
Los debates sobre el Código de Familia están abiertos en la Isla…y la fe los acompaña.
“Artículo 197. Matrimonio.1. El matrimonio es la unión voluntariamente concertada de dos personas con aptitud legal para ello, con el fin de hacer vida en común, sobre la base del afecto, el amor y el respeto mutuos”. Proyecto del Código de las Familias.
Cuba debate, y está por decidir en un referendo nacional programado para este 25 de septiembre, la autorización de expandir la opción legal de un matrimonio para incluir a dos personas de un mismo sexo. El Código de Familia, vigente desde 1975, los autoriza solamente entre un hombre y una mujer. El texto citado arriba, fue publicado en la Gaceta Oficial de la República de Cuba el pasado mes de enero, para permitir un debate amplio y público, que culmine en ese referendo nacional.
Hay, pues, una disyuntiva entre la liberalización social y la democratización política. Por una parte, la ampliación de la opción del matrimonio formal entre dos personas, independiente de su sexo, caracteriza procesos de liberalización en este siglo en muy diversos países. Al mismo tiempo, el recurso a un referendo nacional sobre este tema abre la opción del oportunismo democrático, independiente del tema de fondo. ¿Debe un demócrata que apoya el matrimonio igualitario votar en contra del proyecto auspiciado por el gobierno y el Partido Comunista de Cuba (PCC), derrotándoles por primera vez desde los 60, sacrificando así esta liberalización para acelerar una democratización?
No son preguntas abstractas o ajenas a la realidad. En los debates públicos en el ámbito nacional en 2018 y de nuevo en 2021, hay una oposición organizada al proyecto oficialista. No se trata ya del mismo tipo de régimen político cubano que aplastaba cualquier atisbo de oposición por cualquier motivo. Sigue siendo un régimen autoritario frente a protestas contra el régimen en sí, pero ya permite un margen de oposición a ciertas políticas específicas, como ocurre con el proyecto del Código de las Familias.
Esta disyuntiva, y este mismo asunto en relación con el matrimonio, surgió en 2018 durante la discusión del anteproyecto de Constitución, sometido a referendo nacional el 24 de febrero de 2019. Una versión inicial proponía el matrimonio entre dos personas, sin precisar hombre o mujer, para de esa manera ampliar la opción de un matrimonio a dos personas del mismo sexo. Resultó ser la idea que despertó mayor oposición durante el debate público sobre el anteproyecto. El gobierno, para evitar el naufragio, lo modificó. El artículo 82 de la Constitución de 2019 quedó así: “Se funda [el matrimonio] en el libre consentimiento y en la igualdad de derechos, obligaciones y capacidad legal de los cónyuges. La ley determina la forma en que se constituye y sus efectos”. El proyecto actual del Código de las Familias busca precisar quiénes poseen tal capacidad legal, lo que ha replanteado el debate.
Se distingue del anterior en 2018 por tres razones. Primero, se ha sentado el precedente de que, frente a evidencias ...
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