Socia y fundadora de la CiFAR.

ongLaila Martín codirige una ONG muy especial. CiFAR responde a las siglas en inglés de Foro Civil para la Recuperación de Activos y tiene, esencialmente, un objetivo y dos líneas de trabajo. El objetivo es evitar a toda cosa la impunidad de los corruptos y estructuras que permiten el robo de dinero público.

Las dos líneas de trabajo son, primera, proporcionar “ayuda a las ONG que trabajan o que quieren trabajar en la recuperación de activos pero tienen falta de conocimientos y habilidades sobre el tema o escasez de recursos y, segunda, intentar “mejorar, o incluso activar, la cooperación y comunicación entre diferentes ONG” en este ámbito y median entre ellas para coordinar campañas multinacionales.

Es curioso que Laila haya acabado así. Seguramente, ella no lo habría anticipado ni remotamente cuando empezó a estudiar Traducción e Interpretación en la Universidad Autónoma de Barcelona y se especializó en inglés, francés y empezó a apostar por el árabe, una lengua que comenzó a construir con fuerza durante el último año de su carrera. Cursó entonces un máster de Traducción e Interpretación de Árabe en una universidad de Tánger.

Laila Martín
Laila Martín

“Me marché de Tánger a Siria de profesora de inglés, concretamente a Damasco, porque el árabe que hablan allí es más común que el de Marruecos y quería aprenderlo”, advierte. Era 2011, ya empezaba a respirarse cierta convulsión por la Primavera Árabe y Laila reaccionó con curiosidad: deseaba saber más de política y Relaciones Internacionales para interpretar todo aquello. Decidió hacer su Máster en Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo en la Universidad Autónoma de Barcelona y después se especializó en la región que le apasionaba con un postgrado en Paz y Seguridad en el Mediterráneo y Oriente Medio por la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Quería buscar la forma de ligar su trayectoria de alguna manera al mundo árabe ahora que tenía no solo la lengua sino también conocimientos técnicos sobre la región. Aprovechó la oportunidad que le brindó el Grupo Berlitz como gestora cultural en Jeda (Arabia Saudí) y presentó desde allí su candidatura a la ONG anticorrupción Transparencia Internacional (TI). Fue seleccionada para trabajar en la sede de la ONG en Alemania en el departamento de MENA, que agrupa el mundo árabe, Irán y su esfera de influencia.

Aquel fue un momento crucial en la trayectoria de Laila: acaban de alinearse su pasión y dominio de los idiomas, su interés por la región y una actividad en el ámbito de las relaciones internacionales que sí le atraía de verdad y que le serviría enormemente para su futuro proyecto, el Foro Civil para la Recuperación de Activos. Allí aprendió a colaborar en la gestión y a realizar proyectos y campañas de sensibilización con los jóvenes y sobre todo a rastrear e intentar recuperar los activos robados por regímenes y líderes corruptos en Túnez, Libia o Yemen.

Seis meses de contrato en TI le sirvieron para comprender lo que quería hacer: crear una plataforma ex profeso para el rastreo y la denuncia de los saqueos de los regímenes y dirigentes ladrones en todo el mundo, para ayudar a las asociaciones y colectivos regionales a hacerlo y para concienciar a la población de que lo suyo es suyo y tienen que aprender a reclamarlo. La abrió este año con su socio Jackson Oldfield, especialista en legislación internacional, y contaron desde el principio con clientes como Transparencia Internacional.

Le quedaba por resolver qué iba a hacer con su pasión por MENA. ¿Renunciaría a ella? No. CiFAR no tiene oficina física y los socios y sus colaboradores trabajan en red. Eso significa que Laila podía irse a vivir con su pareja y su hijo a Omán, que es donde reside ahora mismo.

 

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