El movimiento populista y antigubernamental puede ser un fenómeno único de EE UU, pero no es difícil ver su influencia en otros países.

 

REINO UNIDO

Grupo: El Tea Party británico, Alianza de Contribuyentes

Temas: Impuestos, Unión Europea

Repercusión: Sin tener en cuenta la ironía histórica, varios centenares de activistas conservadores británicos se reunieron en Brighton en febrero para lanzar el Tea Party británico. El acto fue idea de Daniel Hannan (a la derecha), un miembro conservador del Parlamento Europeo conocido, sobre todo, por sus ruidosas críticas a la hinchada burocracia de la UE y que tenía la sensación de que, igual que en el Estados Unidos de Barack Obama, en la Gran Bretaña de Gordon Brown se daban “todas las condiciones necesarias para un movimiento popular en contra de los impuestos”.

Como su homólogo estadounidense, el Tea Party británico se centra en la lucha contra los impuestos elevados y añade una buena dosis de euroescepticismo (Hannan compara los llamamientos de Bruselas a un gobierno económico más centralizado de Europa con los “impuestos sin representación” contra los que lucharon los colonos americanos bajo el Gobierno del rey Jorge). Sin embargo, a diferencia de EE UU, el movimiento británico no ha alcanzado el estatus de fenómeno cultural. Hasta ahora no se han celebrado más que unos cuantos mítines con varias docenas de asistentes, y Hannan parece haber despertado más interés en medios de comunicación estadounidenses como Fox News que en la prensa de su propio país.

Eso no significa que el movimiento antiimpuestos en Gran Bretaña no esté vivo y coleando. Otro grupo en la misma onda, la Alianza de Contribuyentes, ha crecido un 70% en el último año, hasta contar con 55.000 miembros. Recientemente, recibió a dirigentes del Tea Party estadounidense para participar en un seminario sobre tácticas organizativas.

AFP/Getty Images

 

HOLANDA

Grupo: El Partido de la Libertad

Temas: Inmigración de musulmanes, euroescepticismo

Repercusión: El fundador del Partido de la Libertad, Geert Wilders, no sólo quiere prohibir el Corán y toda inmigración procedente de los países islámicos, sino que cree que toda la religión musulmana -no sólo el islam radical- es violenta y que es preciso detenerla antes de que “islamice” por completo Europa. El 11 de septiembre, Wilders se unió a la concentración de activistas del Tea Party estadounidense en el solar propuesto para la construcción del Centro Cultural islámico cerca de la zona cero de Nueva York.

La fórmula parece funcionar. A pesar de que tener prohibida temporalmente la entrada en algunos países y de que se enfrenta a un proceso penal por incitar al odio y la discriminación, en las elecciones de junio de 2010 Wilders convirtió su Partido de la Libertad en la tercera formación del Parlamento holandés y, en la práctica, en el grupo decisivo para cualquier coalición de Gobierno.

Los temas que más interesan a Wilders son el impuesto con el que propone gravar los pañuelos, la necesidad de expulsar a Bulgaria y Rumanía de la Unión Europea y la importancia de que Holanda abandone la Unión si entra Turquía. Como es lógico, se opone en general a la propia UE, sobre todo a los impuestos que pagan los holandeses para sostenerla. Ha propuesto abolir el Parlamento Europeo y declaró a un periódico que el dinero holandés debe gastarse en el propio país, no en “subvencionar a agricultores de Francia y Polonia”.

Aunque suele agruparse al Partido de la Libertad con partidos xenófobos de otros países europeos como el Partido Nacional británico y el Frente Nacional francés, Widers rechaza esa caracterización. Destaca en la extrema derecha europea por ser el único que apoya firmemente a Israel y los derechos de los homosexuales.

 

JAPÓN

AFP/Getty Images

Grupo: Zaitokukai

Temas: Inmigración, nacionalismo

Repercusión: “Restaurar el honor”, el objetivo que atribuyó hace poco Glenn Beck a su masiva manifestación del Tea Party en el Mall de Washington, es un tema conocido para un movimiento cada vez más amplio de nacionalistas en la Red, que pretenden borrar de Japón todas las influencias extranjeras y devolverle su categoría en el mundo.

Los grupos nacionalistas de extrema derecha han existido siempre en la política nipona. Pero, a medida que se desvanecía la influencia de los partidos organizados, ha surgido en Internet una nueva generación de nacionalistas de base. El más influyente de ellos es Zaitokukai, una palabra formada por las siglas del extraño nombre de “Grupo de ciudadanos que no perdonarán los privilegios especiales para los coreanos en Japón”. Entre los blancos de las protestas del grupo han estado un colegio de enseñanza secundaria para niños norcoreanos y la casa de una filipina de 14 años cuyos padres fueron deportados después de que caducase su visado.

El fundador del grupo es un contable fiscal de 38 años que emplea el seudónimo de Makoto Sakurai (nadie conoce su verdadero nombre), se comunica con sus más de 10.000 seguidores casi exclusivamente por Internet y es aficionado a los trajes con chaleco y las pajaritas para sus apariciones públicas. Sakurai dice que ha estudiado vídeos de mítines del Tea Party para aprender tácticas organizativas.

 

CHINA 

AFP/Getty Images

Grupo: Los comunistas multimillonarios

Tema: Impuestos

Repercusión: En 2002, el presidente Jiang Zemin decidió permitir a los empresarios que se incorporasen al Partido Comunista, una medida que habría sido completamente impensable en los viejos tiempos de la política monolítica de la formación y que favoreció la entrada de una corriente de comunistas de estilo Tea Party, antiimpuestos y proempresa. Durante un debate reciente sobre si el gigante asiático debía instituir un impuesto sobre el patrimonio, algunos líderes de la nueva coalición emplearon una retórica que habría encajado a la perfección en un mitin de Sarah Palin. “Si queremos impulsar el empleo, no debemos subir los impuestos, sino bajarlos”, dijo Wang Jianlan, uno de los promotores inmobiliarios más ricos de China y de los que más se oponen al impuesto.

Desde luego, un puñado de multimillonarios no es un movimiento de masas, aunque los megaricos descontentos tuvieron un papel fundamental en la expansión del Tea Party en Estados Unidos. Y las recientes protestas masivas de trabajadores por el desempleo han exigido sobre todo que el Gobierno gaste más, no menos. Ahora bien, a medida que la clase media siga creciendo en el país asiático, estos camaradas capitalistas tendrán posibilidades de encontrar nuevos públicos para su mensaje de libre mercado.

 

NORUEGA 

AFP/Getty Images

Grupo: El Partido del Progreso

Temas: Impuestos, inmigración

Repercusión: Los “Progs” están presentes en la política noruega desde hace decenios y siempre han reclamado impuestos sobre la renta y el consumo más bajos. Sin embargo, la postura extremista del partido sobre la inmigración -está en favor de un máximo de 1.000 inmigrantes nuevos al año y de que se hagan pruebas del sida obligatorias a todos los recién llegados- hace que los demás formaciones políticas, incluso los más de derechas, se nieguen a colaborar con él.

Tal vez ya no les quede más remedio. En 2005, el Partido del Progreso se convirtió en la segunda formación del Parlamento noruego, y en las elecciones de 2009 aumentó su número de escaños. Ha explotado el miedo a la inmigración islámica, y su líder, Siv Jensen, advierte que el país está sufriendo una “islamización encubierta”. Hasta la formación Laborista, en el Gobierno, ha tenido que adoptar parte del programa del Partido del Progreso y reforzar las restricciones a la inmigración.

Varios escritores conservadores en Estados Unidos han elogiado al Partido del Progreso por obtener el éxito electoral con un programa antiimpuestos en un país que en otro tiempo estaba considerado como un bastión de la socialdemocracia. Los “Progs” han recibido asimismo consejos de sus homólogos de EE UU sobre tácticas de base: en abril, Tim Phillips, presidente de Americans for Prosperity y una figura destacada del Tea Party estadounidense, visitó Noruega para ofrecer orientaciones organizativas.