Diplomática en la Oficina de Información Diplomática

diplomaciaMargarita Boo Parada forma parte de la Oficina de Información Diplomática (OID), que, como ella recuerda, “se encarga del ejercicio de la portavocía oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y de la difusión de las informaciones sobre la política exterior de España y las actividades del Departamento”. Allí ella se encarga de la gestión de las redes sociales.

Margarita lo tenía claro desde los últimos cursos del colegio: “La carrera diplomática siempre fue mi gran vocación”. Aquella pasión temprana fue tomando cuerpo y matices según pasaban los años. Fue descubriendo poco a poco que le interesaban “las relaciones internacionales en general y la política exterior de España en particular”, que quería formar parte de  “la función consular” (para ella, una forma “muy gratificante” de ayudar a sus compatriotas en el extranjero) y, por fin, que le ilusionaba sumergirse en otras culturas y trabajar en un entorno global.

Todo era cuestión de que se abriesen nuevas plazas después de los recortes en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Ejerció la abogacía durante el último año de carrera, y admite que se lo pasó bien, pero para una vocacional aquello solo podía ser un cuartel de invierno. La primavera no tardaría en llegar y llegó cuando sacó su plaza soñada como diplomática en noviembre del año pasado.

Margarita Boo Parada
Margarita Boo Parada

Fue abogada porque había estudiado Derecho en ICADE y tenía una sólida preparación antes de presentarse a las oposiciones porque también se había licenciado en Ciencias Políticas y había obtenido un diploma en Relaciones Internacionales por la misma universidad. Justo después, compaginó la preparación de las oposiciones con el Máster Interuniversitario en Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Escuela Diplomática en Madrid, cuyos contenidos coinciden parcialmente con el temario.

Cuando llegó el momento del examen, no solo podía exhibir el desgaste de los codos, también había viajado y había aprovechado sus viajes para dominar tres idiomas. Sabía inglés, se fue de Erasmus a París para terminar de reforzar el francés y se trasladó a Jordania y Líbano para apuntalar el árabe. El portugués acababa de convertirse en su próxima víctima.

En cuanto aprobó, Margarita se incorporó a la Oficina de Información Diplomática (OID). Su cometido consiste en “la difusión de nuestra política exterior y la atención al ciudadano a través de los nuevos medios de comunicación como son las redes sociales”.  El Ministerio dispone de una cuenta en Facebook y dos en Twitter, una en inglés y otra en castellano, y otra en Instagram. El éxito parece haber sido rotundo: “En Twitter hemos superado ya los 100.000 seguidores”.

Ésas son las nuevas vías, por las que, según ella, dan “a conocer al público que nos sigue las actividades del ministro y de los secretarios de Estado, la participación de España en Conferencias Internacionales o por ejemplo en el Consejo de Seguridad, especialmente ahora que somos miembros no permanentes”. También difunden “actividades culturales organizadas por nuestras Embajadas y Consulados en el exterior y mostramos la gran labor de Cooperación al Desarrollo lanzada desde España.”

Es obvio que Margarita tiene las maletas listas para cuando le toque marcharse a una embajada. Y sabe las cualidades que son necesarias para hacer un buen trabajo: “Empatía, vocación de servicio público y versatilidad”. Los idiomas, la experiencia internacional y la formación académica en Relaciones Internacionales son los cimientos sobre los que construye un sueño hecho, por fin, realidad.

 

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