
Durante años, las empresas estatales chinas han tenido intereses en el continente africano, ahora ciertas similitudes se ven en los países de América Latina y el Caribe.
A medida que se acerque septiembre, cuando se cumplirá el décimo aniversario de la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda china (Belt and Road Initiative, BRI), los responsables políticos y los expertos de todo el mundo van a evaluar sus logros y sus tropiezos. Cuando trabajaba en el Mando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), mis colegas comentaban constantemente que, en relación con las iniciativas BRI, Latinoamérica y el Caribe se parecerán a África de aquí a cinco o diez años. Yo siempre había recibido esa comparación con reservas; al fin y al cabo, ¿cómo podemos hacer comparaciones tan directas entre países y continentes con historias, culturas y geografías tan distintas? Sin embargo, después de asistir a la Conferencia sobre China de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, me sorprendieron las llamativas similitudes de la problemática presencia de la República Popular de China (RPC) en una y otra región, sobre todo en lo que respecta a los puertos de doble uso, las instalaciones espaciales, la extracción de minerales críticos y la pesca ilegal.
En las últimas décadas, las empresas estatales chinas han construido o ayudado a administrar infraestructuras en todo el continente africano. Algunas de ellas, como el puerto de Bata en Guinea Ecuatorial y el puerto de Mandabay en Kenia, preocupan a los expertos en seguridad estadounidenses por el posible acceso del Ejército Popular de Liberación en el futuro. Incluso en el caso de que el Ejército Popular de Liberación (EPL) no utilice abiertamente esos puertos con fines militares, podrá usarlos para actividades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Por ejemplo, los operadores portuarios de las empresas chinas podrían reunir información sobre los buques de la armada estadounidense atracados en los puertos, incluyendo qué piezas se averían, el tamaño de la tripulación de los buques y las técnicas de entrenamiento y mantenimiento. En América Latina y el Caribe hay un mínimo de 17 puertos de aguas profundas que son propiedad o tienen su gestión en manos de varias de las mismas empresas estatales chinas que en África. Muchos se encuentran en torno a importantes líneas de comunicación marítima como el Canal de Panamá, el Estrecho de Magallanes y la cuenca del Caribe.

Otra preocupación son las bases espaciales. Al parecer, China está construyendo una en Yibuti, país en el que ya tiene una base militar. El proyecto lo construirán Hong Kong Aerospace Technology y Touchroad, con un satélite espacial, una plataforma de lanzamiento de cohetes y las infraestructuras anexas. En el hemisferio occidental, China dispone de 11 estaciones terrestres de investigación espacial en Sudamérica, entre ellas el famoso Espacio Lejano de Neuquén (Argentina), construido por una filial de la ...
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