El presidente interino de Brasil, Michel Temer, y el ministro de Economía,Henrique Meirelles, durante una reunión en el Palacio de Planalto en Brasilia, Brasil. (Evaristo Sa/AFP/Getty Images)
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, y el ministro de Economía,Henrique Meirelles, durante una reunión en el Palacio de Planalto en Brasilia, Brasil. (Evaristo Sa/AFP/Getty Images)

El presidente interino brasileño, Michel Temer, debe hacer frente a múltiples retos, principalmente económicos; además de a una baja popularidad y a varios procesos de corrupción en su recién estrenado gabinete. ¿Qué futuro depara a Brasil?

Como no podía ser de otra forma, los primeros pasos del presidente interino de Brasil, Michel Temer (del Partido de Movimiento Democrático Brasileño -PMDB), investido la semana pasada tras la admisión a trámite del impeachment contra Dima Rousseff (del Partido de los Trabajadores -PT), han estado rodeados de polémicas. Las críticas le han llovido nada más anunciar la composición de su gabinete, en el que no hay ni una sola mujer. Tanta ha sido la presión nacional e internacional que Temer se ha visto obligado a nombrar a María Silvia Bastos para la presidencia del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), al mismo tiempo que anunciaba que su esposa Marcela podría ocuparse del área social.

No es el único ámbito en el que el Gobierno de Temer puede patinar. El hombre que ha sido saludado por los sectores conservadores como un “salvador de la patria” tiene muchos retos por delante. El primero y el más urgente es atajar la crisis de la octava economía del planeta. Los datos no son alentadores. Los expertos prevén una contracción del PIB de hasta un 4% para este año.

Esto significa que por primera vez el país pasará dos años consecutivos en recesión, algo que no ocurría desde 1930-31, cuando los efectos de la Gran Depresión se hicieron sentir. Muy lejos quedan los datos de la época de Luiz Inácio Lula da Silva y de la sorprendente expansión económica, cuando Brasil llegó a crecer un 7,5% anual, en gran medida por el aumento del consumo de las familias, que ahora cae dramáticamente.

Los principales empresarios y banqueros brasileños, que en los últimos meses apoyaron a Temer pidiendo el impeachment de forma explícita a través de una campaña en los principales periódicos de Brasil, le exigen ahora decisiones y resultados a corto plazo. Quieren que en tres meses arregle las cuentas públicas y que inicie la reforma de las pensiones y de la legislación laboral para abaratar el despido.

“Solo con un discurso de buenas intenciones no es suficiente. Necesita tener medidas concretas para que este sentimiento dure”, ha afirmado en el periódico Folha de S. Paulo, Alessandro Zema, del banco de inversiones Morgan Stanley, en referencia a la buena disposición del mundo empresarial hacia el nuevo Ejecutivo. Se trata, en otras palabras, de poner en práctica lo antes posible políticas más liberales y de derechas. “El nuevo Gobierno tiene un ministro de Economía capaz [Henrique Meirelles, quien fue presidente del Banco Central entre 2003 y 2010], tiene el beneficio de la duda, pero necesita implementar medidas con rapidez”, sostiene el presidente de Deutsche Bank en América Latina, Bernardo Parnes. ...