Un mural propagandístico fuera del Palacio de la Cultura en Pyongyang, Corea del Norte. Feng Li/Getty Images

Un mural propagandístico fuera del Palacio de la Cultura en Pyongyang, Corea del Norte. Feng Li/Getty Images

Stephen Bosworth, quien fue embajador de Estados Unidos en Corea del Sur y Enviado Especial de Obama para Corea del Norte, cuenta a esglobal su experiencia tratando de cerca con el régimen de Pyongyang. En esta entrevista analiza las prioridades de las autoridades norcoreanas, la cuestión nuclear y la situación de los derechos humanos, así como reflexiona sobre las percepciones, a menudo erróneas, que tiene Occidente del Reino Ermitaño.

 

esglobal. La ausencia publica de Kim Jong Un durante unas semanas hizo correr ríos de tinta en la prensa occidental…

Stephen Bosworth. La reacción ha sido muy exagerada, especialmente por parte de quienes desde hace años sostienen que Corea del Norte está al borde del colapso. Cada vez que algo no se ajusta a lo que para ellos es la normalidad es visto como un signo del inminente desmoronamiento del régimen. Por supuesto que Corea del Norte podría colapsar, pero ese no es el punto central de la cuestión: lo relevante es que en este momento el régimen parece bastante estable, si no atenemos a lo que podemos saber sobre Corea del Norte, que es muy poco. Por supuesto, yo no sé donde estaba. La versión oficial es que estaba recibiendo tratamiento médico, o quizá se ha pasado unos días en un balneario, no tengo ni idea. En cualquier caso es importante subrayar que Corea del Norte no tiene la percepción de la apariencia pública que tenemos nosotros. Los tiempos allí son muy diferentes.

esglobal. Su experiencia le ha permitido tratar con el régimen de manera muy estrecha. La prensa occidental tiene sus ideas sobre lo que allí pasa…

S.B. En Occidente hay tres grandes mitos sobre Corea del Norte. El primero: los norcoreanos están locos. Esa es una idea en gran medida generada por nuestros medios de comunicación. Sin embargo, si uno evalúa el comportamiento desde el punto de vista de su interés y de su visión del mundo, uno se da cuenta de que en absoluto están locos.

El segundo mito: no se puede negociar con ellos porque no van a mantener los acuerdos. En realidad, al mirar de cerca la historia de las negociaciones con Corea del Norte descubrimos que esa idea no se corresponde con la realidad. Desde luego que no es sencillo negociar con ellos. En mi tiempo como director de KEDO [Korean Peninsula Energy Development Organization], se negociaron importantes aspectos que fueron mantenidos por parte del régimen.

El tercer mito es al que me he referido antes: Corea del Norte está al borde del colapso. Eso es una excusa para no afrontar la realidad. Es cierto que su situación económica es desastrosa, pero lo ha sido durante los últimos veinticinco años y China no tiene ningún interés en que el régimen se desmorone. Pekín puede presionar a Pyongyang de vez en cuando sobre algunos asuntos, pero China no va a ceder y va a seguir evitando que Corea del Norte entre en una parálisis fatal a causa de su situación económica.

esglobal. ¿Cómo está gestionando el gobierno de Obama la relación con China en lo que respecta a Corea del Norte?

S.B. En este momento la Administración no está poniendo mucha atención en la cuestión norcoreana. Hace un par de años hubo un intento de acercamiento que no funcionó, en parte porque nosotros seguimos pensando que si China quisiera, podría obligar a Corea del Norte a adoptar determinadas políticas nucleares. Ese es un razonamiento equivocado. Desde luego que Pekín podría hacerlo, pero al precio de que el régimen colapse, lo que para China sería un resultado nefasto. Las autoridades chinas no quieren una Corea unida con una alianza militar con Estados Unidos. Es cierto también que Pekín no quiere una Corea del Norte con armas nucleares. Se trata de una situación un tanto esquizofrénica.

esglobal. Ahora que no nos escucha nadie… ¿qué sabemos realmente sobre el programa nuclear de Corea del Norte?

S. B. Sobre este punto quiero ser muy claro: estoy preocupado por el programa nuclear de Corea del Norte. Sabemos que están progresando y que han hecho pruebas en, por lo menos, tres ocasiones. Están mejorando su programa de misiles y ha habido especulaciones sobre la posibilidad de que puedan ya ensamblar misiles con capacidad nuclear… Que lo hayan hecho o no, eso no lo sabemos todavía, pero creo que son capaces de ello. Cuando Corea del Norte adquiera de ese paso, el problema se encontrará en un nivel completamente diferente.

esglobal. ¿Existe voluntad política suficiente para considerar la reapertura de los Six-Party Talks*?

S. B. Las conversaciones a seis bandas no han tenido una sesión desde 2007. La cuestión fundamental no es abrir ese proceso, sino saber si queremos recuperar la relación con Corea del Norte. Entre 2009 y 2012 lo intentamos, pero el acuerdo salto por los aires. Personalmente, no sé por qué se paralizó. Estuve involucrado en la negociación pero en el momento en que se bloqueó yo ya no estaba en la Administración. El gobierno de Obama decidió en 2012 que no iba a dedicar más energía en la cuestión de Corea del Norte, algo que, personalmente, considero un error. En los últimos dos años, no hemos querido afrontar el problema. Durante unos meses intentamos abordar el asunto encontrando puntos en común con China, pero ese camino no nos llevó a ninguna parte.

esglobal. Usted ha tenido ocasión de tratar de cerca con oficiales norcoreanos. ¿Qué quieren realmente?

S.B. En primer lugar, desean la supervivencia del régimen. Por eso sacrificarían cualquier cosa, como es el caso de la mayoría de los regímenes, eso no es único. Lo que los diferencia, quizá, es que están dispuestos a hacer cosas que otros no. En segundo lugar, –lo han dicho por activa y por pasiva– quieren respeto internacional. Su percepción es que el mayor peligro contra su supervivencia viene de Estados Unidos y su alianza con Corea del Sur y creen que el programa nuclear puede tener un efecto disuasorio de cara a una posible agresión. Por supuesto que no pretenden que su programa atómico resista la fuerza nuclear de EE UU –no tiene poder ni para resistir la fuerza militar convencional.

esglobal. Recientemente escuchamos en la ONU el testimonio estremecedor de Kim Hye-sook. Fue prisionera en una de las cárceles políticas norcoreanas desde los 13 años debido a que su abuelo –a quien Kim nunca conoció– escapó a Corea del Sur. Esta es solo una muestra de la situación…

S. B. De una situación terrible. Desde mi posición, lo que intento hacer es mostrar la visión oficial sobre el estado de los derechos humanos y mi visión personal, que en este caso coincide casi por completo. En un cierto sentido estamos afrontando el mismo problema que vivimos durante muchos años con la Unión Soviética. El problema es decidir cuál es tu prioridad. ¿La seguridad o los derechos humanos? En el caso de la política de Estados Unidos respecto a la URRS ambos aspectos terminaron por coincidir y cuando ésta colapsó la contradicción había desaparecido. Mi opinión es que por el momento seguirá existiendo una cierta contradicción en el caso de Corea del Norte, al menos en el futuro inmediato. Nosotros podemos urgirlos a que tomen medidas, pero eso tiene un efecto limitado, porque su preocupación principal es que el régimen no caiga. Ellos no abusan de su población sin razón alguna: lo hacen porque creen que es necesario para asegurar la supervivencia del sistema. Lo que no hace que sus acciones sean menos terribles.

 

*Negociaciones sobre el programa nuclear de Corea del Norte establecidas tras la retirada de Corea del Norte del Tratado de No Proliferación Nuclear en 2003 en las que participan Corea del Norte y del Sur, China, Estados Unidos, Japón y Rusia.