Esta lista de FP prueba que, en sitios peligrosos, contar chistes puede ser perjudicial para la salud.

 













Autumn Sonnichsen/Flickr


Marcelo Tas


País: Brasil

Gag: Es presentador de Cueste lo que cueste, un programa semanal de noticias en clave de comedia conocido por interceptar a los parlamentarios en el edificio del Congreso Nacional de Brasil y hacerles preguntas fáciles, como qué es lo que dicen exactamente las leyes que acaban de votar. Cualquier representante que no pueda responder es ridiculizado sin piedad en la televisión nacional. Tas ha editado también un libro con frases mal expresadas del extrovertido presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, del tipo “Mi madre fue una mujer que nació analfabeta”.

Aunque Tas es sobre todo conocido por Cueste lo que cueste, en realidad comenzó su carrera como un implacable reportero del canal público de televisión, no como comediante. Su verdadero nombre es Marcelo Tristão Athayde de Souza, pero adoptar el apodo de Tas claramente ha sido una buena decisión profesional: ahora puede presumir de contar con más de 971.000 seguidores en Twitter.
Sin embargo, no va por ahí últimamente gastando bromas. Brasil tiene todavía vigente una ley que se remite a los días de la dictadura militar y que prohíbe burlarse de los candidatos en los tres meses anteriores a una elección. Con la segunda vuelta de las presidenciales programada para el 31 de octubre, todavía va a tener que pasar otro mes antes de que Tas pueda soltar su lengua para meterse con Dilma Rousseff, la presumible ganadora.




















Rex Entertainment


Zarganar


País: Birmania

Gag: Zarganar se ha especializado en los juegos de palabras y las expresiones con doble sentido (puede fiarse de nosotros, no quedan bien al traducirse) en un espectáculo de estilo vodevilesco basado en la tradicional forma teatral birmana del anyein, que combina música, ópera, baile y comedia satírica. Y usa el show para satirizar la dictadura militar que gobierna el país. O más bien, solía hacerlo.

El cómico –cuya verdadero nombre es U Thura (Zarganar significa “pinzas” en birmano)– está cumpliendo una condena de 35 años de prisión por criticar la gestión del Ejecutivo en las operaciones de auxilio tras el devastador ciclón Nargis que azotó la parte costera del país en mayo de 2008. Se le acusó también de mofarse de un artículo en un periódico de propiedad estatal que afirmaba que los supervivientes de esta catástrofe natural podían subsistir rebuscando en los campos algo que comer en vez de aceptar chocolatinas de las organizaciones de ayuda occidentales.

Ésta podría ser la más larga condena del cómico, de 49 años, pero no es ni mucho menos la primera. Las sátiras antigubernamentales de Zarganar le han tenido entrando y saliendo ...