El asesinato de tres activistas kurdas ha conmocionado tanto a París como a Ankara. Ahora se busca a los culpables. Candidatos no faltan.  

 

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A plena luz del día, en el centro de París, tres mujeres kurdas fueron asesinadas. Todas ellas disparadas a bocajarro en la cabeza, al menos tres veces cada una. En la madrugada del 10 de enero sus cuerpos sin vida fueron encontrados. Las mujeres eran activistas kurdas y tanto Francia como Turquía se preguntan ahora quién está detrás del crimen. Una de ellas, Sakine Cansiz, era cofundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK, una organización armada considerada terrorista por Ankara, Bruselas y Washington. “Es imposible que este sangriento ataque haya podido ocurrir en un lugar tan céntrico sin el apoyo de los servicios de inteligencia y Estados internacionales", ha afirmado el PKK. He aquí una lista de posibles autorías:

 

Una escisión dentro del PKK

Amparándose en el argumento de que la entrada en el piso donde se cometió el crimen necesitaba de un código cifrado, el primer ministro turco, Recep T. Erdogan, ha apuntado a la autoría de una fracción dentro del PKK. Su gobierno mantiene negociaciones de paz con la banda armada. Las asesinadas estaban precisamente esperando nuevas de su organización. Sakine Cansiz, nom de guerre Sara, era una líder aleví nacida en Dersim (Tunceli) dentro de una banda dividida entre suníes y alevís. Su figura no estaba exenta de controversia.

Curiosamente, la historia se repite: siempre que Ankara parece estar cerca de un pacto de paz con el PKK un incidente terrorista vuela toda esperanza por los aires. Así ocurrió con la masacre de Güçlükonak en enero de 1996 o con la de Bingöl en mayo de 1993. Estos episodios están siendo tratados en la moderna historiografía turca como infiltraciones del Gladio turco o Ergenekon dentro del PKK. Más allá de luchas internas existe un interés patente en mantener la guerra de baja intensidad en el sureste del país.

 

Lobos grises

Al poco de darse a conocer el crimen la prensa francesa barajaba la autoría de la organización ultranacionalista turca de los Lobos grises.

El grado de profesionalidad del crimen apunta a una organización de carácter mafiosa y posiblemente ultranacionalista. Ahí encajarían bien las que nacieron como juventudes del partido del Movimiento de Acción Nacionalista (MHP), presente actualmente en el Hemiciclo turco con una cincuentena de parlamentarios. Pero si no se tratara de una escisión que dentro de la organización ha decidido mostrar iniciativa propia, es muy difícil por no decir imposible separar a los “Lobos Grises” del Gladio turco.

Y es que los Lobos grises fueron creados por el militar Alparslan Türkes, un admirador de los fascistas europeos, como una organización de jóvenes de extrema derecha dispuestos a utilizar la violencia para lograr sus objetivos. Su labor no puede ser aislar del Gladio turco, puesto que Türkes era uno de los aliados de la CIA en los 50 para crear un ejército clandestino de la OTAN (Gladio) en suelo turco frente a la amenaza comunista. Tanto es así que cuando Ankara se suma al pacto transatlántico en 1952, Türkes ya había organizado su Gladio.

 

Estado profundo o Gladio turco

Tanto el PKK como una gran parte de la prensa turca han achacado el atentado al llamado “Gladio turco”. El denominado “Estado profundo” en Turquía (derin devlet) tiene tanta tradición en el país euroasiático que incluso precede a la fundación de la República.

Ya el Comité de Unión y Progreso tuvo a bien crear con la organización de inteligencia clandestina -de nombre Teşkilât-ı Mahsusa- el núcleo del Estado profundo turco. Lo hizo en los estertores del imperio otomano.

Pero no fue hasta los 50, con el ingreso de Turquía en la OTAN, cuando el Estado profundo en Turquía demostró todo su potencial. Tuvo su apogeo tanto en la ingeniería social, que con métodos ilegales logra desestabilizar el país y que ha precedido a los golpes de Estado militares (1960, 1971, 1980), como también en la guerra sucia de los 90, que arrojó un balance de unos tres millones de kurdos desplazados y la destrucción de más de 3.000 pueblos y aldeas. Al derin devlet se debe la creación de un cuerpo ilegal dentro de la gendarmería, Jitem, que mató a unos cinco mil kurdos.

El núcleo del derin devlet estaba localizado hasta al menos 2002 en el Özel Harp Dairesi (Departamento Especial de guerra), que ha ido adoptando diferentes nombres. Fue instaurado por la CIA y el Pentágono en los 50 y está relacionado sobre todo en la metodología con la Escuela de las Américas en Panamá.

 

Potencias extranjeras como Siria o Irán

El triple asesinato fue diseñado con gran profesionalidad. La meta parecía ser Sakine Cansiz, una de las dos personas más importantes del PKK en Europa, según hizo público Wikileaks. El nivel de sofisticación a la hora de llevarlo a cabo hace pensar en un encargo para debilitar al PKK y sobre todo descarrillar el proceso de paz que Ankara mantiene.

En Turquía es común el asociar el trabajo del PKK a potencias extranjeras con la meta de debilitar a la potencia euroasiática. Erdogan ha utilizado el concepto de “subcontrata” para hacer hincapié en esta idea. No es una argumentación baladí, puesto que la organización militar ha estado apoyada por diferentes países desde su fundación. Siria ha sido uno de los ejemplos más llamativos, ya que el líder del PKK, Abdulá Öcalan, estuvo protegido por Damasco hasta que Turquía amenazó con la guerra.

Potencias como Siria e Irán, debilitadas a raíz de la Primavera Árabe, podrían haberse vengado así de Turquía por el apoyo de Ankara a la insurgencia suní en la guerra civil que devasta al país vecino.

Asimismo, el posible final de la guerra de baja intensidad, que ya ha matado a más de 45.000 personas sobre todo en el sureste turco, no es deseado por todos. Puesto que podría dejar a cientos de personas sin empleo en el sector de la defensa y seguridad y poner en peligro además sustanciosos contratos de armamento.