Aquienes contraen una enfermedad en el extranjero tal vez les consuele saber
que sus molestias pueden hacer del mundo un lugar más saludable. Según
un estudio de septiembre realizado por científicos europeos, publicado
en la revista digital BioMed Central Medicine, los turistas son excelentes
centinelas para prevenir las enfermedades. Los autores proponen una base
de datos epidemiológica que sirva de aviso a los funcionarios sanitarios
de los lugares turísticos sobre las infecciones que contraen los viajeros.

Los gobiernos de muchos países turísticos como Turquía
e India carecen de recursos para detectar brotes infecciosos. Una nueva enfermedad
o cepa sólo es reconocida por los responsables locales cuando ya se
ha extendido. Utilizando los datos de los viajeros para crear un sistema de
detección precoz se podría obtener muy valiosa información
y alertas con un bajo coste. Los viajes modernos pueden dispersar las nuevas
enfermedades con rapidez, pero también pueden facilitar su detección
antes de que sea demasiado tarde para actuar. Por ejemplo, un sistema parecido
podría haber avisado a las autoridades griegas de que un tipo raro de
salmonella había infectado a muchos turistas extranjeros en 2001.

Algunos expertos dudan de que este sistema sea de gran utilidad para los países
pobres. Sus habitantes son menos susceptibles a las enfermedades que los turistas
del Primer Mundo. Según Bradley Connor, presidente de la Sociedad Internacional
de Medicina de Viaje, "probablemente sería más útil
para los países de origen (…), que pueden usar la información
para vacunar a sus ciudadanos de acuerdo con los datos nuevos". De cualquier
forma, seguir la pista a las infecciones estimulará la industria turística
y, con ella, las economías de algunos de los países más
pobres del mundo.

Aquienes contraen una enfermedad en el extranjero tal vez les consuele saber
que sus molestias pueden hacer del mundo un lugar más saludable. Según
un estudio de septiembre realizado por científicos europeos, publicado
en la revista digital BioMed Central Medicine, los turistas son excelentes
centinelas para prevenir las enfermedades. Los autores proponen una base
de datos epidemiológica que sirva de aviso a los funcionarios sanitarios
de los lugares turísticos sobre las infecciones que contraen los viajeros.

Los gobiernos de muchos países turísticos como Turquía
e India carecen de recursos para detectar brotes infecciosos. Una nueva enfermedad
o cepa sólo es reconocida por los responsables locales cuando ya se
ha extendido. Utilizando los datos de los viajeros para crear un sistema de
detección precoz se podría obtener muy valiosa información
y alertas con un bajo coste. Los viajes modernos pueden dispersar las nuevas
enfermedades con rapidez, pero también pueden facilitar su detección
antes de que sea demasiado tarde para actuar. Por ejemplo, un sistema parecido
podría haber avisado a las autoridades griegas de que un tipo raro de
salmonella había infectado a muchos turistas extranjeros en 2001.

Algunos expertos dudan de que este sistema sea de gran utilidad para los países
pobres. Sus habitantes son menos susceptibles a las enfermedades que los turistas
del Primer Mundo. Según Bradley Connor, presidente de la Sociedad Internacional
de Medicina de Viaje, "probablemente sería más útil
para los países de origen (…), que pueden usar la información
para vacunar a sus ciudadanos de acuerdo con los datos nuevos". De cualquier
forma, seguir la pista a las infecciones estimulará la industria turística
y, con ella, las economías de algunos de los países más
pobres del mundo.