Cinco departamentos que deberían renovar su imagen.


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La Oficina para las Clases Atrasadas




Manpreet Romana/AFP/Getty Images

País: India


Qué hace: Proporciona servicios sociales a los pobres y representa sus intereses. Aproximadamente el 50% de los habitantes del país más poblado del mundo son miembros de las “clases atrasadas”, una denominación bastante directa para las castas más bajas de los hindúes y otras comunidades religiosas y étnicas desfavorecidas.


La Comisión Nacional para las Clases Atrasadas (un organismo al margen de la Oficina) mantiene una extensa lista de criterios para las que son conocidas como “otras clases atrasadas” (OBC, en sus siglas en inglés) -lo que significa que a menudo hay nuevos grupos que obtienen esta denominación, o algunos antiguos que la pierden.


Un indicador clave del atraso es el tipo de trabajo que suelen desempeñan los miembros de una casta o clase determinada. Por lo general, los indios relacionados con la agricultura o con la elaboración tradicional de productos artesanos, con poca representación parlamentaria, o un bajo nivel económico o educativo, pueden ser clasificados como OBC.


La práctica de contar con una agencia como esta fue incluida en la Constitución india de 1949,y en 1953 se creó la primera comisión. En los 28 Estados del país hay, literalmente, cientos de grupos clasificados como OBC. A las clases atrasadas se les reserva el 27% de las plazas universitarias, un bien muy valioso en la India moderna. Pocos estarán en desacuerdo con los principios detrás del trabajo que lleva a cabo esta oficina, pero definitivamente es necesario un cambio de nombre.



El KGB




Alexey Gromo/AFP/Getty Images

País: Bielorrusia


Qué hace: Lo que mejor se le da al KGB. Bielorrusia sigue siendo un ejemplo peculiar del autoritarismo de tipo soviético en Europa del Este, y su líder desde hace ya mucho tiempo, el presidente Alexander Lukashenko, es conocido como “el último dictador de Europa”.


Dando credibilidad a esa acusación está el hecho de que el país nunca se ha molestado en denominar de otra manera su Comité de Seguridad del Estado, o KGB. Rusia al menos tuvo la sensatez de cambiar el nombre de su tristemente célebre agencia de espionaje por el más anodino Servicio de Seguridad Federal, pero Minsk prefiere la verdad desnuda a los eufemismos orwellianos.


La KGB se anuncia como una agencia de inteligencia todoterreno: su web enumera el contraespionaje, la inteligencia en el extranjero, la prevención del crimen (incluyendo el terrorismo), las operaciones de seguridad gubernamental y la cooperación internacional para el cumplimiento de la ley. Asegura además mantener excelentes relaciones con la Interpol.


Parece, no obstante, que la Agencia no está a la altura de la brutalidad de su predecesor soviético. Después de que el activista antigubernamental Andrey Kuzminsky desplegara durante una protesta la bandera nacional, prohibida pero usada por la oposición, los agentes visitaron su casa para interrogarle -aunque se limitaron ...