La red Twitter en un dispositivo móvil. Bethany Clarke/Getty Images

Por segundo año consecutivo, el Real Instituto Elcano y esglobal han unido fuerzas para analizar la influencia de los think tanks, y de sus investigadores, en Twitter.

No hay demasiadas variaciones en cuanto a los rankings con respecto al pasado año: en líneas generales, los centros y las personas más influyentes siguen siendo los mismos, con algunos cambios que explica Juan Antonio Sánchez, el responsable de la investigación.

Sin embargo, los últimos meses sí han visto una transformación fundamental en el papel de Twitter como potente herramienta de comunicación política: la irrupción de Donald Trump como candidato, primero, y como presidente de Estados Unidos después. Su decisión de gobernar –o intentarlo- a golpe de tuit incorpora una dimensión hasta ahora desconocida en la forma de gestionar los asuntos públicos. Y aunque todavía es pronto para poder valorar su alcance y consecuencias totales, Antoni Gutiérrez Rubí hace un repaso a lo que ya ha significado para la política americana reciente.

Aunque las del presidente de Estados Unidos con sus seguidores y las de los think tank con los suyos son conversaciones paralelas que raras veces se cruzan, es innegable que la esfera de Twitter se ha convertido en un foro esencial para el intercambio de las ideas globales. Y, Trump aparte, la influencia se sigue moviendo en función de la capacidad de dinamizar el debate, tanto o más que de generarlo.