
Las mujeres chechenas nunca se han visto sometidas a una presión como la que soportan hoy. Y, sin embargo, apenas se ha escrito sobre su papel, su lugar en la sociedad y sus derechos.
Durante más de dos décadas desde 1994, el conflicto armado entre el Ejército de Rusia y las insurgencias del Cáucaso Norte se ha situado entre los más letales de Europa, avivado por un círculo vicioso de tensiones religiosas y étnicas sin resolver, una contrainsurgencia brutal, la ausencia de procedimientos democráticos, la desigualdad social y la mala gobernanza. La inestabilidad y la guerra dieron como resultado una drástica erosión de la capacidad del Estado, el debilitamiento de las instituciones públicas y un aumento de la importancia de las prácticas tradicionales y religiosas y de las ideologías intolerantes.
Todo esto ha contribuido a dar forma a las experiencias de las mujeres y a su papel -como víctimas, ofreciendo seguridad y como perpetradoras de violencia- no solo en Chechenia, sino también en las vecinas republicas de Ingusetia y Daguestán.
Violaciones de los derechos de las mujeres

Las mujeres y las niñas en Chechenia son susceptibles de sufrir “asesinatos por honor”, violencia doméstica, secuestros con el fin de casarlas y matrimonios siendo muy jóvenes. En algunos pueblos daguestaníes, son sometidas también a mutilación genital. En Chechenia e Ingusetia a muchas se les quitan sus hijos tras el divorcio -invocando una pretendida “tradición” que supuestamente dicta que los niños sean criados por la familia del padre- y a menudo se les niegan los derechos de visita. Algunas llevan años luchando por ver a sus hijos. En Chechenia la violencia sexual ejercida por familiares cercanos con frecuencia ni siquiera es perseguida por la ley; si este tipo de crímenes se hacen públicos la víctima puede llegar a ser asesinada para “limpiar la vergüenza de la familia”.
Las unidades de maternidad en la región están muy por debajo de los niveles aceptables, lo que produce mortalidad materna y lesiones prevenibles. La corrupción también es omnipresente en el sistema sanitario: sin un soborno una mujer embarazada difícilmente puede lograr una ayuda adecuada. E incluso un soborno no puede garantizar una asistencia de calidad: las mujeres con frecuencia se encuentran con médicos incompetentes y negligentes. La mortalidad infantil en el este del Cáucaso Norte prácticamente duplica la de las regiones desarrolladas de Rusia.
En un hospital de Ingusetia se ha informado de varios ejemplos de presunta negligencia criminal, incluyendo casos en los que las madres perdieron a sus bebés y sus órganos reproductores y se produjo la muerte de una mujer. El más reciente de estos casos es de septiembre de 2015. Hasta el momento las investigaciones no han llevado a ninguna parte. En Daguestán, presuntamente murieron tres mujeres en un hospital de la ciudad de Kiziliurt en el último par de meses como resultado de negligencias ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF