Tras la polémica desatada por la nueva ley de inmigración de Arizona, FP hace un repaso de otras que son igual o más duras.

Detención de seis meses

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País: Italia

Población inmigrante: 3,9 millones

Lo que hace la ley: Como la mayor parte del sur de Europa, Italia se enfrenta al abrumador desafío de intentar regular y gestionar los abundantes flujos migratorios que le llegan del Norte de África y el Mediterráneo. En respuesta, el Gobierno italiano ha instaurado varias medidas que tienen como objeto frenar la inmigración. Una de las más duras, aprobada por el Parlamento en 2009, penaliza a los inmigrantes ilegales con una multa de 5.000 a 10.000 euros y permite a los funcionarios de inmigración detenerlos hasta seis meses.

Reacciones: Basta con decir que la nueva y severa legislación del primer ministro, Silvio Berlusconi, no ha hecho mucho para calmar la creciente tensión en el país a propósito de la inmigración y su papel en la sociedad italiana. Esta tensión llegó a un punto crítico en enero, con el estallido de los disturbios en las calles de Rosarno, una pequeña ciudad en la sureña región de Calabria que acoge a unos 20.000 trabajadores emigrantes, muchos de ellos africanos. Los disturbios, que duraron dos días, dejaron vehículos destrozados, tiendas saqueadas, más de 50 inmigrantes y oficiales de policía heridos y muchos de los manifestantes esposados y detenidos.

La ley de la ‘oveja negra’

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País: Suiza

Población inmigrante:  1,7 millones

Lo que hace la ley: La dificultosa relación que Suiza mantiene con su población inmigrante ha pasado a ser muy pública en los últimos años gracias al ascenso del Partido Popular de Suiza (SVP, en sus siglas en alemán), de extrema derecha, y el referéndum que dio como resultado la prohibición de los minaretes de las mezquitas en 2009. Un tema que, sin embargo, no ha atraído tanta publicidad, es una nueva y dura ley de inmigración propuesta por el SVP y que en la actualidad está en espera de ser sometida a referéndum. La ley permitiría al Gobierno suizo deportar de inmediato a todos los criminales condenados de otros países y —dependiendo de qué disposiciones concretas de la ley se aprueben— potencialmente a los miembros de sus familias.

Reacciones: Después de que el SVP distribuyera en 2007 un póster, ahora tristemente famoso, que mostraba a tres ovejas blancas apartando de una patada a una oveja negra sobre el lema “Por una mayor seguridad”, la ONU dio instrucciones a su portavoz sobre el racismo para que exigiera una explicación oficial al Ejecutivo respecto al póster (en ese momento, el SVP poseía una mayoría de escaños en la coalición suiza de gobierno). La sociedad suiza se ha polarizado en torno al debate de la ley de inmigración. En 2007, los que se oponían a la ley formaron el efímero “Comité de la oveja negra” para defender los derechos de los inmigrantes —pero el entusiasmo por el SVP y sus políticas continúa creciendo.

Detención obligatoria

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País: Australia

Población inmigrante:  5,5 millones

Lo que hace la ley: A pesar de su imagen de Estado en el que se permite todo, Australia tiene una política de inmigración sorprendentemente draconiana. Y ninguna de sus diversas leyes de inmigración es tan controvertida como la Ley de Reforma de la Emigración de 1992 y sus posteriores enmiendas, que colectivamente exigen que las autoridades detengan a todos los no ciudadanos a los que se descubra en el país sin un visado válido. Entre 1999 y 2003, la ley fue usada para detener a más de 2.000 niños refugiados provenientes del sureste asiático y de Oriente Medio que buscaban asilo en Australia.

Reacciones: La ley ha molestado a las ONG que trabajan a favor de los derechos humanos. En 2001, Human Rights Watch envió al primer ministro, John Howard, una contundente carta argumentando que la legislación “contraviene gravemente las obligaciones de Australia hacia los no ciudadanos, los refugiados y los solicitantes de asilo bajo los derechos humanos internacionales y el derecho de los refugiados”. Tres años después, la Comisión Australiana de DD HH e Igualdad de Oportunidades emitió un informe condenando al Gobierno por los abusos y violaciones de derechos humanos que sufrieron los niños refugiados mientras estaban detenidos. Aunque el gobierno de Kevin Rudd ha suavizado ciertas disposiciones de la ley, ésta todavía se usa para interceptar y detener a inmigrantes ilegales.

La ley “Nikkei”

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País: Japón

Población inmigrante:  1,7 millones

Lo que hace la ley: El país lleva mucho tiempo batallando con sus problemas demográficos y de inmigración. Aunque la cada vez más envejecida población nipona requiere la importación de mano de obra barata, recientemente el Gobierno ha pretendido reducir la inmigración en un intento de apuntalar unas cifras de desempleo de unas dimensiones sin precedentes. Entre las nuevas políticas antiinmigración de Tokio, la que ha adquirido peor reputación es la Ley “Nikkei”. Aprobada en la primavera de 2009, permite al Estado pagar 3.000 dólares (unos 2.300 euros) a cada inmigrante latinoamericano de ascendencia japonesa (conocidos como nikkei en japonés) y 2.000 dólares a cada uno de los familiares de ese trabajador en paro para que regresen a su país de origen. ¿La trampa? Tanto a ellos como a los miembros de sus familias les estaría prohibido regresar nunca al país del sol naciente. Se calcula que 366.000 brasileños y peruanos vivían en Japón en ese momento.

Reacciones: La ley es voluntaria, aunque no obstante ha suscitado bastante controversia en la sociedad nipona. Algunos respaldan la medida por considerarla económicamente prudente, mientras que otros, como Angelo Ishi de la Universidad Musashi, en Tokio, la describen como “un insulto” a las comunidades inmigrantes de Japón. Gran parte de la prensa occidental ha tomado una postura más o menos neutral respecto a este asunto, al margen de la revista Time, que publicó un artículo titulado “Japón les dice a sus inmigrantes: Gracias, pero ahora os podéis marchar a casa”.

Hospitalidad al estilo Dubai

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País: Emiratos Árabes Unidos

Población inmigrante:  3,75 millones (83,5% de la población total)

Lo que hace la ley: La abundante oferta de mano de obra inmigrante y barata proveniente del sureste asiático e India ha contribuido a convertir a los EAU en un muy importante destino para la inversión extranjera directa. Sin embargo, y a pesar de un acusado aumento de la inmigración en los Emiratos durante la última década, el Gobierno tiene todavía que reformar sus muchas y severas políticas de inmigración y sus leyes laborales. Una de las disposiciones más rígidas de la ley de inmigración de los Emiratos es la prohibición de que los extranjeros participen en ninguna clase de actividad sindical. Como consecuencia, las condiciones de vida son a menudo duras, incluyendo semanas laborales de 80 horas, un trabajo físico agotador y pagas por debajo del salario mínimo. No es inusual que los inmigrantes vivan en “diminutas chozas prefabricadas, con 12 hombres en una habitación obligados a lavarse en sucia agua marrón y a cocinar en cocinas pegadas a váteres rebosantes”.

Reacciones: Mientras que en el pasado las críticas sobre la ley laboral y de inmigración de los EAU parecían provenir solamente de las ONG de derechos humanos y de organizaciones internacionales como la ONU, ahora los propios inmigrantes han comenzados a denunciar estas leyes, y los de Dubai se han mostrado especialmente ruidosos. En 2006, un grupo de ellos celebró una reunión sindical en Dubai y protestó por las injustas condiciones laborales y de vida a las que les sujetan sus empleadores. En septiembre de 2009, los trabajadores de la construcción fueron a la huelga y se manifestaron en las calles, exigiendo salarios más altos y el pago de las horas extra.