¿Qué hará que el país salga a flote?

El pasado 7 de enero el candidato opositor del Nuevo Partido Patriótico (NPP), Nana Akufo-Addo, fue investido como nuevo presidente de Ghana. La ceremonia tuvo lugar justo un mes después de que, en un clima predominantemente tranquilo pero con algún episodio esporádico de violencia, 10,7 de los casi 16 millones de ghaneses que estaban llamados a ejercer su derecho al voto, lo hicieran.

Partidarios de Nana Akufo-Addo celebrando en Accra la victoria. (Cristina Aldehuela/AFP/Getty Images)

El oficialista John Dramani Mahama, que accedió a la presidencia del país en 2012 tras la repentina muerte de John Atta Mills, era el candidato del Congreso Democrático Nacional (NDC por sus siglas en inglés). Tras 8 años de gobierno del NDC, el ganador, que había sido derrotado en 2012 y 2008 por estos dos contrincantes respectivamente, ha conseguido esta vez una victoria sin paliativos (53,8% de los votos contra el 44,4% de su rival). Debido a este imperante bipartidismo, que ha dejado una vez más sin opciones reales al resto de candidatos, se ha vuelto a prescindir de una hipotética segunda vuelta.

Más que las diferencias tribales o religiosas (el 71,2% de la población profesa el cristianismo y el 17,2% el islamismo) ha sido la delicada situación económica en la que se ha visto sumido recientemente este país de alrededor de 28 millones de habitantes, lo que le ha pasado factura al Gobierno saliente. La corrupción no ha jugado un papel decisivo y aunque el estamento judicial se ha visto salpicado por algún escándalo los índices de Transparencia Internacional indican que si bien la percepción ha empeorado 4 puntos desde 2015, ésta todavía se mantiene en niveles aceptables y aún más si tenemos en cuenta el continente al que nos referimos.

También conocida como “África para principiantes” esta antigua colonia británica es considerada, desde que en 1992 dejara atrás el régimen militar y volviera al multipartidismo, un ejemplo de democracia, libertad, estabilidad y paz (donde el terror de Boko Haram no ha llegado) en la región. Estos méritos se le pueden atribuir, en parte, a su histórica sólida salud económica basada ahora en el oro, el cacao y el petróleo, al impulso que le dio el difunto Mills y a que ha prevalecido entre sus sucesores el ejemplo del carismático ex presidente Rawlings, militar que implantó la democracia tras dar dos golpes de Estado y regir una década como dictador.

Desde entonces las transiciones de poder son pacíficas. Aunque un traspaso de poderes similar hubiera sido aún más necesario en la vecina Gambia. Allí, solo tras la severa intervención de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, CEDEAO, –con tropas senegalesas desplegadas a escasos kilómetros de Banjul- el ya exiliado ex presidente Jammeh, ha acatado el veredicto de su pueblo en los comicios celebrados el pasado 1 de diciembre. La expectación internacional de los acontecimientos ha sido inusitada.

Mientras, en Accra, la capital de Ghana, el nuevo mandatario liberal, septuagenario ex ministro ...