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Manifestación en Trípoli contra Khalifa Hafta. (MAHMUD TURKIA/AFP via Getty Images)

La guerra de Libia corre peligro de agravarse en los próximos meses, en la medida en que las facciones rivales se apoyen cada vez más en ejércitos extranjeros para alterar el equilibrio de poder. El peligro de seria violencia existe desde que el país se dividió en dos Estados paralelos, tras las polémicas elecciones de 2014. Los intentos de reunificación promovidos por la ONU fracasaron y, desde 2016, Libia está dividida entre el gobierno del primer ministro Fayez al Sarraj en Trípoli, reconocido por la comunidad internacional, y un gobierno rival con sede en el este. El Estado Islámico estableció una pequeña base, pero fue derrotado, las milicias lucharon por las infraestructuras petrolíferas de la costa, y los choques entre tribus sacudieron el vasto desierto del sur del país. Pero los combates nunca se convirtieron en una guerra más general.

Durante el último año, sin embargo, la situación ha dado un giro peligroso. En abril de 2019, las fuerzas dirigidas por Khalifa Haftar, respaldadas por el gobierno del este, sitiaron Trípoli y pusieron el país al borde de la guerra. Haftar asegura que lucha contra los terroristas. En realidad, aunque algunos de sus rivales son islamistas, son las mismas milicias que derrotaron a Daesh, con apoyo de Estados Unidos y otros países occidentales, hace tres años.

Libia es desde hace mucho tiempo un terreno en el que se libran disputas ajenas. En el caos posterior al derrocamiento de Muamar Gadafi, en 2011, las distintas facciones buscaron el apoyo de patrocinadores extranjeros. Las rivalidades regionales se solaparon con la división entre los dos gobiernos rivales y sus respectivas coaliciones militares; Egipto y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) apoyaron a las fuerzas de Haftar y Turquía y Qatar, a los grupos de la parte oeste, leales a Sarraj.

La última ofensiva de Haftar ha contado con el respaldo no solo de El Cairo y Abu Dabi, sino también de Moscú, que le ha proporcionado ayuda militar encubierta a través de una empresa privada de seguridad. El presidente estadounidense Donald Trump, cuyo gobierno había apoyado a Sarraj y el proceso de paz de la ONU desde que llegó al poder, cambió de posición en abril de 2019, después de una reunión con el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi. Turquía, por su parte, ha incrementado su apoyo a Trípoli y ha contribuido a evitar, hasta el momento, su caída en manos de Haftar. Ahora, Ankara amenaza con reforzar su intervención.

Como consecuencia, los protagonistas del conflicto ya no son solo grupos armados en Trípoli que intentan rechazar los ataques de un jefe militar desobediente. Ahora hay también drones y aviones de los Emiratos, cientos de contratistas militares privados de Rusia y soldados africanos reclutados para las fuerzas de Haftar que se enfrentan a drones y vehículos militares turcos, lo que empieza a despertar el temor de una batalla entre terceros y en plena escalada en el Mediterráneo.

Además, la proliferación de actores dificulta los esfuerzos para acabar con el derramamiento de sangre. Un intento de la ONU de volver a reunir a las partes en Berlín parece extinguido. No está claro si se celebrará la conferencia de paz que la ONU y Alemania esperaban organizar a principios de este año. A los europeos, por su parte, los ha pillado desprevenidos. Su principal preocupación ha sido controlar el flujo de inmigrantes, pero las discrepancias entre los dirigentes sobre cómo intervenir han permitido que otros actores alimenten un conflicto que socava directamente el interés de Europa en una Libia estable.

Para terminar con la guerra, las potencias extranjeras deberían dejar de armar a sus aliados libios y empezar a presionarlos para que negocien, pero las posibilidades de que eso ocurra son escasas. El resultado podría ser, en lugar de un gobierno único y estable, un callejón sin salida más destructivo todavía o una toma de Trípoli que derive en combates prolongados entre las milicias.

 

El artículo original ha sido publicado en International Crisis Group