No es un término científico. Ya en 1979 un académico americano llamó a Jomeini "clérigo fascista". En 1990 apareció en un artículo en el diario británico The Independent, y fue relanzado tras los atentados del 11-S de 2001 por
Stephen Schwartz, periodista experto en Oriente Medio y director del Centro para el Pluralismo Islámico de Washington. En octubre de 2005 lo utilizó Bush. Al hablar de "fascistas islámicos", el presidente estadounidense lo rescató el pasado verano para incidir en su visión de estado de guerra contra el terrorismo islamista, según él "la lucha ideológica decisiva del siglo XXI", como si se tratara del nazismo y de la guerra de las democracias contra Hitler. De ahí pasó a España vía Aznar y sus colaboradores. Los que lo utilizan incluyen bajo este concepto desde Al Qaeda a Hezbolá y Hamás o los Hermanos Musulmanes. Es un neologismo cargado de emotividad y una forma de manipular, más que de aclarar, el debate.

No es un término científico. Ya en 1979 un académico americano llamó a Jomeini "clérigo fascista". En 1990 apareció en un artículo en el diario británico The Independent, y fue relanzado tras los atentados del 11-S de 2001 por
Stephen Schwartz, periodista experto en Oriente Medio y director del Centro para el Pluralismo Islámico de Washington. En octubre de 2005 lo utilizó Bush. Al hablar de "fascistas islámicos", el presidente estadounidense lo rescató el pasado verano para incidir en su visión de estado de guerra contra el terrorismo islamista, según él "la lucha ideológica decisiva del siglo XXI", como si se tratara del nazismo y de la guerra de las democracias contra Hitler. De ahí pasó a España vía Aznar y sus colaboradores. Los que lo utilizan incluyen bajo este concepto desde Al Qaeda a Hezbolá y Hamás o los Hermanos Musulmanes. Es un neologismo cargado de emotividad y una forma de manipular, más que de aclarar, el debate. Andrés Ortega