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Un grupo de personas partidarias del líder del Partido TGV, Andry Rajoelina, en Antananarivo, Madagascar. (GIANLUIGI GUERCIA/AFP/Getty Images)

El país debe hacer frente a años de crisis y a dos grandes retos: corrupción e inseguridad.

El nuevo presidente de Madagascar es uno de los mandatarios más jóvenes del continente africano. Empresario del ocio y de la comunicación, vende una imagen dinámica y emprendedora desde las siglas de su partido TGV. De visita en Francia tras su investidura, Andry Rajoelina viaja con el balance de sus primeros cien días de gobierno bajo el brazo. Ha comenzado atajando la inseguridad y una corrupción endémica en la administración e instituciones públicas. Pero los desafíos son múltiples en un país con una gran riqueza en recursos naturales –pesca, maderas, zafiros, vainilla y la mayor biodiversidad del mundo– con una población que sobrevive con menos de dos dólares al día.

No es la primera vez que ocupa el sillón presidencial, aunque hoy nadie podrá tacharle de golpista. En 2009 y con el respaldo del Ejército, el entonces alcalde de la capital malgache arrebató el cetro al presidente electo, Marc Ravalomanana, argumentando una deriva autoritaria y abuso de poder. Rajoelina estuvo al frente de la transición hasta 2013, cuando ambos se comprometieron con la comunidad internacional a no presentarse a las elecciones presidenciales de ese año. En 2018 se han visto de nuevo las caras en las urnas, ganando Rajoelina el pulso a su eterno rival con un 55,6% de los votos.

El presidente hereda un país depauperado, atenazado por crisis políticas desde hace más de una década y minado por la inseguridad y la corrupción política generalizada. Según el último índice de competitividad global del Foro Económico Mundial, la corrupción y el crimen organizado son los factores más problemáticos para hacer negocios, solo por detrás de la inestabilidad política y las dificultades de financiación. Las últimas campañas electorales ponen de manifiesto enormes paradojas en un país en el que el salario mínimo interprofesional no llega a los 50 euros al mes. En 2018, los dos candidatos finalistas exhibieron un despliegue de camisetas y pancartas; organizaron conciertos gratuitos, tómbolas y, a falta de carreteras asfaltadas, peinaron la isla en helicóptero para desplazarse a mítines en las regiones más inaccesibles. Un estudio de la Unión Europea ha desvelado que el presidente electo en 2013 gastó más dinero por voto que Donald Trump en 2016: 21,50 dólares frente a los 12,61 del presidente estadounidense. No existe techo de gasto en campaña electoral y, por vez primera, siguiendo una recomendación de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, una Comisión de control de la financiación de la vida política ha obligado a los candidatos a desvelar los gastos de campaña. Sin embargo, tan solo siete de los 36 candidatos presidenciales presentaron sus cuentas sin que exista sanción para los infractores. “Ningún candidato ha desvelado el origen de la financiación”, reconoce Rado Milijaona, al frente de la recién estrenada Comisión.

 

Desencanto ciudadano con la clase política

Muestra de la desafección de la ciudadanía por su clase política es la baja participación en las elecciones legislativas del 27 de mayo, en las que se presentaron un total de 810 candidatos –500 independientes– para los 151 escaños del Congreso. Tan solo un 25% de los votantes se acercó a las urnas en la capital, Antananarivo, según datos del observatorio Safidy. La multiplicidad de candidaturas en las elecciones malgaches se explica, según declaraciones del académico Juvence Ramasy a la revista Politika, porque “quieren repartirse el pastel nacional. Representan partidos vacíos, sin ideología ni programa, que se disuelven una vez celebrados los comicios”. Otra razón de peso para asegurarse un escaño podría residir en la inmunidad parlamentaria, que salvaría del enjuiciamiento a muchos candidatos con expedientes abiertos por corrupción. Cuatro candidatos a las legislativas han sido ya encarcelados y la Oficina independiente anticorrupción, Bianco (Bureau Indépendant Anti-Corruption), investiga a 79 diputados de la anterior legislatura por aceptar sobornos de hasta 12.500 euros al votar de forma favorable a la modificación de la ley electoral el pasado año. Por otro lado, la proliferación de candidaturas independientes no ayuda a dar estabilidad al sistema democrático. “Es una puerta abierta a la corrupción en el seno del Congreso. Los independientes se venden al más generoso”, concluye la directora ejecutiva de Transparency International, Ketakandriana Rafitoson, en declaraciones a Le Monde.

 

La hidra de la corrupción

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El presidente, Andry Rajoelina, presta declaraciones tras las elecciones de Madagascar. (RIJASOLO/AFP/Getty Images)

Rajoelina se vanagloria de ser rápido, ejecutivo. TGV son las siglas de su partido Tanora malaGasy Vonona –Jóvenes Malgaches Dispuestos–, haciendo un juego de palabras con las siglas del tren de alta velocidad francés Train à Grande Vitesse. Quiere recuperar el tiempo –dice– perdido tras la independencia y poco después de ser investido instauró medidas para controlar el rendimiento de sus ministros. “Este gobierno debe dar resultados y será evaluado cada seis meses”, advirtió en declaraciones públicas. Sin embargo, la lucha contra la corrupción amenaza con ser una hidra de múltiples cabezas. En mayo, varias organizaciones de la sociedad civil llamaron la atención del presidente para que aprobase por decreto la ley de embargo de bienes ilícitos, proyecto presentado en el Congreso hace más de un año y aún pendiente de ratificación. Por otra parte, la reputación de conocidos mecenas del presidente está en entredicho. Entre ellos figura Maminaina Ravatomanga “Mamy”, uno de los africanos francófonos más ricos del continente, según la revista Forbes, cuyo nombre apareció en los Papeles de Panamá y ha sido investigado por la justicia malgache y francesa por blanqueo de capitales.

Además de los esfuerzos por combatir la corrupción, el presidente ha empezado a cumplir algunas de sus 13 velinaro (promesas) electorales con una vuelta de tuerca a la lucha contra la inseguridad. Propuesta estrella durante la campaña electoral fue la guerra contra los dahalo (ladrones de ganado) y la instalación de chips electrónicos en todas las cabezas de bovino para su geolocalización en caso de robo. Si bien esta última medida –tan electoralista como populista– queda lejos de ser implementada, el Consejo de Ministros prohibió en febrero por decreto la exportación de carne vacuna como medida extrema para frenar el hurto indiscriminado de zebús. “Las fuerzas del orden serán equipadas con cinco helicópteros antes del próximo 26 de junio –fiesta de la independencia– para capturar a los dahalo. Además, ampliaremos el parque móvil con otros 200 vehículos y un avión de carga para luchar contra los malhechores”. Con estas palabras se dirigió Andry Rajoelina al público presente en la ceremonia organizada para celebrar los primeros 100 días al frente del Gobierno.

A la espera de resultados, el presidente malgache viaja en alta velocidad para concretar proyectos más palpables en materia de desarrollo e infraestructuras. Su hoja de ruta: la Iniciativa por la Emergencia de Madagascar (IEM), documento de 271 páginas que propone soluciones concretas para el país con el respaldo de una plataforma de expertos internacionales. Así, en la segunda ciudad y principal puerto del país, Toamasina, ya se ha colocado la primera piedra en la vía rápida que, dentro de la Iniciativa Cinturón Económico y la Ruta de la Seda, construye China para unir la zona portuaria con la ruta principal hacia el interior de la isla. Camino hacia el desarrollo en el que Madagascar no transita sola. El nuevo presidente del Banco Mundial, David Malpass, anunció hace unos meses a su paso por la Grande Île el desbloqueo de 351 millones de euros en ayudas presupuestarias. Aunque, Madagascar mira más al Océano Índico (comunidad de la que forma parte) que a África (no les gusta que se les englobe en el continente africano), Rajoelina está en conversaciones con los países del Banco Africano de Desarrollo para otras cooperaciones bilaterales.

 

Pulso al Tribunal Constitucional para modificar la Carta Magna

En su afán por reconducir los fondos públicos hacia proyectos de primera necesidad, el presidente está decidido a eliminar el sistema bicameral y suprimir la Cámara Alta. “Madagascar tiene mayor necesidad de electricidad, universidades y carreteras que de un Senado”. Con esta rotundidad se defendía ante las críticas por proponer un referéndum constitucional combinado con las elecciones legislativas. El Tribunal Constitucional frenó los avances para modificar la Carta Magna y sus detractores levantaron el fantasma de un diseño constitucional a medida que perpetuaría a Rajoelina en el poder. Aunque el presidente advierte que intentará convocar de nuevo un referéndum, las negociaciones con los miembros del Senado se antojan arduas, cuando para la aprobación del nuevo texto serían necesarias las ¾ partes de esta Cámara que difícilmente votará por su autodisolución.

El presidente TGV ha prometido rendir cuentas este verano de sus primeros seis meses al frente del país. El dinamismo del que hace gala se ha puesto de manifiesto en primeras medidas para frenar los dos grandes tumores del país –corrupción e inseguridad– y en fructíferas negociaciones con donantes internacionales. Pero salvar a Madagascar de su emergencia es una carrera de largo aliento. “Nuestra nación vive ya en el peligro. El peligro no está en las revueltas o en las manifestaciones públicas. Está en la electricidad, en el precio de la gasolina o de los productos de primera necesidad”, se lamenta el humorista Gothlieb a la revista Politika. Desafíos de primer orden en un país con tan solo un 15% de la población conectada a la electricidad y en el que llenar el depósito del coche cuesta el salario mínimo de todo un mes.

La Grande Île ha depositado su confianza en este joven político que necesitará toda esa energía que publicita para revertir una situación de extrema pobreza. Criticado por sus adversarios por ser “el candidato de Francia”, el nuevo presidente acaba de concluir la primera visita oficial a la antigua metrópoli, donde se ha reunido con más de 200 empresarios para estudiar vías de cooperación. Francia nunca ha aflojado los lazos que le unen a su antigua colonia y hoy es el principal destino de sus exportaciones y el mayor inversor en el sector minero. “Soy consciente de la impaciencia que acompaña al presidente Rajoelina por hacer en poco tiempo lo que no se ha hecho antes”, recalcaba Emmanuel Macron en conferencia de prensa en el Elíseo. Esta impaciencia manifiesta en su fulgurante trayectoria política quizá necesite el contrapeso de la pausa y de la tenacidad para curar las dolencias crónicas de un país a la deriva desde hace más de una década.