¿Son los medios víctimas o cómplices de los Estados?

 

 









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AFP/Gettyimages

 

 

Las leyes e iniciativas de regulación sobre los medios de comunicación adoptados por varios países latinoamericanos, evidencian un cambio significativo en la relación entre gobiernos y medios. La diferencia en esta ocasión es que los gobernantes están recurriendo, gracias a las mayorías que tiene el sector oficialista en los congresos, a la adopción de leyes que establecen regulaciones a las inversiones y al enfoque que se le puede dar a la información; distanciándose de la práctica acostumbrada por las dictaduras del siglo pasado, que recurrían a la censura previa de forma directa y coercitiva. Esto hace que crezcan el número de opiniones sobre el deterioro de la libertad de expresión en la región. Aunque poco se habla de la ética profesional y la responsabilidad de los medios y su influencia sobre la política. Y el otro aspecto, que habrá que considerar en otro momento, la influencia del crimen organizado, sobre todo de los carteles del narcotráfico.

En la mayoría de los Estados latinoamericanos los medios dedicados a los informativos y programas de opinión sobreviven, en gran medida, gracias a sus gobiernos. Primero porque es la principal fuente de noticias diarias y segundo porque es uno de los mayores anunciantes. Prueba de esto es que en algunos países cuando el sector público deja de controlar los espacios comerciales, los medios se ven en problemas para subsistir. Esto ha convertido el recurso publicitario en un arma utilizada a conveniencia por los mandatarios, quienes producto del personalismo –muchas veces de naturaleza caudillista y de cacicazgos– con que se conducen los asuntos de Estado en la región.

Esto hace que la mayoría de los casos en que se enfrenta a la prensa, las preguntas de los dirigentes se originan por las críticas hacia su gestión o por el enfoque que hacen de algún tema de interés de quien ejerce la presidencia. Si bien esta situación no es reciente, como los casos de la pelea entre Hugo Chávez y RCTV y Globovisión; el Gobierno de los Kirchner con el grupo Clarín, que incluso llevó a sus aliados gremialistas a bloquear la planta del matutino; el diferendo de Luiz Inácio Lula da Silva con O'Globo, Folha y O Estado, y las permanentes críticas al estilo presidencial de Ricardo Martinelli y sus manifestaciones sobre el rol de la prensa. Esto lo resume Andrea Barrero, de El País: “La libertad de prensa y de expresión en muchos países de América Latina pende de un hilo. Así lo demuestran los continuos ataques y regulaciones que varios gobiernos siguen ejerciendo en contra de los medios de comunicación independientes, ante el temor de que la información que sobre ellos se publique, afecte sus proyectos políticos”. Sin embargo, lo más reciente son los casos de Bolivia y Ecuador.

En el primer caso, la Ley ...