El mundo ha cambiado, el perfil de los estudiantes y sus demandas, también. ¿Cómo no adaptarnos?

© unscrew/ Fotolia
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En abril de 2010, la edición española de la revista Foreign Policy sostenía que en España, “el mundo de los asuntos internacionales estaba anclado en la tradición continental europea de no estudiar las Relaciones Internacionales de forma independiente, como disciplina autónoma, sino más bien como una especialización de otras ciencias”. A la vuelta de casi un lustro, esa tendencia se ha revertido notablemente. Y no me incomoda afirmar que la Facultad Blanquerna de Comunicación y Relaciones Internacionales de la Universidad Ramón Llull de Barcelona somos una respuesta a ese cambio de tendencia. Mediante la creación de un grado específico, quisimos paliar un déficit en los estudios en Cataluña, que hasta el momento se manifestaban en forma de postgrados o dentro de otro tipo de grados; justamente, como marcaba las antigua tendencia.

De hecho, la propuesta de nuestro Grado en Relaciones Internacionales responde, justamente, a la constatación de unas necesidades formativas específicas. El mundo ha cambiado, el perfil de los estudiantes y sus demandas, también. ¿Cómo no adaptarnos?, ¿cómo no responder? Parece una obviedad sostener que las relaciones internacionales hablan de las relaciones en el mundo. Pero, lo cierto es que a pesar de que la globalización se impone como tendencia, el mundo se ha convertido en un lugar más bien pequeño. Y tener claro este juego de perspectivas entre lo global y lo local, fue lo que nos impulsó a ofrecer el primer —y hasta ahora único— grado en Relaciones Internacionales en la ciudad de Barcelona. El estudio de las Relaciones Internacionales debe ser entendido no sólo como el contacto e interacción directa entre Estados soberanos diferentes, sino también como capaces de estudiar y actuar sobre una realidad más amplia que incluye cuestiones más allá de la diplomacia y de la política internacionales, cuestiones tales como el comercio internacional, la creación de corporaciones económicas transnacionales, las actividades internacionales de cooperación, el intercambio de conocimiento a diversos niveles, etcétera.

El planteamiento de nuestros estudios supone una cierta ruptura con el enfoque continental como estudios subsidiarios de otras ciencias -ya sea Ciencia Política o Derecho-. Decidimos seguir el modelo anglosajón. En concreto una referencia básica nos la proporciona The Quality Assurance Agency for Higher Education, de Gran Bretaña, y su documento "Politics and International Relations", publicado en 2007. En dicho documento se proporciona una guía para definir los estudios de Ciencias Políticas y los de Relaciones Internacionales (separando ambos estudios) mediante la concreción de sus parámetros formativos básicos.

Pero lo cierto es que mientras los estudios en esta rama ganaban espacio y significación en países avanzados, el vacío en Cataluña se hizo evidente. Asumimos el reto y lo hicimos desde un punto de vista interdisciplinar. Si antes, los estudios en relaciones internacionales eran percibidos como una ciencia abstracta, que sólo podía interesar a los historiadores o a los entendidos en ciencia política; ahora las relaciones internacionales son uno de los ejes sobre los cuales se vertebra la vida diaria. Y es crítico que los estudiantes con intereses hacia este mundo entiendan esta dimensión.

No se trata ya de un mundo exclusivo de los cuerpos diplomáticos, del servicio exterior; que constituye la salida profesional más obvia. Existe una diplomacia pública, una diplomacia económica. Así lo entendemos en Blanquerna y así leemos los cambios en el mundo: las relaciones internacionales no son sólo la interacción entre Estados soberanos. Es mucho más que diplomacia. Si no, ¿bajo qué etiqueta catalogamos la creación de corporaciones económicas trasnacionales, las actividades internacionales de cooperación, la comunicación transfronteriza, la cooperación internacional de entidades subestatales, el desarrollo de las ONG y su articulación como una sociedad civil internacional?

Las Relaciones Internacionales representan un ámbito propio de conocimiento en expansión. En cualquier profesión la dimensión internacional es inevitable. En el mundo interconectado de hoy, la gente joven —formada incluso en otras áreas del conocimiento— están obligados a conocer la evolución de sus países y a ser conscientes de su lugar en el mapa. Es vital conocer las diferencias culturales, políticas y socioeconómicas de Europa, América Latina, Asia, África. Los problemas suelen ser los mismos, pero las tendencias en su resolución son bien distintas según quien las implemente.

Conscientes de ello, diseñamos tres itinerarios de especialización: Política Exterior y Unión Europea; Economía Internacional y Desarrollo y Comunicación Internacional. Hablamos no sólo de itinerarios para nuestros futuros estudiantes, sino de la consolidación de nuestros intereses en el área de la investigación.

Todo este contexto, nos motivó a desarrollar una oferta formativa en Barcelona, capital diplomática del Mediterránea, una de las ciudades con más presencia consular, pero además sede de importantes actividades comerciales y de innovación como el Mobile World Congress. Somos parte de la Unión Europea. Participamos en el Acuerdo de Schengen, estamos en el Consejo de Europa, en Naciones Unidas. Somos una ciudad bisagra que no podía permitirse dejar por fuera esta oferta formativa.

Barcelona es el núcleo de una actividad internacional intensa. Es el tercer centro consular del mundo. Además, acoge a un gran número de representaciones internacionales, como la sede central de la Unión por el Mediterráneo. También cuenta con la presencia de de la Comisión de la Unión Europea, entre otra serie de organismos de alto nivel internacional. Nuestra ciudad acoge una larga tradición como sede de organizaciones de cooperación al desarrollo, como Intermón-Oxfam. Todos estos son elementos que enriquecen el entorno académico en el que se desenvuelven los estudiantes, muchos de los cuales vienen de distintas partes del mundo, para darle, aún más, valor añadido a la interculturalidad de nuestra ciudad y de nuestra vida universitaria.

Estamos convencidos que la orientación particular de nuestros estudios puede ayudar a fortalecer una oferta formativa, hasta ahora escasa, en el ámbito específico de la Relaciones Internacionales en España.