria de legalidad y legitimidad recogida dentro del documento de la Comisión. Ahora lo más importante es que a pesar de contar con un amplio número de detractores en Israel, la aplicación de las nuevas directrices se apliquen de forma inteligente y que en ningún momento frenen ni retrasen las negociaciones emergentes.

Inclusión parcial de Hezbolá en la lista negra

A modo de movimiento aparentemente compensatorio –pues era una petición recurrente por parte de Israel– la Unión alcanzaba, por fin, el consenso necesario para incluir al movimiento islamista chií Hezbolá dentro de su lista de organizaciones terroristas, algo que EE UU hizo ya en 1997. Sin embargo, a diferencia de los estadounidenses no ha incluido al conjunto del movimiento social y partido político que participa en el Parlamento libanés, sino que se ha limitado a incluir a su brazo armado, Al Mukawama Al Islamiyya, después de que el Gobierno de Bulgaria le atribuyera, formalmente, la autoría del atentado registrado en el enclave turístico de Burgas en julio de 2012, en el que murieron 5 turistas israelíes y el conductor del autobús.

La participación de Hezbolá en el conflicto sirio, en apoyo del régimen de Bashar Al Assad, parece haber terminado de convencer a la UE de que necesita enviar señales políticas contra la masacre diaria que está teniendo lugar en Siria, así como certificar que se toma en serio las demandas de seguridad por parte de Israel. No obstante, para impedir que esta decisión malogre las relaciones europeas con Líbano, donde el movimiento islamista forma parte del Gobierno, Bruselas ha hecho constar en su resolución que “no impide el diálogo con todos los partidos políticos, las transferencias financieras o el suministro de ayuda humanitaria”. Pues el aislamiento de la milicia chií podría provocar problemas de seguridad a las tropas europeas desplegadas en el marco de UNIFIL II, de lo cual ha de tomar nota el Comité Militar de la Unión.

El compromiso europeo con la seguridad y la estabilidad de Oriente Medio ha quedado refrendado también por la reciente decisión de Irlanda de incorporar un centenar de efectivos a UNDOF –la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU acantonada en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán desde la Guerra de Yom Kippur en 1973– para así compensar la retirada del contingente austríaco que tuvo lugar tras dos secuestros de soldados filipinos. Si algún otro Estado miembro de la Unión se añadiera a la iniciativa irlandesa, esto ayudaría sin duda a materializar dicho compromiso ante los siempre escépticos ojos de Israel en todo lo que concierne a su seguridad nacional.

 

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