Mohamed Nasheed, advierte de que Maldivas desaparecerá y el planeta, tal y como lo conocemos, dejará de existir si no se activa la lucha contra el cambio climático. Además, aumentarán las migraciones masivas, los conflictos y el extremismo.

Sanka Vidanagama/AFP/Getty Images

 

Foreign Policy en español. Usted está luchando para evitar que Maldivas desaparezca bajo el mar, por causa del cambio climático. ¿Cree que su mensaje es escuchado en el ámbito internacional?

Presidente Nasheed. Creo que la gente y los políticos están oyendo las advertencias sobre la inminente crisis del clima pero todavía no están tratando esta amenaza con la urgencia que se merece. Debemos tener en mente lo que sucederá si ignoramos las advertencias de nuestros científicos y continuamos emitiendo gases venenosos en la atmósfera: ya no tendremos un planeta sobre el que pueda existir la civilización humana. De corto a medio plazo, muchos lugares -como Maldivas, Bangladesh, Pakistán y grandes partes de África- se volverán inestables o inhabitables, lo que a su vez provocará todo tipo de problemas como migraciones masivas, conflictos y extremismo. Resulta revelador que el Pentágono considere ahora el cambio climático como un factor clave de futuros conflictos, lo que inevitablemente causará problemas de seguridad para Estados Unidos y otras grandes potencias. En resumen, el cambio climático no es ya un asunto medioambiental “blando”, sino una cuestión de seguridad “dura”.

FP. Usted aseguró que Maldivas “apoya con fuerza” los Acuerdos de Cancún y expresó sus esperanzas de que las decisiones tomadas allí fueran vinculantes. ¿Piensa realmente que las medidas que se tomaron son suficientes?

PN. En primer lugar, necesitamos un acuerdo internacional para poner freno a los gases de efecto invernadero de modo que podamos enviar una señal al mercado de que la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin y las inversiones inteligentes son las que se hacen con tecnologías limpias y renovables. Espero que los países puedan diseñar un acuerdo de estas características en las negociaciones de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, en sus siglas en inglés) en Sudáfrica a finales de año. El Acuerdo de Copenhague de 2009 fue la primera vez que todas las grandes economías emisoras, incluyendo a Estados Unidos, Europa, India y China, accedieron a limitarlas. Los Acuerdos de Cancún de 2010 consolidaron y ampliaron los avances producidos en Dinamarca. Ahora necesitamos coger velocidad y pactar un acuerdo incluso más ambicioso para Sudáfrica en 2011.

En segundo lugar, y lo que es más alentador, muchos países están moviéndose ya para descarbonizar sus economías al margen de un acuerdo internacional en la ONU. Incluso antes de considerar el reciente pico en los precios del petróleo, en muchos países es más barato generar energía con combustibles renovables que con los fósiles. Durante el pasado año, China e India presentaron unos objetivos muy ambiciosos en energías renovable y nuclear y la Casa Blanca está presionando con fuerza para que se produzca la transición de los combustibles fósiles a los limpios. En Europa, las emisiones probablemente han llegado a su punto más alto y seguirán cayendo el resto del siglo. Muchos países están comenzando a moverse en la dirección adecuada, pero necesitamos que este proceso se acelere considerablemente.

FP. ¿Cuál es su mensaje para Estados Unidos y China?

PN. Mi mensaje para ellos es que lideren. Encabezad la revolución tecnológica verde y la economía mundial durante los próximos cien años. Creo que los encargados de dictar las políticas de China ya comprenden esto. Por eso, está invirtiendo tanto dinero en energías solar, eólica y nuclear [pese a la crisis atómica que está sufriendo Japón, aunque reconoce la prioridad de la seguridad en las centrales], en coches eléctricos y trenes de alta velocidad. Las inversiones del gigante asiático en tecnología renovable y limpia han sido el avance más significativo y mejor recibido desde la Cumbre del Clima de Copenhague. Espero que Washington, por su propio bien, se dé cuenta de que se está quedando atrás en el mayor movimiento industrial desde la Revolución Industrial.

FP. ¿Cuáles son los pasos que está dando su país?

PN. Maldivas ha formulado la promesa de mitigación de emisiones más ambiciosa de entre todos los países del planeta: queremos que nuestra economía sea neutral a éstas para 2020, reduciendo de manera efectiva nuestras dispersiones de gases de efecto invernadero un 100%. Hacemos esta promesa por dos razones: en primer lugar, para reconocer el cambio climático como la mayor amenaza de seguridad a la que el mundo se enfrenta actualmente y la necesidad de reducir las emanaciones para abordar la crisis. En segundo lugar, tiene sentido desde un punto de vista económico para nosotros el ir alejándonos del petróleo. En la mayoría de nuestras comunidades isleñas ya resulta más barato usar el sol y el viento para generar electricidad, que utilizar generadores de diesel. Además, invertir en renovables nos ofrece seguridad energética. Nuestra energía está sufriendo a causa de la reciente subida en los precios del crudo. Esos aumentos le cuestan actualmente a Maldivas más de 250.000 dólares (unos 177.00 euros) al día en facturas extra por el oro negro. Con nuestra pequeña población, eso resulta en más de 70 centavos por habitante. A medida que la economía global comienza a remontar la recesión y con Oriente Próximo en crisis política, es probable que los precios del petróleo se mantengan altos durante el futuro próximo. En Maldivas, simplemente, no nos podemos permitir seguir derrochando más divisas en crudo. Sólo lograremos salvaguardar nuestro desarrollo económico adoptando con rapidez las energías renovables.

FP. ¿Qué supone esto para los ciudadanos de Maldivas?

PN. Para nosotros el cambio climático no es un problema lejano sino algo que está pasando hoy. Contamos con muchas islas en las que las casas de la gente están teniendo que ser reubicadas lejos de las zonas más erosionadas. Ahora tenemos mucha más erosión de la que hemos tenido nunca. Ha aumentado la contaminación en el agua freática debido al agua marina . Y los arrecifes de coral, que protegen a las islas de las tormentas y proporcionan muchos alimentos, están resultando dañados por temperaturas del océano más cálidas. Aquí la gente es muy consciente de que el mundo está cambiando. Es por eso que muchos ciudadanos se han implicado en las campañas internacionales contra el cambio climático y han sido muy activos en las reuniones del UNFCCC. Es muy difícil para los habitantes hablar sobre abandonar su patria. Las islas han existido durante más de 2000 años. Hemos escrito una historia y una cultura que se remonta a más de 1000 años. El pueblo no quiere cambiar su país por un campo de refugiados. Creo que muchos preferiría morir antes que abandonar Maldivas.

 

 

 

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