La paz en México se deterioró en el último año. La alta tasa de homicidios y la impunidad, las dos grandes asignaturas pendientes, ensombrecen algunos de los avances que ha realizado el país en otro ámbitos.

Un niño mira la escena del crimen, con dos hombres asesinados en Ciudad Juárez, México. Spencer Platt/Getty Images

La paz en México se deterioró un 4,3% en 2016. El año pasado se cumplieron 10 años de la guerra contra las drogas, así como el primer deterioro en los niveles de paz desde que el país comenzó a recuperarse en 2012. El año menos pacífico fue 2011, cuando la actividad de las Fuerzas Armadas alcanzó su punto máximo y la tasa de homicidio se duplicó con respecto a la de 2006. Para 2012, el país empezó a mostrar mejoría, cuya tendencia se mantuvo durante los siguientes cuatro años. Sin embargo, en 2016, la tasa de homicidio aumentó un 18% y se incrementó el uso y la disponibilidad de armas de fuego, lo cual redujo los niveles de paz.

El estado más pacífico en 2016 fue Yucatán, seguido por Nayarit, Tlaxcala, Hidalgo y Coahuila; mientras que, el menos pacífico fue Guerrero, lo cual sucedió por cuarto año consecutivo, seguido por Colima, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur.

El impacto económico total de la violencia en 2016 fue de 3,07 billones de pesos, lo cual representa un aumento de 79.000 millones de pesos en el último año. Se estima que esto equivale a una cifra anual total del 18% del PIB, lo que equivale a 25.130 pesos per cápita, monto que representa más de un mes de ingreso para el trabajador mexicano medio. En algunos estados, el impacto es mucho mayor; por ejemplo, en Colima es de casi 66.500 pesos. Unido a lo anterior, las empresas en México señalaron la inseguridad y la delincuencia como su principal preocupación, muy por arriba de otros temas, como los impuestos y la corrupción.

El análisis de la paz en México arrojó resultados mixtos. Por un lado, la calificación nacional de la paz se deterioró en 2016, en mayor medida por el incremento en homicidios. Por otro lado, se han logrado avances en algunas reformas estructurales, por ejemplo, en la implementación de las reformas al sistema de justicia, que son necesarias para una paz sostenible en el futuro.

A pesar del deterioro del pasado año, México sigue siendo casi un 14% más pacífico en 2016 que en 2011; 21 de los 32 estados registraron avances. La tasa de delitos con violencia se encuentra en su menor nivel en 14 años, mientras que la tasa de homicidio es un 16% menor que en 2011. Los crímenes de la delincuencia organizada llegaron a su nivel más bajo en una década, volviendo a los niveles previos a la guerra contra las drogas. La tasa de delitos con arma de fuego fue un 10% menor que en 2011, aun cuando las últimas tendencias señalan un incremento en la compra de armas.

Nayarit, Durango, Coahuila, Quintana Roo y Chihuahua muestran las mayores mejoras en cuanto a paz en los últimos seis años, mientras que Colima, Baja California Sur, Zacatecas, Oaxaca y Michoacán presentan los mayores deterioros. Estos últimos cinco estados tienen tasas de homicidio crecientes, en particular Colima, cuya tasa en 2016 fue tres veces más alta que sus niveles de 2011.

Si bien se han observado algunos avances en la recopilación y registro de los datos de incidencia delictiva, la calidad de los datos oficiales sigue mostrando deficiencias. El Índice de Paz de México 2017 emplea diversos métodos para elaborar un panorama certero de la paz en el país subsanando algunas de estas deficiencias en la información. Un índice compuesto aborda directamente algunos déficits en la medición de la violencia, ya que es una aproximación más completa que un indicador por sí solo para evaluar la paz. Además, incluye una revisión de la calidad de datos en el país.

En 2015, la inconsistencia entre los datos de víctimas de homicidio del sistema judicial y del sistema de salud fue de un 10%, lo cual es un avance respecto al año anterior, cuya cifra fue de un 15%. De igual manera, cada vez más gobiernos locales parecen estar registrando correctamente el número de delitos cometidos con un arma de fuego. No obstante, cuatro estados siguen comunicando que no se cometió ningún asalto con arma de fuego: Baja California, Morelos, Sonora y Tabasco. El conjunto oficial de datos sobre homicidio del sistema judicial actualmente sólo contempla ocho de 37 elementos de información del Protocolo de Bogotá para los estándares internacionales de calidad de datos.

El índice de Paz de México 2017 describe cuatro importantes áreas de política pública que son decisivas para alcanzar altos niveles de paz: combate a la impunidad, fortalecimiento de la policía, estrategias para disminuir las tasas de homicidio y el papel de los gobiernos locales en la solución del problema. En dichas áreas, se han registrado avances. Por ejemplo, el porcentaje de personas que confían en la policía aumentó un 13% para llegar a un 50%, mientras que la percepción general de la corrupción en los cuerpos policiales locales disminuyó un 6%. Sin embargo, para los gobiernos locales sigue siendo una asignatura pendiente mejorar el desarrollo y la confianza en la policía.

Periodistas mexicanos protestan por la muerte de uno de sus colegas de profesión. Paedo/AFP/Getty Images

El debate en torno al desarrollo policial abarca la capacidad y legitimidad de estas autoridades y tiene un impacto directo en la implementación de la nueva reforma del sistema de justicia en México. Algunos estados han invertido en la profesionalización y el fortalecimiento de sus cuerpos policiales. Por ejemplo, Coahuila y Chihuahua incrementaron el número de policías en 270% y 47%, respectivamente, entre 2015 y 2016. Sin embargo, el aumento debe acompañarse del desarrollo profesional para obtener todos los beneficios de incrementar el volumen. La investigación del Índice sobre seguridad interna revela que la vigilancia policial es más eficaz cuando existe un alto nivel de legitimidad en los procesos judiciales y la aplicación de la ley. Mientras que los bajos salarios de los policías han contribuido a la corrupción y la cooptación por parte de la delincuencia organizada, tener salarios altos se asocia con niveles más elevados de desarrollo y profesionalización de la policía. En vista de los grandes riesgos relacionados con el trabajo y las recompensas que ofrece la delincuencia organizada, los salarios deben ser una compensación adecuada para los policías.

Otro reto importante para México es reducir los niveles de impunidad. De media, son castigados solo el 9% de los delitos que se cometen. La impunidad es un problema generalizado en muchos estados y en las instituciones policiales y judiciales, lo que incluye la impunidad de la violencia que cometen algunos actores estatales. Asimismo, existe un alto nivel de impunidad de la violencia contra periodistas, que ha dejado un saldo de 76 de ellos asesinados en 2016.

Adicionalmente, es necesario invertir más recursos y capacidades en el funcionamiento del sistema judicial. La tasa media de funcionarios de este sistema es de 3,5 por 100.000 habitantes, cerca de cuatro veces menos que la media en el mundo. Sin embargo, el gasto del sistema judicial aumentó un 41% de 2011 a 2016, a 213.000 millones de pesos, lo cual sugiere que se ha puesto mayor atención en este rubro.

Una forma de dilucidar las posibles tendencias de la paz consiste en observar los avances en cuanto a Paz Positiva, es decir, las actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen a las sociedades pacíficas.

En México ha mejorado la Paz Positiva, aunque de manera desigual. Los avances más sustanciales se manifiestan en los pilares de entorno empresarial sólido y altos niveles de capital humano. Los indicadores que mejoraron más dentro de estos pilares fueron el coste de apertura de una empresa, que disminuyó un 14% de 2011 a 2016, y matrícula en educación media superior, que aumentó ocho puntos porcentuales de 2011 a 2015. También hubo mejoras en libre flujo de información, distribución equitativa de recursos y aceptación de los derechos de los demás. Sin embargo, la violencia contra periodistas sigue siendo un riesgo para el libre flujo de información.

A pesar de que ha habido avances en el buen funcionamiento del gobierno y bajos niveles de corrupción, esto ha ocurrido a un ritmo moderado. De 2011 a 2016, un promedio del 13% más de personas manifestó menores niveles de percepción de corrupción en todas las instituciones judiciales y policiales. Sin embargo, los niveles de corrupción siguen siendo demasiado altos, muy por arriba de los pares internacionales de México. También se ha deteriorado el pilar de buenas relaciones con los vecinos, esto derivado de que el indicador que mide las percepciones ciudadanas sobre seguridad en su barrio, disminuyeron de 60% en 2011 a 54% en 2016.

En general, los hallazgos del Índice de Paz de México 2017 destacan la necesidad de mantener el ritmo de la implementación de la reforma de justicia y de mejorar la rendición de cuentas. México ha mostrado avances —y continuará haciéndolo— en la medida en que se fortalezca el Estado de derecho y la calidad de la gobernanza y la aplicación de la ley, pero aún afronta enormes retos como una creciente tasa de homicidios unido a altos niveles de impunidad.