La mayor parte de las mujeres en Asia viven atrapadas entre las oportunidades que empieza a ofrecerles el desarrollo y las tradiciones que a menudo las relegan a un papel social secundario. He aquí algunos ejemplos concretos que muestran que no siempre el mayor desarrollo ha llevado a una mejor posición de la mujer.

Hace algo más de 20 años, en 1995, Asia fue el escenario de uno de esos momentos considerado como histórico para los derechos de las mujeres. En septiembre de ese año, representantes de 189 gobiernos junto a 30.000 activistas y otros 17.000 participantes se reunieron en la capital de China para firmar la Declaración de Beijing que ponía las bases de los estándares a seguir en igualdad de género, lucha contra la violencia de género o acceso igualitario a derechos como la educación o la política, entre otros.

Dos décadas después, ningún país ha conseguido completar los ambiciosos objetivos del acuerdo, dice la ONU, pero el continente que vio nacer esa declaración ha sido, en su mayoría, un digno representante. “La región ha hecho progresos hacia la igualdad de género con leyes y políticas que responden a necesidades específicas de mujeres y niñas”, dice la agencia de Naciones Unidas para la Mujer (UNWomen) en su último informe sobre Asia. “La mayor parte de los países han conseguido la paridad en la escuela secundaria y varios tienen una tasa mayor de asistencia de niñas […] La mortalidad materna e infantil se han reducido en la mayoría de ellos y la esperanza de vida se ha incrementado.”

Pero Asia no es una región fácil para las mujeres. A pesar del gran crecimiento económico que se ha vivido en buena parte de los países durante las últimas décadas, sigue contando con algunos de los más pobres del mundo. El continente con una mayor extensión es, no obstante, un conjunto de realidades diferentes innumerables. Así, Asia cobija desde la mayor democracia del mundo – India – a las dictaduras más férreas, como Corea del Norte. Países ricos como Corea del Sur o Japón, a pobres como Afganistán. Prácticamente, todas las grandes religiones son mayoría en alguno de los países y muchos de ellos son en sí mismos amalgamas de diferentes grupos étnicos y religiosos. Se viven además disparidades enormes en la situación de las mujeres. Un buen ejemplo es el de la participación de éstas en el mundo laboral, cuya tasa en el continente varía entre el 16% de Afganistán y el 82% de Birmania, según UNWomen. Por su parte, la participación de las mujeres en política es una de las más bajas del mundo, con un 18,4%, una tasa similar a la del Norte de África y Oriente Medio y sólo tres puntos superior a la zona del Pacífico.

Una mujer en Afganistán vende pan en la calle. (Farshad Usyan/AFP/Getty Images)
Una mujer en Afganistán vende pan en la calle. (Farshad Usyan/AFP/Getty Images)

Afganistán

Empleo: 16%

Formación: sin datos

Política: 28%

Afganistán es considerado por muchos como el país más difícil para las mujeres en Asia y uno de los más duros en el mundo. Los cinco años que los talibanes estuvieron en el poder, entre 1996 y 2001, supusieron un rápido retroceso de la situación de la mujer, con la imposición de la sharia, de la que todavía no se han recuperado. Así, es el país de Asia con menor tasa de ocupación laboral femenina. El más pobre del continente tiene además la tasa de mortalidad materna más alta de la región (396 muertes por cada 100.000 nacimientos, según el Banco Mundial), aunque la situación ha mejorado drásticamente desde los 1.340 que se registraban en 1990. Por otra parte, según Global Rights, un 87,2% de las mujeres sufren algún tipo de violencia física, sexual o psicológica o son obligadas a casarse contra su voluntad. Se han tomado, sin embargo, algunas medidas para mejorar la condición de las mujeres, como la Ley de Eliminación de Violencia contra la Mujer, aunque Human Rights Watch critica continuamente los fallos en su implementación. 

Birmania

Empleo: 82%

Formación: sin datos

Política: 13%

Birmania celebró el año pasado las primeras elecciones generales libres en décadas. Lejos de ser perfectas, fueron un importante paso en el proceso de democratización del país, pero también para la participación política de las mujeres. En este sentido, el número de mujeres en el Parlamento se duplicó, aunque partía de una tasa muy baja y hoy en día apenas llega al 15% (aunque un 25% de los escaños están reservados para militares elegidos a dedo). Tiene además la tasa de ocupación laboral femenina más alta de Asia. Por otra parte, las mujeres birmanas han contado tradicionalmente con mayor independencia del hombre en comparación a otras sociedades asiáticas, aunque la situación varía según las etnias del país. Aún queda, no obstante, mucho por hacer. A pesar de su alta participación laboral, las mujeres a menudo no controlan el dinero familiar y tienen dificultades en el acceso a la tierra y otros derechos fundamentales. El nuevo partido en el poder, la Liga Nacional para la Democracia, no ha desvelado, sin embargo, ninguna política concreta para mejorar la situación de las mujeres en el país.

Mujeres en Camboya caminan por una calle comercial en Phnom Penh. (Tang Chhin Sothy/AFP/Getty Images)
Mujeres en Camboya caminan por una calle comercial en Phnom Penh. (Tang Chhin Sothy/AFP/Getty Images)

Camboya

Empleo: 79%

Formación: 97%

Política: 20%

En Camboya, mujer es sinónimo al Chbab Srey, un poema que hasta el año 2007 se aprendía en las escuelas y que rige las normas por las que se deben comportan las mujeres. “Debes recordar servir a tu marido. No le dejes insatisfecho”, dice uno de los versos. El poema está bien arraigado en la cultura camboyana y según un informe de UNWomen, un 96,2% de los hombres del país y un 98,5% de las mujeres cree que una mujer debe obedecer a su marido. Por otra parte, aunque sobre el papel los derechos de ambos sexos son los mismos, a menudo las violaciones de derechos de las mujeres quedan impunes, denuncia la ONG Licadho. Sin embargo, se han dado algunos importantes avances, como la reducción de la mortalidad materna que ha pasado de 1.020 muertes por 100.000 nacimientos en 1995 a 161 en 2015, una de las tasas de reducción más rápidas del mundo. Camboya es además uno de los pocos países de la región, junto a Nepal, con un Ministerio dedicado exclusivamente a las mujeres, que se encarga de redactar políticas concretas para mejorar la situación de la población femenina. Sus políticas se han centrado fundamentalmente en reducir la violencia hacia la mujer y en reducir la diferencia laboral entre géneros.

Corea del Sur

Empleo: 50%

Formación: 99%

Política: 16%

Al igual que Japón, Corea del Sur también está fuertemente influenciada por ideas confucionistas y en algunos casos el impacto sobre los derechos de las mujeres es incluso mayor. Así, ocupa el puesto 115 de 145 en igualdad de género, al nivel de países mucho más pobres como Burkina Faso, según el Foro Económico Mundial. Corea del Sur es además el país de la OCDE con mayor diferencia salarial, donde las mujeres ganan un 36,6% menos que los hombres. Desde 2013, sin embargo, la jefatura del Estado ha estado en manos de una mujer, Park Geun-hye, quien ganó las elecciones al frente del Partido Saenuri. No obstante, su llegada al poder no ha sido interpretada como resultado de la mejora de la posición de la mujer en el país, sino la continuación de la saga Park después de que su padre, Park Chung-hee, ya estuviera al frente de Corea del Sur como dictador entre 1961 y 1979. Park ha aprobado, sin embargo, algunas medidas dirigidas a reducir las diferencias de género en el mercado laboral, especialmente a través de políticas de conciliación familiar. 

Una mujer en Filipinas al cuidado de su hijo. (Noel Celis/AFP/Getty Images)
Una mujer en Filipinas al cuidado de su hijo. (Noel Celis/AFP/Getty Images)

Filipinas

Empleo: 51%

Formación: 89%

Política: 27%

Filipinas es el país de Asia con un mayor número de cristianos. La situación de la mujer no es, sin embargo, mejor que en otros países de otras religiones. Así, es el único del mundo en el que el divorcio es ilegal y uno de los pocos en los que no está permitido el aborto. No obstante, en otros aspectos su situación es mejor y, por ejemplo, su tasa de alfabetización es mayor a la de los hombres. Por otra parte, durante los últimos años uno de los asuntos más polémicos ha sido el uso de métodos anticonceptivos. El recién elegido presidente Rodrigo Duterte, quien se ha presentado a sí mismo como un defensor de los derechos de la mujer a pesar de sus controvertidos y frecuentes comentarios machistas, ha asegurado que una de sus prioridades durante los próximos meses será implementar la polémica ley de planificación familiar, a la que se opone la Iglesia. 

India

Empleo: 27%

Formación: sin datos

Política: 12%

Cuando se habla sobre derechos de la mujer en Asia, India suele ser la primera nombrada. Ser mujer en el país no es fácil. Según una encuesta de la Fundación Thomson Reuters realizada entre expertos en diferencias de género, es el cuarto país del mundo más peligroso para las mujeres, debido a las altas tasas de feticidio femenino, de infanticidio de niñas y de tráfico de personas. La esclavitud sexual, el trabajo femenino forzoso y los matrimonios forzosos son también comunes, dice la encuesta. Durante los últimos años se ha puesto además de manifiesto la alta frecuencia de las violaciones, muchas de ellas en grupo, y su violencia. No obstante, la sociedad india parece que despierta poco a poco. Una violación en grupo, que terminó con el brutal asesinato de la víctima, en la capital Delhi en 2012 llevó a masivas protestas y a que el Gobierno impulsara una nueva ley sobre crímenes contra las mujeres. Sin embargo, se siguen produciendo violaciones a pesar de las condenas a pena de muerte impuestas a algunos de los perpetradores.

Una niña de la comunidad An-Nadzir después del rezo en Indonesia. (Agung Parameswara/Getty Images)
Una niña de la comunidad An-Nadzir después del rezo en Indonesia. (Agung Parameswara/Getty Images)

Indonesia

Empleo: 51%

Formación: 96%

Política: 17%

Indonesia es uno de los países con mayor número de matrimonios infantiles en el mundo. Esto se debe, en parte, a su población ya que es el cuarto país más poblado del mundo con 250 millones de habitantes y, aunque el porcentaje de matrimonios infantiles es mucho menor que en la mayor parte de Estados africanos, el número absoluto es a menudo mayor. También se debe a la dificultad para erradicar algunas de las tradiciones, no sólo islámicas, que han sido directamente relacionadas con una mayor incidencia de matrimonios infantiles, sino también tribales, en especial en la isla de Sulawesi, donde el matrimonio infantil forma parte de sus tradiciones. Así, según la ONG Girls not Brides (Niñas, no novias), una de cada cinco mujeres en Indonesia se casa antes de los 18 años. La edad legal de matrimonio es de 16 años. Recientemente, un movimiento ha intentado que el mínimo se eleve a 18 años pero la Corte Constitucional lo ha rechazado. Por otra parte, la situación de los derechos de la mujer preocupa aún más en Aceh, donde rige la sharia y donde se han impuesto medidas discriminatorias, como un toque de queda sólo para mujeres en la capital de la región, Banda Aceh, a partir de las 11 de la noche.

Japón

Empleo: 49%

Formación: sin datos

Política: 10%

Japón está fuertemente influenciada por las ideas confucionistas sobre el género, que consideran a las mujeres como sujetos dependientes de los hombres. No obstante, las mujeres japonesas han mejorado notablemente su posición durante las últimas décadas aunque las diferencias persisten. Así, el país tiene una de las tasas de participación femenina en política más bajas del mundo y sólo un 9,5% de los escaños de la Cámara Baja están ocupados por mujeres. Por el otro lado, la tasa de ocupación femenina es de las más altas del mundo y está previsto que aumente ya que el Gobierno lanzó el año pasado una campaña para incrementar el porcentaje de éstas en el mundo laboral con el objetivo de impulsar la economía. Sin embargo, la diferencia salarial en género es la tercera más alta en los países industrializados y ellas ganan un 26,6% menos, según datos de la OCDE. 

Mujeres nepalíes trabajando el campo. (Prakash Mathema/AFP/Getty Images)
Mujeres nepalíes trabajando el campo. (Prakash Mathema/AFP/Getty Images)

Nepal

Empleo: 80%

Formación: 97%

Política: 30%

La situación de las mujeres en Nepal ha sido tradicionalmente complicada, en un país dominado por las castas y que ha estado en guerra civil durante una década. Al igual que en Birmania, su tasa de participación en el trabajo es alta, pero aún así sufren con mayor severidad la malnutrición y la pobreza ya que buena parte de este trabajo no es remunerado. El matrimonio infantil es frecuente y muchas de ellas son vendidas a redes de trata de personas. El intenso terremoto sufrido el año pasado ha aumentado la vulnerabilidad de las mujeres y el tráfico de personas, en especial el de mujeres y niños que se ha incrementado un 15%, según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Nepal. Durante las últimas dos décadas, ha tomado algunas medidas importantes para mejorar su situación, desde abrir un Ministerio para la Mujer a instaurar Comisiones especiales para Asuntos de la Mujer.

Pakistán

Empleo: 25%

Formación: 67%

Política: 21%

La opresión de las mujeres en Pakistán se ha conocido alrededor del mundo gracias a un nombre, el de Malala Yousafzai, una estudiante que sobrevivió con tan sólo 15 años a un ataque de los talibanes que pretendían callarla por defender su derecho a ir a la escuela. En Pakistán, el colegio no está al alcance de todos, pero mucho menos para las niñas. Así, el 79% de los niños acuden a la escuela primaria, mientras que sólo lo hacen el 65% de las niñas. En secundaria, la diferencia se reduce pero los porcentajes caen de manera drástica; al 39,7% y 29,2% respectivamente según UNICEF. Por otra parte, el país se sitúa en el puesto 147 en el ranking sobre igualdad de género de Naciones Unidas. A pesar de ello, una reciente ley propuesta en la provincia de Punjab para proteger a las mujeres ha provocado la cólera de grupos conservadores. El Gobierno de Pakistán ha reconocido además la importancia de éstas para el desarrollo nacional y ha incluido un capítulo sobre empoderamiento en su nuevo plan económico Visión 2025.

 

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