Las próximas elecciones generales del 21 de abril serán vitales para restituir la confianza en las instituciones paraguayas y tendrán una relevancia regional inusitada, ya que el país continúa suspendido de Mercosur y Unasur.

 










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La elección del presidente Fernando Lugo en 2008 puso fin a más de 60 años (incluyendo los 35 de dictadura de Stroessner) de gobierno de la Asociación Nacional Republicana (ANR) más conocido como Partido Colorado (PC). Su elección también marcó el primer traspaso de poder pacífico a la oposición en la historia de Paraguay.

El detonante de dicha destitución fue la muerte siete días antes de 17 personas (seis policías y 11 campesinos) durante el desalojo de propiedades ocupadas por campesinos sin tierras en Curuguaty, al noreste del país. Hace años que tierras de todo el país vienen siendo ocupadas debido a su desigual reparto, lo que hace que muchos labriegos vivan como auténticos esclavos mientras sus propietarios se enriquecen desmesuradamente.

El reparto de estas tierras -el 2% de sus 6,4 millones de habitantes es propietario del 80% de las tierras fértiles- es el problema endémico del país, pues son fuente principal de riquezas, ya que Paraguay es el cuarto exportador mundial de soja y el sexto productor de la oleaginosa, además de ser el primer producto de exportación del país y el producto agrícola que más ingresos genera.

La Comisión de Verdad y Justicia que impulsó el Estado para investigar las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, estudió más de 200.000 adjudicaciones entre 1954 y 2003. Totalizan 12.229.594 hectáreas de tierra, de las que casi 8 millones se otorgaron mediante graves irregularidades. Son las llamadas “tierras malhabidas”.

El ex presidente Lugo, conocido por ser aliado de los campesinos más pobres no solo no expropió tierras, como pretendía, sino que apenas pudo incrementar los impuestos a los principales productores de soja. Tampoco pudo llevar a cabo la reforma agraria prometida, presa de la gestión de los partidos tradicionales, como el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) que le aupó al poder y que junto con el PC bloquearon en el legislativo todas las propuestas de Lugo en ese sentido.

Curiosamente Federico Franco, del partido PLRA, entonces vicepresidente del gobierno de Lugo, es el actual Presidente de Paraguay, pero no será candidato en las próximas elecciones generales, que se presentan con la izquierda tradicionalmente minoritaria, dividida tras la destitución que algunos tachan de golpe de Estado.

A esto hay que sumarle el cisma entre liberales e izquierda, cuyas candidaturas respectivamente son: por la parte liberal, PLRA, Efraín Alegre, y por la izquierda, Aníbal Carrillo, encabezando las listas del partido de Lugo, Frente Guasú, y Mario Ferreiro, de Avanza País.

Esta división favorece enormemente las opciones del PC, que llega a los comicios liderado por el acaudalado empresario Horacio Cartes, dueño del club de fútbol Libertad y al que ...