Los trabajadores exigen cada vez más beneficiarse del milagro económico del país.
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AFP/Getty Images |
Trabajadores protestan para que se les pague su salario en la provincia china de Shanxi, en enero de 2013 |
China sigue siendo la fábrica del mundo, pero desde que el made in China se consolidó en los 90, muchas cosas han cambiado en el gigante asiático. Las transformaciones sociales, junto con la crisis internacional, han traído importantes cambios en las fábricas chinas y también en el movimiento obrero del país.
Uno de los cambios más relevantes es el relevo generacional que se ha producido en las cadenas de producción. Los jóvenes de hoy en día, que son mayoría en el sector de las manufacturas, crecieron con el desarrollo económico del país y no están dispuestos a trabajar en las mismas condiciones que sus padres. En la actualidad, los obreros chinos tienen más estudios, no conocen la vida en el campo, viven conectados a las redes sociales y están más dispuestos a defender sus derechos.
Las exigencias y aspiraciones de estos jóvenes son uno de los motivos detrás de las movilizaciones crecientes de los obreros chinos. Su influencia ocupó por primera vez los titulares de la prensa en mayo de 2010, cuando unos 2.000 trabajadores se pusieron en huelga en una fábrica de Honda de la provincia de Guangdong, en el sur del país. Después de semanas de negociación y de que las protestas se extendieran a otras provincias, los trabajadores consiguieron un aumento del 35% en su sueldo. Muchos de los obreros que lideraron aquella ya histórica protesta tenían poco más de 20 años.
Aunque no existen estadísticas oficiales, las protestas laborales se han convertido en una cuestión casi diaria en China. Más del 70% de ellas ocurren en el sector de las manufacturas, pero en los últimos tiempos también han crecido los altercados en el sector del transporte, la educación o la sanidad. Geoffrey Crothall, el director de comunicación del China Labour Bulletin, una ONG con sede en Hong Kong, no duda en afirmar que “en los últimos cinco años se ha producido un incremento de las protestas colectivas y las huelgas”.
Detrás de la mayor movilización de los trabajadores chinos también se encuentran las consecuencias de la crisis internacional. Ésta llegó al gigante asiático algo más tarde que a Estados Unidos y Europa, pero el país se vio fuertemente afectado por el descenso en la demanda proveniente de los países desarrollados. Muchas empresas dedicadas a la exportación tuvieron que cerrar o vieron reducidos sus beneficios. A principios de 2009, según las cifras oficiales del Gobierno chino, más de 20 millones de trabajadores perdieron sus puestos de trabajo en las zonas costeras del país y tuvieron que regresar a sus lugares de origen en el interior de China.
La crisis en EE UU y Europa, sin embargo, ...
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