Las guerras pueden ser muy desestabilizadoras para el sistema
internacional. Pero en algunos de los enclaves más sensibles, un pequeño
ataque podría causar una gran conmoción política y económica.
FP examina cinco de los cuellos de botella de mayor riesgo.

Descargar Imagen Ampliada

 

1. Estrecho de Ormuz

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

El lugar más sensible del mundo tiene en su punto más delgado
unos 54 kilómetros de anchura.

Lo que hay en juego. Cada día pasan por él hasta 17 millones
de barriles de petróleo, gran parte de los cuales se dirigen a Europa
occidental, Estados Unidos y Japón.

Las amenazas. Las tropas iraníes tienen ocupada Ab Musa, una pequeña
isla cercana a la entrada, y existen informes de que han colocado en ella misiles
antibuque Silkworm. Teherán también posee una flota de pequeños
barcos (algunos, armados con torpedos y minas). Un bloqueo, aunque sólo
fuera temporal, podría causar estragos en los mercados globales de crudo.

2. Planta de refino de crudo de Abqaiq

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

En ella convergen dos tercios de la producción saudí.

Lo que hay en juego. El ex agente de la CIA Robert
Baer estima que su producción
(6,8 millones de barriles al día) podría reducirse a un millón
si hay un atentado "entre moderado y serio".

Las amenazas. El año pasado Bin Laden y Al Zawahiri instaron a sus seguidores
a sabotear la instalación. En febrero, varios suicidas perpetraron un
atentado fallido. Por su gran tamaño y su seguridad, es casi imposible
dejarla fuera de juego, pero un ataque menor podría tener impacto: los
kamikazes de principios de 2006 no lograron pasar de la verja de entrada, pero
los precios del petróleo subieron un 3,4%.

3. Estrecho de Malaca

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

Une los océanos Índico y Pacífico entre Malaisia occidental
y la isla indonesia de Sumatra.

Lo que hay en juego. El crecimiento de las economías asiáticas
lo ha convertido en una de las más cruciales vías de transporte
naval. Un número superior a 50.000 buques de carga surcan estas aguas
cada año y representan por encima del 20% del comercio marítimo
mundial.

Las amenazas. El número de ataques piratas en torno al estrecho subió de
25 en 1994 a 150 en 2000. La marina estadounidense ha liderado iniciativas
para acabar con el problema, pero los inmensos espacios y los débiles
gobiernos que suelen imperar en las costas lo hacen casi imposible. Además,
los expertos temen que los terroristas puedan detonar un petrolero en uno de
los muchos puertos del estrecho, lo que paralizaría el transporte.

4. Canal de Suez

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

Une el mar Rojo y el Mediterráneo.

Lo que hay en juego. Alrededor de 1,3 millones de barriles pasan cada día
por el canal, de 300 metros de anchura en su punto más delgado.

Las amenazas. Su nacionalización en 1956 provocó una crisis
de Egipto con Israel, Reino Unido y Francia, cuyas intervenciones contaron
con la oposición de EE UU. Ahora hay otros riesgos. Células terroristas
egipcias han mostrado tener capacidad para atacar reiteradamente zonas turísticas
y podrían fijarse en la otra vía de ingresos del Gobierno.

5. Oleoducto de Druzhba

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

El más largo del mundo. Canaliza petróleo a lo largo de unos
6.500 kilómetros desde el sureste de Rusia a varios puntos de Europa.

Lo que hay en juego. Tiene una capacidad cercana a 1,2 millones de barriles
al día.

Las amenazas. La compañía que lo gestiona ha sufrido cierres
ilegales. Más peligroso es el sabotaje. Protegerlo pone a prueba al
más competente de los gobiernos. Un borracho dejó fuera de servicio
un oleoducto en Alaska en 2001 con un disparo de rifle. Las nuevas tecnologías,
como la vigilancia aérea y los sensores remotos, aún no se usan
de forma sistemática.

Las guerras pueden ser muy desestabilizadoras para el sistema
internacional. Pero en algunos de los enclaves más sensibles, un pequeño
ataque podría causar una gran conmoción política y económica.
FP examina cinco de los cuellos de botella de mayor riesgo.

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1. Estrecho de Ormuz

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

El lugar más sensible del mundo tiene en su punto más delgado
unos 54 kilómetros de anchura.

Lo que hay en juego. Cada día pasan por él hasta 17 millones
de barriles de petróleo, gran parte de los cuales se dirigen a Europa
occidental, Estados Unidos y Japón.

Las amenazas. Las tropas iraníes tienen ocupada Ab Musa, una pequeña
isla cercana a la entrada, y existen informes de que han colocado en ella misiles
antibuque Silkworm. Teherán también posee una flota de pequeños
barcos (algunos, armados con torpedos y minas). Un bloqueo, aunque sólo
fuera temporal, podría causar estragos en los mercados globales de crudo.

2. Planta de refino de crudo de Abqaiq

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

En ella convergen dos tercios de la producción saudí.

Lo que hay en juego. El ex agente de la CIA Robert
Baer estima que su producción
(6,8 millones de barriles al día) podría reducirse a un millón
si hay un atentado "entre moderado y serio".

Las amenazas. El año pasado Bin Laden y Al Zawahiri instaron a sus seguidores
a sabotear la instalación. En febrero, varios suicidas perpetraron un
atentado fallido. Por su gran tamaño y su seguridad, es casi imposible
dejarla fuera de juego, pero un ataque menor podría tener impacto: los
kamikazes de principios de 2006 no lograron pasar de la verja de entrada, pero
los precios del petróleo subieron un 3,4%.

3. Estrecho de Malaca

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

Une los océanos Índico y Pacífico entre Malaisia occidental
y la isla indonesia de Sumatra.

Lo que hay en juego. El crecimiento de las economías asiáticas
lo ha convertido en una de las más cruciales vías de transporte
naval. Un número superior a 50.000 buques de carga surcan estas aguas
cada año y representan por encima del 20% del comercio marítimo
mundial.

Las amenazas. El número de ataques piratas en torno al estrecho subió de
25 en 1994 a 150 en 2000. La marina estadounidense ha liderado iniciativas
para acabar con el problema, pero los inmensos espacios y los débiles
gobiernos que suelen imperar en las costas lo hacen casi imposible. Además,
los expertos temen que los terroristas puedan detonar un petrolero en uno de
los muchos puertos del estrecho, lo que paralizaría el transporte.

4. Canal de Suez

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

Une el mar Rojo y el Mediterráneo.

Lo que hay en juego. Alrededor de 1,3 millones de barriles pasan cada día
por el canal, de 300 metros de anchura en su punto más delgado.

Las amenazas. Su nacionalización en 1956 provocó una crisis
de Egipto con Israel, Reino Unido y Francia, cuyas intervenciones contaron
con la oposición de EE UU. Ahora hay otros riesgos. Células terroristas
egipcias han mostrado tener capacidad para atacar reiteradamente zonas turísticas
y podrían fijarse en la otra vía de ingresos del Gobierno.

5. Oleoducto de Druzhba

Con ellos llegó el escándalo: Super Star y otros programas participativos arrasan en el mundo árabe.

El más largo del mundo. Canaliza petróleo a lo largo de unos
6.500 kilómetros desde el sureste de Rusia a varios puntos de Europa.

Lo que hay en juego. Tiene una capacidad cercana a 1,2 millones de barriles
al día.

Las amenazas. La compañía que lo gestiona ha sufrido cierres
ilegales. Más peligroso es el sabotaje. Protegerlo pone a prueba al
más competente de los gobiernos. Un borracho dejó fuera de servicio
un oleoducto en Alaska en 2001 con un disparo de rifle. Las nuevas tecnologías,
como la vigilancia aérea y los sensores remotos, aún no se usan
de forma sistemática.