Metas: Los ODM fueron escritos en el momento álgido de la epidemia de VIH/sida y sus objetivos dan prioridad a conseguir controlar la enfermedad mediante la contención de las tasas de infección y el acceso universal a los tratamientos. El segundo de estos propósitos estaba previsto que se consiguiera para 2010. Los objetivos además señalan en concreto mejoras para la malaria, la tuberculosis y otras enfermedades olvidadas.

Realidad: Gracias a un increíble impulso de recaudación de fondos durante la última década, hay más gente ahora en tratamiento para el VIH/sida de la que se hubiera podido imaginar en el año 2000 -unos 5,2 millones (alrededor de los 3,8 millones de euros) en el mundo en desarrollo. El programa de emergencia para el VIH/sida, PEPFAR, del presidente estadounidense George W. Bush volcó una cantidad sin precedentes, 2.4oo millones de dólares, en la lucha contra la enfermedad y su tratamiento en sólo un año. EE UU también contribuyó al impulso en favor de la creación del Fondo Global para el VIH/sida, Tuberculosis y Malaria, un depósito de reserva de dinero proveniente de donantes que coordina los esfuerzos a escala global. Se calcula que el fondo ha salvado 4,9 millones de vidas desde su fundación en 2002.

Hoy hay unos 33 millones de personas que viven con VIH, la mayoría mujeres y la mayoría en el África Subsahariana, dice Bertil Lindblad, responsable de la oficina en Nueva York de UNAIDS. “Eso se debe al factor positivo de que hemos dado a más gente acceso a [tratamiento]”, explica. La mayor preocupación ahora para los defensores de la causa del VIH/sida es si los niveles de financiación se pueden seguir manteniendo en estos duros tiempos económicos e incluso ampliar su radio de acción. “El sida no es sólo un tema médico y de salud”, explica Lindblad, “tiene que ver con los servicios, la discriminación, el lugar de trabajo, cualquier cosa que se nos ocurra”.

La malaria, mientras tanto, todavía mata a 1 millón de personas al año. Existen maneras simples de prevenir la enfermedad -por ejemplo usando mosquiteras para impedir las picaduras de los mosquitos que la causan- pero llevar a la práctica estos ajustes sobre el terreno a menudo es más complicado. Las mosquiteras, por ejemplo, sólo funcionan si las usan las familias. La malaria además ha demostrado ser extremadamente complicada para vacunar y tratar; hay variedades del parásito que han desarrollado resistencia contra diversos medicamentos que previamente habían resultado efectivos.